Vincularse en la web es una experiencia frecuente, gracias a la cual muchos han pasado incluso por el altar. El uso de los medios virtuales en la conquista amorosa se ha instalado con peso propio y ha llegado para quedarse. Un especialista lo analiza para Infobae
Por supuesto, todo puede fallar y la decepción de salir detrás de un monitor y hacerse presente frente al otro puede ser una experiencia tan idílica como frustrante.
No solo los adolescentes dejan muchas horas diarias de su tiempo para vincularse de este modo. Las redes sociales y los sitios de citas amorosas son aún mucho más utilizados por los adultos que rompieron con su pareja, que están camino a hacerlo o que no saben dónde conocer gente nueva.
"La posibilidad de visitar diferentes sitios y perfiles, y de hacer una selección del candidato son algunas de las posibilidades que ofrece Internet y las páginas de citas. La conquista virtual en pos de encontrar pareja es una demostración del uso de una racionalidad extrema y sofisticada, con el fin de hacer una selección pensada dentro de una amplia oferta de opciones", explicó en diálogo con Infobae el Dr. Walter Ghedin.
El psiquiatra consultado sostuvo que -si antes de Internet la intuición, las habilidades de seducción y la apariencia física eran factores de "enganche"- hoy la elección pasa por "valores" objetivos que el sujeto pone a consideración de los interesados: trabajo, logros académicos, estatus social, gustos personales y aspecto físico.
Sin embargo, el aspecto emocional que debe acompañar a todo cortejo amoroso reviste formas especiales, un agregado más en la búsqueda de puntos en común: las decepciones amorosas pasadas, la necesidad de volver a confiar y los miedos de no volver a equivocarse.
La conexión virtual provoca una especie de confesión narrada con detalles, con el fin de compartir los dolores pasados. El discurso que se comparte de ambos lados está plagado de sufrimiento: parejas anteriores mal habidas, hijos indiferentes y padres desencantados. La similitud discursiva es sorprendente. "No solo une la felicidad y la esperanza, también lo hace el espanto. La conquista se basa en destacar la historia más desgraciada que les ha tocado vivir. El desencanto por la vida vivida y la posición asumida de "víctimas del destino" tiene un atractivo asombroso. No todo está perdido. Una luz se abre en el horizonte. Es notorio cómo la indefensión, y por qué no, el desamparo, se instala en el imaginario de los vinculantes, movilizando rápidas acciones de comprensión y ayuda", sostuvo el Dr. Ghedin.
"El ligando de la reciprocidad compartida tiene entonces dos caras: por un lado, el desencanto por las relaciones afectivas anteriores, y por el otro, la esperanza que se vuelve a encender. Hay en el encuentro "tecnofílico" de los adultos una vivencia de recrear la conquista adolescente. Una necesidad imperiosa de recuperar la intensidad de lo perdido. El cortejo amoroso virtual puede ser tan rico y prometedor que no se quiere "romper" para dar paso al real", indicó el experto. "El encuentro cara a cara supone convertir la imagen que cada uno se había hecho del otro en una nueva experiencia cognitiva basada en la datos reales. A partir de este proceso será posible configurar un vínculo más sólido y estable".
0 Comentarios