SANTIAGO. La obesidad se ha convertido en un problema importante en el mundo. En los Estados Unidos aproximadamente el 70% de los adultos tiene sobrepeso u obesidad, comparados con el 45-60% de hace 40 años. En nuestro país, según los resultados del estudio Efricard II, publicados el año pasado, uno de cada tres dominicanos mayores de 18 años está por encima de los parámetros establecidos en lo que se refiere a la relación peso/talla o circunferencia de la cintura.
La doctora Raisa Vargas, del Centro de Obesidad y Enfermedades Cardiovasculares explica que, la obesidad se asocia con más morbilidad que el cigarrillo, el alcoholismo y la pobreza, y considera que si esta tendencia continúa, la obesidad puede superar muy pronto al tabaquismo como causa principal de muerte prevenible en Estados Unidos.
Existen muchos efectos adversos de la obesidad en general y de la salud cardiovascular en particular. La obesidad ha sido catalogada como uno de los factores de riesgo más importantes de hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria y arteriopatía periférica.
"La obesidad aumenta el volumen de sangre total y el gasto cardíaco, y la sobrecarga cardíaca es mayor en la obesidad. Es común que los obesos tengan un gasto cardíaco más elevado pero menor resistencia periférica total, a cualquier nivel de presión arterial. Los obesos tienen más posibilidad de ser hipertensos que los pacientes delgados y, en general, la ganancia de peso se asocia con hipertensión arterial", establece la profesional de la medicina.
Explica que, con el aumento de la presión arterial y el volumen sanguíneo, los individuos con sobrepeso u obesidad desarrollan dilatación e hipertrofia del ventrículo izquierdo, así como otras anormalidades estructurales (remodelación concéntrica e hipertrofia ventricular izquierda concéntrica, agrandamiento de la aurícula izquierda).
Estas anormalidades no solo aumentan el riesgo de insuficiencia cardiaca sino que el agrandamiento del ventrículo izquierdo puede aumentar el riesgo de fibrilación atrial y también de arritmias ventriculares complejas.
La obesidad es la causa clásica de hipoventilación alveolar y síndrome de apnea obstructiva del sueño lo que contribuye a la producción de la hipertensión arterial, arritmias, infartos al miocardio, accidente cerebro vascular y mortalidad general.
La combinación de volumen intravascular aumentado y sobrecarga del sistema linfático suele provocar insuficiencia venosa y edema, en relación con el grado de obesidad. Por otra parte, la obesidad se asocia con mayor riesgo de tromboembolismo venoso y embolismo pulmonar, en especial en las mujeres.
La reducción de peso a través de las intervenciones en el estilo de vida, como la actividad física regular y un régimen alimenticio adecuado, han mostrado una reducción de casi el 60% del riesgo de desarrollar diabetes mellitus. Además, mejoran los niveles presión arterial, glucosa, colesterol y triglicéridos sanguíneos.
Las medidas preventivas de la obesidad están estrechamente relacionadas entre una buena rutina de ejercicios físicos y una alimentación saludable. En este sentido es importante aplicar un equilibrio en la ingesta de calorías con una dieta balanceada teniendo en cuenta los aportes calóricos de los alimentos. Se sabe que cada 250 gramos de grasa equivalen a 2250 calorías. Si existe un exceso de grasa corporal, se debe calcular la energía (medida en calorías) que representan y disminuirla en la ingesta alimentaria durante un período adecuado.
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