Sohana Collins no sabe lo que es un día sin dolor. Esta niña de 11 años tiene una rara enfermedad genética que hace que con el mínimo roce se rasgue la piel y le salgan ampollas.
También afecta su piel interna, lo que significa que en su boca y esófago también salgan ampollas. Tragar es una tarea difícil y comer una experiencia dolorosa, sólo puede tomar líquidos. Esta enfermedad se origina por la falta de una proteína clave para mantener unida la piel.Más protagonistas de la salud
Tras participar en el ensayo clínica, Sohana asegura que es la primera vez que ve mejoría en su piel.
Células de médula ósea
Dos veces al día tienen que cambiarle las vendas. Su madre debe curar cada ampolla para evitar que sigan creciendo hasta que se cae una capa grande de piel que le deja un parche sangrante reacio a curarse. "No hay un momento de algún minuto del día en que ella no sienta alguna forma de dolor en alguna parte de su cuerpo", cuenta su madre Sharmila Nikapota. "Es horrible tener que pincharle la piel cada día y hacerla llorar, Definitivamente es la peor parte de mi día, y la suya también". Hasta hace poco, la perspectiva de los pacientes como Sohana era sombría. Ahora, ella es uno de los 10 pacientes que están probando una nueva terapia celular en el hospital de Londres Great Ormond Street."No hay un momento de algún minuto del día en que ella no sienta alguna forma de dolor en alguna parte de su cuerpo. Es horrible tener que pincharle la piel cada día y hacerla llorar, Definitivamente es la peor parte de mi día, y la suya también"
Sharmila Nikapota, madre de Sohana
Mejora
Tres meses después del tratamiento, le hice otra visita a Sohana. A pesar de que su piel todavía estaba muy dañada, algunas partes parecían haber tenido mejoría. Tanto la familia de Sohana como el equipo médico coinciden en que su piel tiene menos ampollas y las áreas afectadas se están curando mejor. También toma menos tiempo cambiarle las vendas, incluso ha aumentado de peso. "Creo que las cosas han mejorado mucho, y mi piel está menos roja e irritada, también me pica mucho menos", señala Sohana. En este tipo de situaciones siempre está el peligro del deseo de satisfacción, pues es entendible que todo el mundo esté desesperado por ver señales de mejora. El profesor McGrath muestra su optimismo con cautela, no podrá emitir un veredicto claro hasta el año que viene, cuando revise toda la información de los 10 pacientes. El tratamiento no es una cura, pero puede darle tiempo a Sohana mientras la investigación explora otras opciones. "Esperamos que los efectos antinflamatorios y de mejor curación de las heridas duren entre seis y nueve meses, incluso hasta un año. Entonces, quizás podremos repetir el tratamiento o quizás nos habremos movido a otro mejor", dice McGrath.Otras opciones
Son varias las opciones que puede haber, incluyendo la terapia de células de tejidos compatibles -probablemente alguna especie de trasplante de médula ósea. Sin embargo, este tratamiento tiene la dificultad de encontrar un donante adecuado, y los doctores aclaran que no pueden seguir esa ruta hasta que demuestren que las pruebas iniciales han tenido éxito."El futuro para los pacientes de EB se ve mucho más prometedor, existe un gran momento de búsqueda de mejores tratamientos e incluso una cura. Los beneficios de la investigación se podrían aplicar a otro tipo de pacientes con daños en la piel, como aquellos con úlcera, heridas y quemaduras"
John McGrath, investigador de King's College de Londres
0 Comentarios