Punto final para la investigación por la muerte de la princesa Diana

Tras el análisis de nuevas pruebas, Scotland Yard sentenció que "no hay pruebas creíbles" de la participación del Ejército británico en el accidente que mató a la princesa de Gales en 1997

"Pese a que existe la posibilidad de que dichos comentarios sobre la responsabilidad del SAS (Servicio Aéreo Especial, regimiento de fuerzas especiales del Ejército británico) en la muerte se hayan pronunciado, no hay pruebas creíbles o relevantes para apoyar la teoría de que dichas afirmaciones tengan una base real", afirma la carta del comisario asistente de Scotland Yard, Mark Rowley, a la que ha tenido acceso la cadena bitánica Sky News.
El 17 de junio pasado, la policía británica anunció que tomaría en serio la evaluación de la "relevancia y credibilidad" de datos nuevos recibidos sobre el accidente en París, donde murieron Diana y su pareja de entonces, el millonario Dodi Al Fayed,
La cadena Sky News dijo que las pruebas apuntaban contra el SAS, gracias a los datos aportados por los ex suegros de un soldado británico. Para la Policía, esas pruebas no son contundentes, y así lo han confirmado ahora. "Habiendo revisado el proceso y sus conclusiones, estoy seguro de que no hay base sobre la que reabrir una investigación por homicidio criminal o por la que reenviar el asunto al juez de primera instancia", añade en su carta Rowley.

Así quedó el Mercedes Benz en el que viajaba Diana tras impactar contra una columna en un túnel de París.

El funcionario ha dicho también que las conclusiones ya están en manos de "la Casa Real y de Lord Baker, juez del Tribunal de Apelaciones".
La investigación estuvo a cargo de un equipo de siete detectives, con apoyo de la Polícia Militar Real y el Ministerio de Defensa. La conclusión final es que hay contradicciones en las declaraciones de las personas vinculadas al SAS que pudieron tener alguna participación en la muerte de la princesa y el magnate. "No es posible demostrar de forma concluyente lo que ocurrió", dice Rowley.
En diciembre de 2006, un informe policial llegó a la conclusión de que no existían pruebas que apuntaran a la posibilidad del asesinato, a la misma que llegaron los investigadores franceses.
Otra investigación judicial abierta en el Reino Unido en 2007 responsabilizó de lo ocurrido al estado de embriaguez en el que conducía el chófer y culpó a los fotógrafos que perseguían al vehículo de Diana.