La
próxima profesión en peligro de extinción por el auge de los robots
podría ser la de marino mercante. Todo indica que el futuro que viene
nos traerá una nueva estirpe de cargueros que no llevarán ni un solo
tripulante a bordo. Todos los sistemas de navegación serán automáticos,
como si fueran gigantescos drones marinos.
Una de las empresas que más ha avanzado en estos nuevos transportes marítimos es Rolls Royce a través de Blue Ocean, su departamento de investigación en materia de barcos. Blue Ocean
está diseñando barcos en los que no hay capitán, ni ingenieros ni
maquinistas, ni cocinero. Tan solo un ordenador de a bordo que toma las
correspondientes decisiones de rumbo en base a cámaras y dispositivos de
navegación y comunicaciones.
La
razón para querer eliminar a la tripulación no es otra que el coste. Se
calcula que el coste diario de mantener la tripulación estándar de un
carguero es de unos 3.300 dólares. Visto desde la perspectiva de gastos,
la tripulación supone el 44% del total de gasto de una operación de
transporte. Eso sin contar que, si eliminas a la tripulación, eliminas
los camarotes y las zonas comunes, y puedes diseñar un barco con mucho
más espacio para carga.
A
pesar de lo que diseñe Blue Ocean, aún habrá que esperar unos años para
ver estos barcos-drone surcando los océanos. Para empezar, la
legislación internacional no contempla la posibilidad de un barco sin
tripulación. Las compañías de transporte marítimo tampoco ven con muy
buenos ojos ese futuro. Apostaríamos a que ambas cosas se curarán con el
tiempo y un poco de tecnología
Video: El proceso de alargar un barco en minutos
¿Se puede alargar un barco? Por supuesto que sí. Para ello sólo hace falta cortarlo, añadir una sección nueva, y volver a soldarlo. Aunque parezca increíble, eso es precisamente lo que han estado haciendo en los astilleros de la compañía alemana Blohm + Voss. El sujeto de la operación es el Norwegian Crown, un transatlántico construido en 1988.
El Norwegian Crown comenzó a ampliarse en 2007, pero el video con su remodelación completa no se ha publicado hasta ahora. Tras la operación, el barco paso de 187 metros de eslora a 217 metros, y la capacidad de pasajeros subió de los 1.230 a los 1.778. También se le cambió el nombre. Ahora se llama Balmoral.
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