El gobierno de Obama participará en las tareas de rescate después de que el tifón Haiyan arrasara el archipiélago el viernes y dejara al menos 10.000 muertos.
El
gobierno de Estados Unidos ordenó, el lunes, enviar su portaaviones George
Washington y otros buques de su flota a Filipinas. El portaaviones, que
"transporta 5.000 marines y más de 80 aviones y se encuentra actualmente
en Hong Kong", debe zarpar en las próximas horas, explicó en un comunicado
el Departamento de Defensa.
El tifón de Filipinas perforó profundamente el corazón del país asiático. Además de los casi 10.000 muertos que habría dejado el fenómeno natural, miles de sobrevivientes piden ayuda y buscan alimentos, agua y medicinas, amenazando con sobrepasar los recursos militares y de rescate.
Luego de que el presidente Benigno Aquino desplegara cientos de soldados en la ciudad costera de Tacloban para contener los saqueos, reportes mostraban escenas de destrucción en una ciudad de otra región que no ha sido alcanzada por los equipos de rescate o las Fuerzas Armadas.
El Gobierno no ha confirmado las estimaciones de los funcionarios durante el fin de semana de 10.000 muertos, pero la cifra de víctimas fatales de Haiyan, una de las regiones más golpeadas por el tifón, es claramente muy superior al número oficial actual de 255.
Las Naciones Unidas dijeron que funcionarios en Tacloban, que se llevó la peor parte de la tormenta el viernes, habían reportado la existencia de una fosa común que contenía entre 300 a 500 cuerpos.
Más de 600.000 personas fueron desplazadas por la tormenta en todo el país y algunas no tienen acceso a alimentos, agua o medicamentos, según dijo la ONU.
Arrasada por las olas y vientos de hasta 378 kilómetros por hora, Tacloban, ubicada a 580 kilómetros al sureste de Manila, dependía casi exclusivamente para suministros y evacuación de sólo tres aviones militares de transporte que volaban desde la cercana ciudad de Cebu.
El tifón de Filipinas perforó profundamente el corazón del país asiático. Además de los casi 10.000 muertos que habría dejado el fenómeno natural, miles de sobrevivientes piden ayuda y buscan alimentos, agua y medicinas, amenazando con sobrepasar los recursos militares y de rescate.
Luego de que el presidente Benigno Aquino desplegara cientos de soldados en la ciudad costera de Tacloban para contener los saqueos, reportes mostraban escenas de destrucción en una ciudad de otra región que no ha sido alcanzada por los equipos de rescate o las Fuerzas Armadas.
El Gobierno no ha confirmado las estimaciones de los funcionarios durante el fin de semana de 10.000 muertos, pero la cifra de víctimas fatales de Haiyan, una de las regiones más golpeadas por el tifón, es claramente muy superior al número oficial actual de 255.
Las Naciones Unidas dijeron que funcionarios en Tacloban, que se llevó la peor parte de la tormenta el viernes, habían reportado la existencia de una fosa común que contenía entre 300 a 500 cuerpos.
Más de 600.000 personas fueron desplazadas por la tormenta en todo el país y algunas no tienen acceso a alimentos, agua o medicamentos, según dijo la ONU.
Arrasada por las olas y vientos de hasta 378 kilómetros por hora, Tacloban, ubicada a 580 kilómetros al sureste de Manila, dependía casi exclusivamente para suministros y evacuación de sólo tres aviones militares de transporte que volaban desde la cercana ciudad de Cebu.
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