- Las dominicanas que se convirtieron en símbolo global contra la violencia de género
Primeros años, estudios y activismo antitrujillista
Las hermanas Mirabal crecieron en un hogar rural acomodado de la sección Ojo de Agua en el municipio Salcedo. El padre de las hermanas Enrique Mirabal fue un exitoso hombre de negocios.Estudiaron como internas en el Colegio Inmaculada Concepción de La Vega, dirigido por monjas españolas de la Orden Terciarias Franciscanas de Jesús y María donde, tanto Minerva como María Teresa, se destacaron por su inteligencia e interés en el estudio.
Cuando Trujillo llegó al poder, su familia perdió casi toda su fortuna. Las Mirabal creían que Trujillo llevaría al país al caos y por ello entraron a formar parte de un grupo de oposición al régimen, conocido como la Agrupación política 14 de junio. Dentro de este grupo eran conocidas como Las Mariposas, se les conocía así, porque ese era el nombre con que Minerva se identificaba en las relaciones políticas. Dos de las hermanas, Minerva y María Teresa, fueron encarceladas, violadas y torturadas en varias ocasiones. A pesar de estas situaciones, continuaron en su lucha por terminar con la dictadura. Después de varios encarcelamientos, Trujillo decidió terminar con las hermanas.
Trama de Trujillo, emboscada y posterior asesinato
El 18 de mayo de 1960, las hermanas Minerva y María Teresa habían sido juzgadas en Santo Domingo, al igual que sus esposos, por atentar contra la seguridad del estado dominicano. Se les declaró culpables y fueron condenadas a tres años de prisión, inmediatamente todos comenzaron a purgar sus penas, pero ellas no durarían mucho en la cárcel. En un gesto extraño el 9 de agosto y por disposición expresa de Trujillo, Minerva y María Teresa Mirabal fueron puestas en libertad, sus maridos sin embargo continuaron en prisión. Estas disposiciones de Trujillo tenían doble propósito, por un lado pretendía demostrar su "generosidad", por el otro les daba la libertad a aquellas personas a quien él quería seguir hostilizando, este último era el caso de las Mirabal. No bien habían pasado un par de semanas de la libertad y ya existían informes sobre reuniones secretas contra el régimen encabezadas de nuevo por las Hermanas Mirabal esto, sumado a las presiones internacionales entre muchas cosas por el atentado en Venezuela contra el Presidente Rómulo Betancourt, por el que la OEA sancionó al estado dominicano con rompimiento de relaciones diplomáticas y económicas y la creciente caída de los diferentes regímenes dictatoriales en América Latina y en medio de un informe que inició de nuevo con los pasos que daban estas mujeres rebosó la copa de la tolerancia de Trujillo quien le ordenó al General Pupo Román un plan para desaparecer definitivamente a las Hermanas Mirabal. Recomendándole usar al SIM para su ejecución. La primera medida que tomó Pupo Román fue el traslado de los presos a la cárcel de Salcedo, al parecer aparentando benevolencia, pues de este modo no tendrían que realizar largos viajes a la cárcel de La Victoria, que era donde cumplían sus penas los esposos, en verdad esto era el inicio de la capitalización del plan para la eliminación de las hermanas Mirabal. El General Pupo Román, cumpliendo las orientaciones del Generalísimo dejó en manos del SIM (Servicio de Inteligencia Militar) a la sazón dirigida por el Capitán de Corbeta de la Marina de Guerra Mayor Cándido Torres Tejada, quien había sustituido al siniestro Johnny Abbes, que se encargaba en ese momento de dirigir la campaña contra la Iglesia y a la emisora Radio Caribe, pero en verdad Abbes seguía dirigiendo con sus ideas y tras bastidores al organismo opresor, para dar cumplimiento a la orden, Torres Tejada se dirigió a Santiago y le dio las instrucciones al jefe del SIM en la zona norte, el entonces Teniente Víctor Alicinio Peña Rivera y según escribe en su libro el propio Peña Rivera, éste le expuso el plan de la siguiente manera:Vengo de parte del ministro de las Fuerzas Armadas, General Román, para que dispongas el traslado a Puerto Plata de los esposos de las Hermanas Mirabal, la justificación del traslado será el descubrimiento de armas clandestinas dirigidas al movimiento que ellos encabezan, la idea es que ellos nos ayuden a determinar si las personas apresadas las pueden identificar como miembros del movimiento, una vez terminado esto les puedes decir que serán regresados a Salcedo de nuevo. Una vez trasladados les prepararás una emboscada en la carretera a las Hermanas Mirabal, deben morir y se simulará un accidente automovilístico, ese es el deseo del jefe.Al día siguiente el cabo de la Policía Nacional Ciriaco de La Rosa llegó a los cuarteles del SIM en Santiago para cumplir con el plan, solicitó cuatro agentes y un vehículo para conformar el escuadrón de acción, Peña Rivera asignó a Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta, Néstor Antonio Pérez Terrero, y Ramón Emilio Rojas Lora. El 18 de noviembre el escuadrón regresó sin cumplir la orden alegando que las hermanas Mirabal viajaban con niños, el 22 de noviembre regresaron de nuevo alegando las mismas causas, pero el 25 de noviembre se pudo comprobar que en esa visita no andaban con niños sino con un chofer (Rufino de la Cruz) y otra de sus hermanas (Patria), se decidió entonces ejecutar el macabro plan. Tras despedirse de sus respectivos maridos, en el patio de la fortaleza, las tres mujeres y el chofer, salieron rumbo a Salcedo. Ya fuera de Puerto Plata, el jeep se desplazaba por la serpenteante carretera y al llegar al puente de Marapica, fueron detenidos por cuatro hombres que iban en un cepillo el cual atravesaron en medio del puente. Las tres mujeres fueron obligadas, a punta de pistola, a subirse al asiento trasero del vehículo de sus verdugos, mientras tres de éstos se montaban con el chofer en el jeep, dirigiéndose hacia La Cumbre donde estaba la casa, en la que les esperaba el capitán Peña Rivera para darles las instrucciones finales.
Los dos vehículos entraron al patio de la casa. Las hermanas y el chofer fueron llevados a la fuerza por los sicarios dentro de la casa. De inmediato Peña Rivera hizo una seña a de la Rosa para que actuaran, retirándose hacia una lejana habitación de la casa. Entró a la casa y los repartió entre sus otros tres compañeros que debían ejecutar el plan al igual que pañuelos para ahorcar las víctimas. Fue así entonces que durante varios minutos unos quejidos y alaridos que no pudieron escucharse fuera de la estructura de la vivienda construida de adobe y forradas de caoba fueron emitidos, y con la respiración entrecortada, los sicarios dieron por teminada su labor de exterminio. Los cuerpos de las mujeres y el hombre ya no hacían ningún movimiento convulsivo, las apalearon hasta morir para luego introducir los cuerpos en el coche y simular un accidente de tráfico.El sargento de la Rosa se dirigió entonces al aposento donde estaba Peña Rivera y le dijo: "Señor, misión cumplida".
Repercusiones
Trujillo creyó en el momento que había eliminado un gran problema. Sin embargo, el asesinato le trajo muchos inconvenientes y fue el principio de su desgracia. La muerte de las Mirabal causó gran repercusión en la República Dominicana. La publicidad resultante provocó que el pueblo dominicano se mostrara cada vez más proclive a apoyar a las Mirabal y sus ideales. Esta reacción contribuyó a despertar conciencia en el público y finalmente culminó con el asesinato del dictador el 30 de mayo de 1961.Asesinos intelectuales
- Rafael Leónidas Trujillo, Generalísimo y jefe de estado de la República Dominicana.
- José René (Pupo) Román Fernández, Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas.
- Cándido Torres Tejada, Jefe de Operaciones del Servicio de Inteligencia Militar en la estación central en Ciudad Trujillo.
Ejecutantes
- Víctor Alicinio Peña Rivera
- Ciriaco de la Rosa
- Ramón Emilio Rojas Lora
- Alfonso Cruz Valerio
- Emilio Estrada Malleta, de origen cubano.
- Néstor Antonio Pérez Terrero
En junio de 1962, se inició el juicio en contra de los acusados y cómplices del asesinato de las hermanas Mirabal y su acompañante Rufino de la Cruz.
En el banquillo de los acusados fueron sentados los autores materiales del cuádruple crimen, Ciriaco de la Rosa, Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta, Ramón Emilio Rojas Lora y Néstor Antonio Pérez.
Como cómplices fueron juzgados Sandito Almonte, Cándido Torres Tejada (ausente en el juicio), jefe de Operaciones del Servicio de Inteligencia Militar en la estación Central en Ciudad Trujillo, Víctor Alicinio Peña Rivera, jefe de Operaciones del SIM en el Cibao, Silvio Antonio Gómez Santana, Viterbo Álvarez (Pechito), Pedro Peña Ortiz y David Olivero.
El magistrado doctor Osvaldo B. Soto, presidía el tribunal especial. El Procurador fiscal era el doctor Rafael Valera Benítez, mientras que la parte civil estaba representada por los doctores Héctor Sánchez Morcelo, Ramón Pina Acevedo, Francisco Carvajal Martínez, Antonio Guzmán y Miguel A. Vásquez Fernández. El abogado de la defensa de los acusados fue el abogado de oficio Héctor Barón Goico. El tribunal condenó a los principales acusados a la pena máxima de 30 años, excepto a Ciriaco de la Rosa que de manera insólita fue condenado a sólo 20 años por supuestamente colaborar con la aclaración del crimen, aunque realmente nunca las cumplieron, tiempo después y con la ayuda de grupos militares trujillistas fueron provistos de pasaportes y sacados de la República Dominicana.
Ciriaco de la Rosa reveló durante el juicio posterior al asesinato lo siguiente:
Después de apresarlas, las condujimos al sitio escogido, donde ordené a Rojas Lora que cogiera palos y se llevara a una de las muchachas. Cumplió la orden en el acto y se llevó a una de ellas, la de las trenzas largas (María Teresa). Alfonso Cruz Valerio eligió a la más alta (Minerva), yo elegí a la más bajita y gordita (Patria) y Malleta, al chofer, Rufino de La Cruz. Ordené a cada uno que se internara en un cañaveral a orillas de la carretera, separadas todas para que las víctimas no presenciaran la ejecución de cada una de ellas.Estas declaraciones fueron desmentida poco después al descubrirse que el crimen ocurrió realmente en los terrenos de la casa de La Cumbre, pues Peña Rivera quería ver los cadáveres con sus propios ojos antes de ordenar tirarlos por el precipicio, pues tenía que dar un informe fidedigno a sus superiores.
Ordené a Pérez Terrero que permaneciera en la carretera a ver si se acercaba algún vehículo o alguien que pudiera enterarse del caso. Esa es la verdad del caso. Yo no quiero engañar a la justicia ni al pueblo. Traté de evitar el desastre, pero no pude, porque de lo contrario, nos hubieran liquidado a todos.
Entierro
Dedé Mirabal (a la derecha) conversa en el Museo Hermanas Mirabal con el periodista mexicano Carlos Loret de Mola.
Controversia sobre el asesinato
En febrero de 2010 fue lanzado el libro "Trujillo, mi padre: En mis memorias, Angelita" de la autoría de Angelita Trujillo, hija del dictador Rafael Leónidas Trujillo, el cual habla en unos de sus capítulos sobre las hermanas Mirabal y su asesinato. El libro revela que José –Pupo- Román Fernández manda a matar a las Mirabal por órdenes supuestamente de Luis Amiama Tió (uno de los ejecutantes de Trujillo) y Segundo Imbert Barrera (hermano de Antonio) desligando a su padre del hecho.1 Después de esas revelaciones del libro, las protestas en el país no se hicieron esperar y calificaron como sofisma su contenido.2Homenajes
- En honor a esta valiente mujer junto a sus hermanas, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer. Esto fue establecido en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en Bogotá, Colombia en el año 1981.
- En Ojo de Agua se conservan sus trajes, sus pertenencias y sus habitaciones tal y como estaban en el momento de su muerte. La finca se ha convertido en un museo que puede ser visitado. No lejos de allí vivía la única hermana Mirabal que no fue asesinada: Dedé.
- La escritora norteamericana de origen dominicano Julia Álvarez escribió una novela basada en las hermanas Mirabal, con el título En el tiempo de las mariposas (In the time of butterflies) que luego fue llevada al cine por Mariano Barroso.
- Una de las Estaciones del Metro de Santo Domingo, lleva su nombre.
- El 2 de octubre de 2007 se emitió un billete de 200 pesos alusivos a las hermanas Mirabal.
- En honor a ellas los botánicos Francisco Jiménez Rodríguez y Liliana Katinas le dedicaron una especie de planta nueva para la ciencia, Salcedoa mirabaliarum F. Jimenez R. & L. Katinas, arbolito endémico de La Espanola descubierto en las montanas de la provincia Hermanas Mirabal. Fue publicada bajo el artículo “Salcedoa gen. nov., a biogeographic Enigma in the Caribbean Mutisieae (Asteraceae)”, en la revista científica Systematic Botany (2004), 29(4): .987-1002, de la American Society of Plant Taxonomist.”
Filmografía
Año | Película | Director |
---|---|---|
2001 | En el tiempo de las mariposas (TV) | Mariano Barroso |
2007 | Oriundos de la noche (Documental) | Javier Balaguer |
2008 | Crimen | Etzel Báez |
2009 | Codename: Butterflies (Documental) | Cecilia Domeyko |
2010 | Trópico de sangre | Juan Delancer |
Familia
Bélgica Adela "Dedé" Mirabal Reyes (1 de marzo de 1925 - 1 de febrero de 2014) la única de las hermanas que no fue asesinada. Dedé vivió en la casa donde nacieron y trabajó para preservar la memoria de sus hermanas a través del Museo Hermanas Mirabal, que también se encuentra en Salcedo. Dedé escribió su primer y único libro titulado "Vivas en su jardín", publicado el 25 de agosto de 2009. Falleció el 1 de febrero de 2014 debido a problemas pulmonares.3Uno de sus hijos, Jaime David Fernández Mirabal es psiquiatra y fungió como vicepresidente durante el primer período de gobierno de Leonel Fernández.
También Minou Tavárez Mirabal, quien es hija de Minerva. Minou es filóloga y actualmente es diputada de la República Dominicana por el Distrito Nacional.
Sobrevivir a la violencia
SANTO DOMINGO.-
Una habitación de unos cuatro por dos y medio metros es suficiente para
tener la paz que no tuvo en los últimos nueve años. Eso asegura Fermina
Molina Vargas, a quien sus amigos y familiares llaman Rosanny, una joven
de 30 años y madre de tres niños que dejó atrás una relación de pareja
abusiva.
En el pequeño espacio donde sus pertenencias y las de sus hijos están apiladas en el sector La Piña de Cienfuegos, en Santiago, Rosanny habla con determinación de la decisión que tomó el 24 de noviembre del 2012, el día en que cumplió 28 años, luego de una discusión con Eligio Céspedes que terminó con un golpe en su brazo derecho con la plana de un cuchillo grande para cortar carne. "Estaba en la cocina haciendo la comida y se acercó y me dijo que mejor me fuera, para que no terminara lo que había empezado".
Rosanny se fue. Lo denunció. Estuvo quince días en una casa de acogida con sus hijos. Su ex esposo fue detenido semanas después. Estuvo en la cárcel de Rafey desde donde la llamaba todos los días y empezó a leer la Biblia. Ella firmó un desistimiento de la denuncia. Lo perdonó. Volvieron a vivir juntos.
"Un día se levantó y me dijo que me fuera de la casa, que ya no me quería más". Ella se fue con sus hijos, dos varones de 9 y 7 años y una niña de dos a una casa alquilada que seis meses después Eligio no quiso pagar más. Su padre, Ramón Antonio Molina, le acomodó la habitación donde ahora vive.
Busca en una pequeña libreta de hojas azules la fecha de su mudanza. "El martes dos de septiembre de este año".
Ya no hay golpes, pero la violencia continúa.
***
"La violencia económica es muy frecuente luego de la separación de una relación de abuso", apunta Evelin González, psicóloga especialista en violencia de género e intrafamiliar.
Rosanny muestra otra libreta en la que anota la "compra semanal" que le envía su ex pareja, quien atiende el colmado que ambos establecieron durante su relación y que se encuentra a tres cuadras. No le envía dinero. "Me manda lo que voy a consumir en una semana. Es él que calcula lo que vamos a comer y lo que nosotros podemos comer en una semana".
La sicologa González apunta que cuando la violencia física baja, aumenta la psicológica y la económica, pues son los únicos recursos de dominio y control que le quedan al agresor luego de la denuncia y la separación. "Esto es para seguir dominándola y seguir controlándola, no para que vuelva con él, porque en la cabeza de ese hombre la mujer es una cosa que el mueve a su antojo. Es un proceso de dominio y control excesivo y que tiene poder para hacerlo".
El próximo jueves, 27 de noviembre, Rosanny irá al Juzgado de Paz de la Tercera Circunscripción de Santiago a una audiencia por manutención. El pasado 30 de julio no llegó a un acuerdo con Eligio. Asegura que él decidió pasar la propiedad del colmado a su madre y afirmar que es un empleado de ese establecimiento y solo gana RD$6,500. "Me han dicho que supuestamente él dice que me va a hacer pagar los tres meses de prisión. Estoy un poco así, como asustada, pero no tengo miedo", afirma.
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***
R. ¿Tú sabes? Yo anoto casi todo.
P. ¿Qué anotas?
R. Casi todo. Cuando me junté con él anotaba (enseña su pequeña libreta de hojas azules). Yo anotaba casi todo. Sábado ocho de abril del dos mil cinco. Ese día me pidió que nos separáramos....
P. ¿Por qué hacías esas anotaciones?
R. Porque desde muchacha fui así.
Muestra la nota que hizo cuando cumplió los seis meses de su primer embarazo. En ese momento ya había dejado el trabajo en la zona franca para ayudar a su entonces pareja a instalar el colmado. Retrocede varías páginas. Se detiene en una donde se observa en el extremo superior derecho "viernes 9/7 del 2004". Rosanny lee. "Me mudé con Eligio Céspedes, padre de mi hijo". Aclara. "Nos juntamos porque estaba embarazada". Tenía casi 20 años.
P. ¿Cuándo empezaron los maltratos?
R. Desde que me junte con él, con el embarazo.
P. ¿Embarazada? ¿Te golpeaba embarazada?
Los ojos se les llenan de lágrimas. Asiente con la cabeza.
***
"Socialmente, la gente asume que porque una mujer esté embarazada es un recurso de paralizar al hombre violento. El hombre que va a golpear lo hará esté embarazada, sea joven o no", explica la sicologa Evelin González.
Rosanny completó el bachillerato. Quería estudiar medicina, pero la situación económica no lo permitió. Ahora busca trabajo. Calcula que si Eligio asume la manutención de sus hijos y logra sacar adelante un proceso judicial para lo que asegura le corresponde de su trabajo de nueve años en el colmado que levantaron juntos, más lo que obtenga como salario, podrá buscar un mejor lugar donde vivir y estudiar. Esta vez sueña con ser sicóloga infantil.
***
P. ¿No pensaste en ese momento en dejarlo, en irte?
R. Ummm. No
P. ¿Cómo asumiste esa situación?
R. En ese momento no me pasó nada inteligente por la mente. Llamo inteligente despertar y salir y ya. A mí nunca me golpearon. Yo viví con mis abuelos. Nunca me pegaron. Y esta persona desconocida vino a pegarme. Nunca me entró la curiosidad de abrirme a la vida sola.
P. ¿Y por qué crees que no tuviste, como me acabas de decir, un pensamiento inteligente?
R. No sé, quizás porque estaba muy ciega. Muy idiotizada. Yo no lo llamo enamorada, sino idiotizada, porque hay que estar idiota para no ver la realidad. Yo digo que lo que sentía no era amor.
P. ¿Te quedaste?
R. Sí, me quede. Nueve años. Aguantando.
***
Pero no es la única variable. González apunta otros factores. "Entra los estereotipos sociales, que sea ella que le busque la vuelta a la relación aunque la golpeara y asumiendo, además, de que los golpes están normalizados en la relación de pareja en nuestro país".
También señala la influencia del contexto familiar. "Quédate con él, que a todas les pasa", porque "¿A quién no le dan golpes?", indica como algunas de las frases que se pasan de generación en generación. "Así, a las mujeres se les van cerrando las puertas para salir de la relación", expresa.
Aclara que el círculo de violencia, con sus manifestaciones emocionales, inicia en el noviazgo. "Se enoja o se pone bravo porque viste de tal manera, habla de tal manera, habla con otro hombre, que tiene amigas que no le gustan. Luego explota. La mujer se confunde, piensa que si le han dicho que amor es igual a celos, entonces me está amando mucho".
A esto se suma, considera la sicologa González, la idealización de la relación en que "esto va a ser perfecto y yo tengo que hacer que ocurra perfecto", la vergüenza de lo que ocurre y la culpa. "La violencia va instaurando un elemento paralizante que es el miedo, aunque ella haya buscado ayuda y apoyo, si la familia o el entorno social no le dio el apoyo ella se devuelve, la atrapa el miedo. Te paralizas y te vas quedando".
***
Rosanny se reconcilió con Eligio luego de que saliera de prisión, convencida de su arrepentimiento. "El pastor en la cárcel me decía que ese hombre había cambiado, que me quería". Y de vuelta a la casa, no hubo más violencia física.
González denomina este episodio como una "luna de miel", en que el agresor se convierte en el hombre que ella pidió y busca alianza en familiares de ella o de él. Pero advierte que estas señales, aunque vaya a la iglesia o asista a terapia, no son reales. "El pensamiento del que agrede es muy rígido".
La especialista explica que para la mujer es muy difícil renunciar al sueño de familia. "Es parte del estereotipo. En mi experiencia terapéutica la mujer le cuesta renunciar a ese sueño. Es mirado, son mis hijos, es mi familia. Con ese supuesto arrepentimiento se vuelve a encauzar ese sueño de familia, aunque ellas luego digan que algo les decía que no estaba bien. Pero ellas deciden dar el paso, por eso vuelven".
También está la presión familiar, asegura González. Frases como "la mujer es que hace al hombre" se convierten en manipulaciones sociales, fijadas y rígidas, del estereotipo social.
Poco tiempo después de sacarla de la casa con los niños, Eligio formalizó otra relación. "La siguen desmoralizando en el barrio. Y la hacen sentir que con ella era que no funcionaba pero con otra sí y alimentan la culpa. Se pregunta quizás fui yo que actúe mal", apunta la especialista.
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En el pequeño espacio donde sus pertenencias y las de sus hijos están apiladas en el sector La Piña de Cienfuegos, en Santiago, Rosanny habla con determinación de la decisión que tomó el 24 de noviembre del 2012, el día en que cumplió 28 años, luego de una discusión con Eligio Céspedes que terminó con un golpe en su brazo derecho con la plana de un cuchillo grande para cortar carne. "Estaba en la cocina haciendo la comida y se acercó y me dijo que mejor me fuera, para que no terminara lo que había empezado".
Rosanny se fue. Lo denunció. Estuvo quince días en una casa de acogida con sus hijos. Su ex esposo fue detenido semanas después. Estuvo en la cárcel de Rafey desde donde la llamaba todos los días y empezó a leer la Biblia. Ella firmó un desistimiento de la denuncia. Lo perdonó. Volvieron a vivir juntos.
"Un día se levantó y me dijo que me fuera de la casa, que ya no me quería más". Ella se fue con sus hijos, dos varones de 9 y 7 años y una niña de dos a una casa alquilada que seis meses después Eligio no quiso pagar más. Su padre, Ramón Antonio Molina, le acomodó la habitación donde ahora vive.
Busca en una pequeña libreta de hojas azules la fecha de su mudanza. "El martes dos de septiembre de este año".
Ya no hay golpes, pero la violencia continúa.
***
"La violencia económica es muy frecuente luego de la separación de una relación de abuso", apunta Evelin González, psicóloga especialista en violencia de género e intrafamiliar.
Rosanny muestra otra libreta en la que anota la "compra semanal" que le envía su ex pareja, quien atiende el colmado que ambos establecieron durante su relación y que se encuentra a tres cuadras. No le envía dinero. "Me manda lo que voy a consumir en una semana. Es él que calcula lo que vamos a comer y lo que nosotros podemos comer en una semana".
La sicologa González apunta que cuando la violencia física baja, aumenta la psicológica y la económica, pues son los únicos recursos de dominio y control que le quedan al agresor luego de la denuncia y la separación. "Esto es para seguir dominándola y seguir controlándola, no para que vuelva con él, porque en la cabeza de ese hombre la mujer es una cosa que el mueve a su antojo. Es un proceso de dominio y control excesivo y que tiene poder para hacerlo".
El próximo jueves, 27 de noviembre, Rosanny irá al Juzgado de Paz de la Tercera Circunscripción de Santiago a una audiencia por manutención. El pasado 30 de julio no llegó a un acuerdo con Eligio. Asegura que él decidió pasar la propiedad del colmado a su madre y afirmar que es un empleado de ese establecimiento y solo gana RD$6,500. "Me han dicho que supuestamente él dice que me va a hacer pagar los tres meses de prisión. Estoy un poco así, como asustada, pero no tengo miedo", afirma.
Hasta
junio del 2013, la Jurisdicción de Niños, Niñas y Adolescentes a nivel
nacional había recibido en primera instancia 423 apelaciones de demandas
de pensión alimenticia, según los boletines estadísticos del Poder
Judicial. De estas fueron falladas 404. En el 2012 estos recursos de
apelación en fallo o resueltos sumaron 779 de 791 presentados; y en el
año 2011 de los 970 casos presentados, fueron resueltos 889.
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R. ¿Tú sabes? Yo anoto casi todo.
P. ¿Qué anotas?
R. Casi todo. Cuando me junté con él anotaba (enseña su pequeña libreta de hojas azules). Yo anotaba casi todo. Sábado ocho de abril del dos mil cinco. Ese día me pidió que nos separáramos....
P. ¿Por qué hacías esas anotaciones?
R. Porque desde muchacha fui así.
Muestra la nota que hizo cuando cumplió los seis meses de su primer embarazo. En ese momento ya había dejado el trabajo en la zona franca para ayudar a su entonces pareja a instalar el colmado. Retrocede varías páginas. Se detiene en una donde se observa en el extremo superior derecho "viernes 9/7 del 2004". Rosanny lee. "Me mudé con Eligio Céspedes, padre de mi hijo". Aclara. "Nos juntamos porque estaba embarazada". Tenía casi 20 años.
P. ¿Cuándo empezaron los maltratos?
R. Desde que me junte con él, con el embarazo.
P. ¿Embarazada? ¿Te golpeaba embarazada?
Los ojos se les llenan de lágrimas. Asiente con la cabeza.
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"Socialmente, la gente asume que porque una mujer esté embarazada es un recurso de paralizar al hombre violento. El hombre que va a golpear lo hará esté embarazada, sea joven o no", explica la sicologa Evelin González.
De
acuerdo con la Encuesta Demográfica y de Salud (Endesa) 2013, el índice
de violencia física en una relación de pareja en mujeres embarazadas es
de un 6.6%, menor que la registrada en el 2007, que fue de un 7.4%. De
estas, la mayor incidencia se registró en las mujeres más jóvenes (de 15
a 19 años) con un 10.5%. También indica que las mujeres con menos
educación fueron más vulnerables al maltrato físico durante el embarazo.
"Mientras el 7 por ciento de las mujeres sin ningún nivel de
escolaridad sufrieron violencia domestica durante el embarazo y un 11
por ciento entre las mujeres con educación primaria de quinto a octavo,
la cifra solo es de 4 por ciento en las mujeres de educación superior".Rosanny completó el bachillerato. Quería estudiar medicina, pero la situación económica no lo permitió. Ahora busca trabajo. Calcula que si Eligio asume la manutención de sus hijos y logra sacar adelante un proceso judicial para lo que asegura le corresponde de su trabajo de nueve años en el colmado que levantaron juntos, más lo que obtenga como salario, podrá buscar un mejor lugar donde vivir y estudiar. Esta vez sueña con ser sicóloga infantil.
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P. ¿No pensaste en ese momento en dejarlo, en irte?
R. Ummm. No
P. ¿Cómo asumiste esa situación?
R. En ese momento no me pasó nada inteligente por la mente. Llamo inteligente despertar y salir y ya. A mí nunca me golpearon. Yo viví con mis abuelos. Nunca me pegaron. Y esta persona desconocida vino a pegarme. Nunca me entró la curiosidad de abrirme a la vida sola.
P. ¿Y por qué crees que no tuviste, como me acabas de decir, un pensamiento inteligente?
R. No sé, quizás porque estaba muy ciega. Muy idiotizada. Yo no lo llamo enamorada, sino idiotizada, porque hay que estar idiota para no ver la realidad. Yo digo que lo que sentía no era amor.
P. ¿Te quedaste?
R. Sí, me quede. Nueve años. Aguantando.
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La
sicologa Evelin González advierte que mientras más joven es la mujer
más posibilidades existe de quedarse por más tiempo. En Endesa 2013 se
señala que es mayor la incidencia de violencia domestica entre las
mujeres más jóvenes que las de mayor edad. Un 39.5% de las mujeres entre
15 y 19 años reportó haber sido víctima de violencia emocional, física o
sexual en comparación al 34% de las que tienen entre 30 y 49 años.
Pero no es la única variable. González apunta otros factores. "Entra los estereotipos sociales, que sea ella que le busque la vuelta a la relación aunque la golpeara y asumiendo, además, de que los golpes están normalizados en la relación de pareja en nuestro país".
También señala la influencia del contexto familiar. "Quédate con él, que a todas les pasa", porque "¿A quién no le dan golpes?", indica como algunas de las frases que se pasan de generación en generación. "Así, a las mujeres se les van cerrando las puertas para salir de la relación", expresa.
Aclara que el círculo de violencia, con sus manifestaciones emocionales, inicia en el noviazgo. "Se enoja o se pone bravo porque viste de tal manera, habla de tal manera, habla con otro hombre, que tiene amigas que no le gustan. Luego explota. La mujer se confunde, piensa que si le han dicho que amor es igual a celos, entonces me está amando mucho".
A esto se suma, considera la sicologa González, la idealización de la relación en que "esto va a ser perfecto y yo tengo que hacer que ocurra perfecto", la vergüenza de lo que ocurre y la culpa. "La violencia va instaurando un elemento paralizante que es el miedo, aunque ella haya buscado ayuda y apoyo, si la familia o el entorno social no le dio el apoyo ella se devuelve, la atrapa el miedo. Te paralizas y te vas quedando".
***
Rosanny se reconcilió con Eligio luego de que saliera de prisión, convencida de su arrepentimiento. "El pastor en la cárcel me decía que ese hombre había cambiado, que me quería". Y de vuelta a la casa, no hubo más violencia física.
González denomina este episodio como una "luna de miel", en que el agresor se convierte en el hombre que ella pidió y busca alianza en familiares de ella o de él. Pero advierte que estas señales, aunque vaya a la iglesia o asista a terapia, no son reales. "El pensamiento del que agrede es muy rígido".
La especialista explica que para la mujer es muy difícil renunciar al sueño de familia. "Es parte del estereotipo. En mi experiencia terapéutica la mujer le cuesta renunciar a ese sueño. Es mirado, son mis hijos, es mi familia. Con ese supuesto arrepentimiento se vuelve a encauzar ese sueño de familia, aunque ellas luego digan que algo les decía que no estaba bien. Pero ellas deciden dar el paso, por eso vuelven".
También está la presión familiar, asegura González. Frases como "la mujer es que hace al hombre" se convierten en manipulaciones sociales, fijadas y rígidas, del estereotipo social.
Poco tiempo después de sacarla de la casa con los niños, Eligio formalizó otra relación. "La siguen desmoralizando en el barrio. Y la hacen sentir que con ella era que no funcionaba pero con otra sí y alimentan la culpa. Se pregunta quizás fui yo que actúe mal", apunta la especialista.
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Rosanny camina las calles polvorientas de La Piña. A su izquierda, tras las casas, se puede ver el vertedero de Rafey. Se detiene frente a su antiguo hogar, observa el colmado donde ella trabajaba desde las primeras horas del día hasta bien entrada la noche. Su hijo mayor sale de la casa de su padre y la abraza. Eligio Céspedes esta acomodando unos galones de agua.
-No tengo nada que decir. El asunto es con mis hijos. Yo los mantengo. Les doy comida, lo que necesitan. Esto no es mío, soy un simple empleado. El asunto entre ella y yo primero funcionó y luego no funcionó.
Da la vuelta y sigue acomodando los galones.
"El hombre que agrade le puede poner una manutención de cincuenta cheles, lo dará cuando le dé la gana. La denuncia no implica que cumpla. La idea es ponerla en una situación de desgastes. El agresor no quiere perder el poder", asegura la sicóloga González.
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Para Rosany el mayor sostén para enfrentar esta situación ha sido el apoyo sicológico y legal del Núcleo de Apoyo a la Mujer (NAM), donde además encuentra empatía, solidaridad y compresión en otras mujeres que han pasado también por situaciones de violencia de género e intrafamiliar.
"Yo pienso que cuando uno está con una persona así lo primero es el apoyo emocional, con un sicólogo. Porque después que tuve en la terapia yo me analizo y me digo que si hubiese recibido esta terapia cuando él estaba preso yo no hubiese vuelto con él", expresa Rosanny tras recordar su experiencia luego de pasar quince días en una casa de acogida.
Rememora las ocasiones que denunció la violencia de la que era víctima durante su relación. "Creo que fueron cinco o seis veces". Afirma que luego de referirla a un sicólogo de la fiscalía barrial, le decían que volviera en una semana.
Evelin González, sicologa especialista en violencia de género e intrafamiliar, advierte sobre el aumento de peligro tras una denuncia y la necesidad de medir el riesgo evaluando al agresor.
Indica que aunque no es responsabilidad del Ministerio Público buscar un lugar donde pueda quedarse la mujer víctima de violencia, puede actuar en cooperación con otras instituciones para su protección. "La mujer tiene la sensación de que está sola. Puse la denuncia, me puse en riesgo y me toca ir nueva vez donde el agresor. Que la mujer sepa que eso no debe ocurrir bajo ninguna circunstancia".
Llama, además, la atención ante la necesidad de que la sociedad asuma la violencia contra las mujeres como un delito y destierre la justificación al agresor.
"La
sociedad debe dejar de asumir que el hombre que agrede le pasa algo,
está enfermo. Se sabe que el 80% de los agresores no tiene problemas
mentales ni de personalidad. Su mayor problema tiene que ver con el
machismo, con la necesidad de dominar, controlar y someter".
Apunta
como importante, además de la intervención terapéutica, que se le crea a
las víctimas, "más que estar viendo si ellas lo provocaron". "Todos
tenemos poder, pero el poder hay que compartirlo. Que el hombre tiene
que caminar hacia trabajar su pensamiento rígido de ver la mujer como
objeto. La mujer no es un objeto, sino un sujeto de derecho".***
Mientras Rosanny espera el jueves por la decisión de manutención para sus hijos, no se queda de brazos cruzados. Le han prestado una nevera casi nueva, que acomoda en el pequeño espacio donde ahora vive, en la que congela pequeñas fundas de agua para vender a cinco pesos. Con eso obtiene dinero para cubrir las necesidades más apremiantes de ella y sus hijos.
"Ya después que pasé todo esto me voy a dedicar a mi persona, a lo que soy yo. A depender de mí. A saber que tengo la comida de mis hijos segura. Ahora mismo yo me siento como en una cajita, sin poder salir. No puedo jalar para el lado mío porque no tengo trabajo, no tengo nada".
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