Un gigantesco avión de carga que aterrizó por equivocación el miércoles en un pequeño aeropuerto de Kansas no construido para este tipo de aeronaves. Después de varias horas y contra todo pronóstico, pudo despegar este jueves por la tarde. El Atlas Air 747 Dreamlifter utilizó una pista que es mucho más corta de la que normalmente se requiere para el despegue, después de que una portavoz del aeropuerto dijo que los ingenieros calcularon que el despegue sería seguro. La noche del miércoles, el avión, que se dirigía a la Base Aérea de McConnell desde el aeropuerto internacional John F. Kennedy de Nueva York, se equivocó de lado por 20 kilómetros. En lugar de aterrizar en el aeropuerto militar, en el lado sureste de Wichita, aterrizó en el pequeño, “Coronel James Jabara” de uso para aviación general, en el lado noreste. Escucha la conversación entre el piloto y la torre de control después de que el DreamLifter se equivocara de aeropuerto: Jabara no tiene torre de control, y normalmente no se ocupa de aviones jumbo. El Atlas Air 747 Dreamlifter es un avión de pasajeros 747-400 modificado, que puede transportar más carga por volumen que cualquier avión en el mundo. Cuando está totalmente cargado, el Dreamlifter necesita una pista de aterrizaje de 2.800 metros de largo para despegar, reportó la afiliada, KWCH. La pista del Jabara es de 1.850 metros. Sin embargo, una portavoz de la autoridad aeroportuaria, Valerie Wise, citó un clima favorable y el hecho de que gran parte del combustible se había utilizado en el vuelo desde JFK -lo cual aligera el peso del avión- concluyendo que no había peligro para despegar en la pista de aterrizaje más corta. "Los ingenieros han estado haciendocálculos toda la noche", dijo. En menos de 24 horas errores se alteran 2 vuelos en EEUU
A un avión de JetBlue se le activó la rampa de emergencia en pleno vuelo y un 747 aterrizó en pista muy pequeña para ese tipo de nave
Las líneas aéreas saben que muchos de sus clientes le tienen pánico a volar y por esa razón intentan evitar “accidentes” o errores que alteren aún más los nervios de la ciudadanía. Sin embargo, en las pasadas 24 horas han salido a la luz fallas en dos aviones que tienen el potencial de erizarle la piel a muchos.
El primero de los incidentes se reportó a las 3:31 p.m. de ayer miércoles, cuando el vuelo 1266 de JetBlue -de Jacksonville, Florida a Boston- tuvo que aterrizar de emergencia en Orlando porque “de la nada” se activó una de las rampas de emergencia.
La empresa aclaró que no se abrió ninguna puerta y que nada “colgó” fuera de la nave, porque la rampa abrió parcialmente hacia adentro. En la nave volaban 74 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación que, una vez en tierra firme, fueron trasladados a otro avión para completar su travesía.
Anders Lindstrom, portavoz de JetBlue, señaló que el aparato fue sacado de servicio para inspección y agregó que es demasiado pronto para saber qué falló.
Horas más tarde, en Jabara, Kansas, aterrizó un Boeing 747, una de las más grandes aeronaves del mundo. Y, ¿cuál fue el problema? Que ese aeropuerto es muy pequeño y por supuesto el aterrizaje allí fue por error.
El 747 tenía que aterrizar en la base aérea McConnell de Wichita, en Kansas, pero el piloto se enteró de que se había metido en un problema cuando ya la nave estaba en tierra firme.
Desde la madrugada de este jueves, decenas de funcionarios han estado trabajando en un plan para poder sacar el “Dreamlifter”, del que solo existen cuatro unidades en todo el mundo, del aeropuerto de Jabara (que ni torre de control tiene).
Las conversaciones de la cabina del avión con los controladores de la base área de McConnell muestran la total confusión de los pilotos, que pidieron varias veces que se les repitiera y se les deletreara el nombre del lugar donde habían aterrizado (puedes escucharlos en el video adjunto).
Pese a que el aterrizaje pudo acabar mal, no se registraron daños personales o materiales y los controladores llegaron a bromear con los pilotos que sin darse cuenta demostraron una gran destreza al mantener la pesada aeronave, de más de 180 toneladas, dentro de los confines de la pequeña pista.
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