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Una rutina de buen sueño y menos tele contribuyen a reducir la obesidad infantil

Recomendaciones para que la familia cambie sus hábitos y haga que la vida en el hogar sea más saludable para los niños
Una rutina cotidiana que reduzca el tiempo que los niños pasan delante del televisor, asegurar al menos una comida diaria con toda la familia y disponer una hora para que se vayan a dormir reduce el riesgo de obesidad infantil entre las minorías, según la pediatra Elsie Taveras, de la Escuela de Medicina de Harvard, que participó en un estudio que publica hoy la revista JAMA Pediatrics, de la Asociación Médica de Estados Unidos, según EFE.
«Como pediatra, yo veo pacientes en la clínica y allí, tanto como en las estadísticas, observamos que, si bien las tasas de obesidad en todo el país parecen haberse estabilizado, son mucho más elevadas particularmente entre las poblaciones minoritarias y de bajos ingresos», señaló Taveras.
«Los niños negros e hispanos son mucho más propensos a estar expuestos a los factores de riesgo para la obesidad. Particularmente los niños hispanos ven muchas más horas de televisión, no duermen lo suficiente, no tienen suficiente actividad física y en su dieta hay muchas más porciones de grasas y azúcares» según la experta.

El orden y la variedad, pilares básicos

«Es difícil lograr que las familias se enfoquen en la obesidad... Lo que procuramos con este estudio fue una mirada diferente: recomendaciones para que la familia cambie sus rutinas y haga que la vida en el hogar sea más saludable para los niños».
El estudio de seis meses involucró a 121 familias con niños y niñas entre los dos y cinco años de edad. Fueron 62 familias las que participaron en el experimento y otras 59 fueron el grupo de control. «Les dimos simples recomendaciones en cuatro rutinas: el tiempo de sueño, de televisión, las comidas familiares y la actividad física», explicó la especialista.
Para la hora de irse a dormir, continuó, es esencial la rutina «y es importante que los niños se vayan a dormir temprano... Les sugerimos a los padres que les dieran un libro, luego un baño y a la cama, siempre a la misma hora». La parte más difícil, sostuvo Taveras, fue la reducción del tiempo de televisión. «Las madres nos dicen "yo tengo que cocinar, tengo que hacer la limpieza ¿qué harán los niños mientras tanto?"... Por eso les dimos libros para colorear, juegos, esparcimiento para que se mantengan entretenidos pero con el televisor apagado. Y a la hora de comer, el televisor está apagado».

Los niños deben tener rutinas claras

Dependiendo de la rutina de cada hogar, «puede que sea el desayuno la hora en que todos pueden sentarse juntos a la mesa, o que sea la cena. Lo recomendable es que las familias coman juntas. Y, finalmente, ofrecimos recomendaciones para que los niños tengan más actividad física», dijo Taveras.
«Al término del estudio, los niños que participaron en las recomendaciones pesaban menos que los niños del grupo de control... Estos resultados son sorprendentes, fue un estudio de apenas seis meses pero demostramos que esta intervención pequeña puede obtener mejorías. Es muy prometedor» finalizó.

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