Según la asociación que reúne a las empresas del ramo, de 25 mil taxistas solo 10 mil trabajan por comunicación
En el país el servicio de taxi lo regula la Ley 7600, que creó el Consejo de Administración y Regulación de Taxis. En el país el servicio de taxi lo regula la Ley 7600, que creó el Consejo de Administración y Regulación de Taxis. (Danny Polanco)
Conseguir una unidad de taxi es una tarea fácil en las principales ciudades del país, especialmente en el Gran Santo Domingo (Distrito Nacional y provincia Santo Domingo), donde operan más de 100 compañías del ramo.Sin embargo, no siempre es aconsejable para el usuario abordar el primer vehículo que encuentre; lo prudente es llamar al teléfono de una de las empresas que operan amparadas en la ley, solicitar el servicio y cerciorarse de que las características del vehículo que llegó a recogerlo se corresponden con las indicadas por el operador de la radio de la compañía. La razón por la que el cliente debe ser cauteloso es simple: En adición a las 100 empresas de taxis que existen en el Gran Santo Domingo, hay aproximadamente otras 50 en distintas provincias del Este, el Cibao y el Sur de República Dominicana, que de manera global reúnen unos 25 mil taxistas. Pero de esos 25 mil, apenas 10 mil trabajan por comunicación. Los otros no están afiliados, advierte la Asociación Dominicana de Empresas de Taxi (Adetaxi).
Cuando un taxista trabaja por comunicación significa que el usuario tiene un teléfono donde llamar, un lugar físico (de la empresa) que puede ubicar -en caso de reclamo- y una persona y un vehículo que pueden identificarse, porque el servicio se solicitó a una base que cumple con los requisitos de ley y es conocida por el Consejo de Administración y Regulación de Taxis (CART).
En detalle, hasta mediados del año 2013 el CART tenía apenas 3,487 unidades de taxi rotulados de los 25 mil que se estiman a nivel nacional, y 142 empresas registradas de unas 150.
“Tú tienes en el país aquí personas que salen del trabajo que tienen y se ponen a “buscársela” en sus horas libres como taxistas y otros que compran un carrito, le ponen un letrero que dice taxi y comienzan a recoger gentes. Así no se puede, qué seguridad tiene quien los aborda de que no se trata de un delincuente”, sostiene Esteban Vargas, presidente de Adetaxi y gerente de Taxi Anacaona.
Pero Esteban no es el único que se queja por la forma desordenada como ha ido creciendo el servicio de taxi. “Yo tengo 19 años taxiando y en los últimos años es que veo el caos más grande sin que el CART reacciones frente a esto”, indica Manuel Chalas, mientras sentado en su auto en la avenida Privada, de la Capital, espera que “le caiga” otro servicio.
El carro de Chalas está debidamente identificado y eso permite que el cliente tenga a la vista ciertas características en caso de que al desmontarse olvide algún objeto o prenda que deba reclamar luego. De acuerdo a registros de Adetaxi, el hecho de que una compañía del ramo esté registrada como se debe permite que el 90% de las pertenencias que dejan los pasajeros en los asientos regresen a sus manos, salvo que el chofer aborde otro pasajero al instante y este último tome lo que dejó el anterior.
¿Gana el Estado con la formalidad?
Al Estado le va mejor cuando las empresas de taxi se formalizan. Por ejemplo, al Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) las compañías tienen que pagarle un derecho de uso de frecuencia y una licencia para operar al CART, según informaciones de Adetaxi.
El pago por cada frecuencia ronda los RD$8,000 y RD$10,000 anualmente, y una frecuencia tiene dos vías: una para transmitir y una para recibir. Es decir, que las grandes compañías en las que opera más de una frecuencia pagan por encima de ese monto, alcanzando algunas los RD$40,000. En el caso del taxista, éste tiene que pagar a la compañía para la que trabaja un costo por concepto operación, que oscila entre los RD$800 y RD$900 semanal. La empresa tiene que facilitarle un radio de comunicación.
Entre las compañías de taxi que existen en el país figuran las siguientes: Aéro, Anacaona, Cacique, Capital, Son, Express, La Monumental, Tecni, La Ruta, Santo Domingo, Las Colinas, Popular, Sonido, Miraflores, Nacional, La Vega, Eric, La Ruta y Cibao, entre otros.
La tarifa mínima por servicio de taxi (para uno o dos kilómetros) ronda los RD$180 y RD$200. Si la distancia es mayor se cobra en función de eso. Los representantes de diversas empresas de taxi están dispuestos a que en el país se coloquen taxímetros a las unidades. Esto es un aparato que comienza a marcar la distancia recorrida desde que el pasajero aborda el vehículo. Al final el pago es lo que indica el aparato, no lo que quiera el taxista, como ocurre en ocasiones.
Una práctica que se hace común
Una de las quejas frecuentes de los pasajeros tiene que ver con los precios que colocan unilateralmente (sin concentimiento de la base de la compañía) algunos choferes de taxi. Aún cuando la ruta es corta y tiene más o menos una tarifa establecida por recorrerla, éstos la elevan tomando en cuenta si encienden o no el “aire acondicionado” del vehículo. “Son veinte pesos más, porque te llevé con aire”, argumentan en ocasiones quienes están al volante.l
Viven de la actividad
Esteban Vargas
Presidente asociación de taxis
“A nosotros, como sector, nos preocupan las constantes alzas de los combustibles, la inseguridad ciudadana que pone en peligro nuestros taxistas, el mal estado de muchas unidades que ofrecen un servicio con precariedad, que el Gobierno solo atienda los grandes sindicalistas y que el CART no hace su trabajo”.
Máximo Collado
Taxista
A pesar de que con frecuencia a muchos de los que incursionan en la actividad de servicio de taxi se les critica que irrespetan las leyes de tránsito, Máximo Collado, de Anacaona Taxi, asegura que los agentes de la Autoridad Metropolitana no los dejan trabajar. “No quieren que uno se pare en ningún lado”, dice.
Martín Valenzuela
Taxista
“Me levanto a las 5:00 de la mañana para aprovechar el día. Por la inseguridad que hay no trabajo en las noches. A los policías de AMET hay que decirles que dejen trabajar a uno. No hay parqueos en la capital, ellos no dan opciones y si te paras en un lado te pegan una multa”.
En los supermercados y en las zonas turísticas
Los taxis no solo circulan por calles y avenidas de las ciudades. Es común que en los distintos hoteles turísticos y plazas comerciales haya centros de operaciones para quienes, especialmente salen de esos negocios.
Sin embargo, Esteban Vargas asegura que en gran medida se trata de un servicio no amparado en la ley, porque no ha sido autorizado por el CART. “Lo que ocurre a veces es que esas plazas hablan con un grupo de personas que poseen vehículos y éstos pasan a ser los taxistas oficiales de ellos. Pero no se han registrado en ningún lado. Y lo peor es que impiden que nuestras unidades vayan a esos lugares, a pesar de que cuentan con todos sus registros y pagan las tarifas por frecuencia.
Falta autoridad
Al CART hay que decirle que debe hacer mejor su trabajo. Que le ponga freno a todos estos piratas del taxi”, dice José Jiménez, de La Ruta Taxi.
Esteban Vargas
El CART debiera estar por encima de AMET, en lo que se refiere a los taxis, pero uno se pregunta por qué no aplica la ley como se debe”.
En el país el servicio de taxi lo regula la Ley 7600, que creó el Consejo de Administración y Regulación de Taxis. En el país el servicio de taxi lo regula la Ley 7600, que creó el Consejo de Administración y Regulación de Taxis. (Danny Polanco)
Conseguir una unidad de taxi es una tarea fácil en las principales ciudades del país, especialmente en el Gran Santo Domingo (Distrito Nacional y provincia Santo Domingo), donde operan más de 100 compañías del ramo.Sin embargo, no siempre es aconsejable para el usuario abordar el primer vehículo que encuentre; lo prudente es llamar al teléfono de una de las empresas que operan amparadas en la ley, solicitar el servicio y cerciorarse de que las características del vehículo que llegó a recogerlo se corresponden con las indicadas por el operador de la radio de la compañía. La razón por la que el cliente debe ser cauteloso es simple: En adición a las 100 empresas de taxis que existen en el Gran Santo Domingo, hay aproximadamente otras 50 en distintas provincias del Este, el Cibao y el Sur de República Dominicana, que de manera global reúnen unos 25 mil taxistas. Pero de esos 25 mil, apenas 10 mil trabajan por comunicación. Los otros no están afiliados, advierte la Asociación Dominicana de Empresas de Taxi (Adetaxi).
Cuando un taxista trabaja por comunicación significa que el usuario tiene un teléfono donde llamar, un lugar físico (de la empresa) que puede ubicar -en caso de reclamo- y una persona y un vehículo que pueden identificarse, porque el servicio se solicitó a una base que cumple con los requisitos de ley y es conocida por el Consejo de Administración y Regulación de Taxis (CART).
En detalle, hasta mediados del año 2013 el CART tenía apenas 3,487 unidades de taxi rotulados de los 25 mil que se estiman a nivel nacional, y 142 empresas registradas de unas 150.
“Tú tienes en el país aquí personas que salen del trabajo que tienen y se ponen a “buscársela” en sus horas libres como taxistas y otros que compran un carrito, le ponen un letrero que dice taxi y comienzan a recoger gentes. Así no se puede, qué seguridad tiene quien los aborda de que no se trata de un delincuente”, sostiene Esteban Vargas, presidente de Adetaxi y gerente de Taxi Anacaona.
Pero Esteban no es el único que se queja por la forma desordenada como ha ido creciendo el servicio de taxi. “Yo tengo 19 años taxiando y en los últimos años es que veo el caos más grande sin que el CART reacciones frente a esto”, indica Manuel Chalas, mientras sentado en su auto en la avenida Privada, de la Capital, espera que “le caiga” otro servicio.
El carro de Chalas está debidamente identificado y eso permite que el cliente tenga a la vista ciertas características en caso de que al desmontarse olvide algún objeto o prenda que deba reclamar luego. De acuerdo a registros de Adetaxi, el hecho de que una compañía del ramo esté registrada como se debe permite que el 90% de las pertenencias que dejan los pasajeros en los asientos regresen a sus manos, salvo que el chofer aborde otro pasajero al instante y este último tome lo que dejó el anterior.
¿Gana el Estado con la formalidad?
Al Estado le va mejor cuando las empresas de taxi se formalizan. Por ejemplo, al Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) las compañías tienen que pagarle un derecho de uso de frecuencia y una licencia para operar al CART, según informaciones de Adetaxi.
El pago por cada frecuencia ronda los RD$8,000 y RD$10,000 anualmente, y una frecuencia tiene dos vías: una para transmitir y una para recibir. Es decir, que las grandes compañías en las que opera más de una frecuencia pagan por encima de ese monto, alcanzando algunas los RD$40,000. En el caso del taxista, éste tiene que pagar a la compañía para la que trabaja un costo por concepto operación, que oscila entre los RD$800 y RD$900 semanal. La empresa tiene que facilitarle un radio de comunicación.
Entre las compañías de taxi que existen en el país figuran las siguientes: Aéro, Anacaona, Cacique, Capital, Son, Express, La Monumental, Tecni, La Ruta, Santo Domingo, Las Colinas, Popular, Sonido, Miraflores, Nacional, La Vega, Eric, La Ruta y Cibao, entre otros.
La tarifa mínima por servicio de taxi (para uno o dos kilómetros) ronda los RD$180 y RD$200. Si la distancia es mayor se cobra en función de eso. Los representantes de diversas empresas de taxi están dispuestos a que en el país se coloquen taxímetros a las unidades. Esto es un aparato que comienza a marcar la distancia recorrida desde que el pasajero aborda el vehículo. Al final el pago es lo que indica el aparato, no lo que quiera el taxista, como ocurre en ocasiones.
Una práctica que se hace común
Una de las quejas frecuentes de los pasajeros tiene que ver con los precios que colocan unilateralmente (sin concentimiento de la base de la compañía) algunos choferes de taxi. Aún cuando la ruta es corta y tiene más o menos una tarifa establecida por recorrerla, éstos la elevan tomando en cuenta si encienden o no el “aire acondicionado” del vehículo. “Son veinte pesos más, porque te llevé con aire”, argumentan en ocasiones quienes están al volante.l
Viven de la actividad
Esteban Vargas
Presidente asociación de taxis
“A nosotros, como sector, nos preocupan las constantes alzas de los combustibles, la inseguridad ciudadana que pone en peligro nuestros taxistas, el mal estado de muchas unidades que ofrecen un servicio con precariedad, que el Gobierno solo atienda los grandes sindicalistas y que el CART no hace su trabajo”.
Máximo Collado
Taxista
A pesar de que con frecuencia a muchos de los que incursionan en la actividad de servicio de taxi se les critica que irrespetan las leyes de tránsito, Máximo Collado, de Anacaona Taxi, asegura que los agentes de la Autoridad Metropolitana no los dejan trabajar. “No quieren que uno se pare en ningún lado”, dice.
Martín Valenzuela
Taxista
“Me levanto a las 5:00 de la mañana para aprovechar el día. Por la inseguridad que hay no trabajo en las noches. A los policías de AMET hay que decirles que dejen trabajar a uno. No hay parqueos en la capital, ellos no dan opciones y si te paras en un lado te pegan una multa”.
En los supermercados y en las zonas turísticas
Los taxis no solo circulan por calles y avenidas de las ciudades. Es común que en los distintos hoteles turísticos y plazas comerciales haya centros de operaciones para quienes, especialmente salen de esos negocios.
Sin embargo, Esteban Vargas asegura que en gran medida se trata de un servicio no amparado en la ley, porque no ha sido autorizado por el CART. “Lo que ocurre a veces es que esas plazas hablan con un grupo de personas que poseen vehículos y éstos pasan a ser los taxistas oficiales de ellos. Pero no se han registrado en ningún lado. Y lo peor es que impiden que nuestras unidades vayan a esos lugares, a pesar de que cuentan con todos sus registros y pagan las tarifas por frecuencia.
Falta autoridad
Al CART hay que decirle que debe hacer mejor su trabajo. Que le ponga freno a todos estos piratas del taxi”, dice José Jiménez, de La Ruta Taxi.
Esteban Vargas
El CART debiera estar por encima de AMET, en lo que se refiere a los taxis, pero uno se pregunta por qué no aplica la ley como se debe”.
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