En un estado entre la vida y la muerte, quizá parecido
–con las debidas reservas– a la condición de los astronautas que en las
películas de ciencia ficción se colocan en hibernación para resistir
los inmensos viajes interestelares. Un primer paso podría hacerse
realidad en la medicina, para usos muy específicos como el tratamiento
de pacientes severamente afectados por heridas de bala o arma blanca.
Eso es lo que se proponen, de acuerdo a la revista ‘New Scientist’,
médicos del Centro Médico Presbiteriano de la Universidad de Pittsburgh.
Probarán en humanos una técnica, que ya ha dado buenos resultados en
cerdos, que consiste en inducir una suerte de animación suspendida al
paciente mortalmente herido mediante el retiro de toda su sangre del
organismo, la que es reemplazada por una solución salina especial.
Luego, la temperatura del paciente es reducida de modo drástico y en esa
especie de hibernación se puede ganar tiempo para que los enfermos
puedan ser tratados de sus lesiones y logren salvarse de ellas. Una vez
que el paciente ha logrado un grado suficiente de estabilización, se
retira la solución salina, se les devuelve la sangre al organismo y se
eleva su temperatura.Los médicos del Centro Médico Presbiteriano de la Universidad de Pittsburgh consideran que esta técnica, más que una animación suspendida, es una vía para preservación y resucitación de ciertos pacientes y esperan que la prueba en humanos resulte exitosa.
Esto abre un debate importante sobre lo que actualmente se consideran los límites entre la vida y la muerte pues, al parecer, con esta resucitación personas que en otro contexto habrían sido declaradas muertas pueden ser atendidas y salvadas. Es una polémica no sólo médica, sino también moral, filosófica y legal importante.
En todo caso, incluso si esta técnica tiene éxito, no se trata de preservar cuerpos por largos periodos, sino, hasta ahora, de un recurso que solo se usará por unas horas para tratar a pacientes de heridas mortales. Guardar a pacientes congelados para curarlos en un futuro remoto, o conservarlos en hibernación para que puedan sobrevivir milenarios viajes interestelares, son posibilidades todavía en el terreno de la ciencia ficción.
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