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Ayer,
los desarrolladores de una nueva aplicación llamada LIVR comenzaron a
ponerse en contacto con distintos medios de comunicación de tecnología.
La propuesta era divertida. Se trata de una aplicación que gestiona una
red social para fiestas a la que solo puedes acceder si estás borracho.
Para demostrar un mínimo grado de alcoholemia, la app viene acompaña de
un alcoholímetro. Sentimos quitaros la ilusión, pero LIVR no es más que un elaborado engaño.
La noticia
sobre la aplicación llegó a la redacción de Gizmodo en una nota de
prensa repleta de la habitual palabrería de marketing. He aquí una breve
descripción de LIVR:
LIVR es la puerta biométrica a una fiesta a escala global. Antes de poder entrar, los usuarios deben soplar en un alcoholímetro que se conecta al dispositivo y demostrar un nivel mínimo de alcohol en sangre. Todos los usuarios de la red pasan por el mismo test para garantizar un estado mental similar. A medida que el usuario metaboliza el alcohol, el usuario debe seguir bebiendo si quiere seguir conectado a LIVR.
La nota de
prensa continúa mencionando funciones como Drunk Dial™ (el símbolo de
marca registrada es un detalle muy hábil). Según su descripción, esta
función permite llamar al azar a otros usuarios borrachos cercanos para
socializar. LIVR también dispone de minijuegos como Verdad o
Consecuencia, donde los beodos pueden ponerse pruebas para ganar puntos
LIVR.
Finalmente,
la nota de prensa lleva a un vídeo bien producido, y no muy distinto a
los que estamos acostumbrados a ver en otras aplicaciones recién salidas
al mercado. El software y su alcoholímetro supuestamente salen en
primavera para iOS y Android.
Todo parece
normal. La apuesta de LIVR es políticamente incorrecta y muy
desmelenada, pero hemos visto cosas peores. Desde ayer, numerosos blogs
han publicado informaciones sobre LIVR como ciertas, pero no es así. La
aplicación es una elaborada e intencionada broma.
El alcoholímetro
Asumamos
por un momento que Apple de por buena una aplicación que premia a los
usuarios por ponerse hasta las patas de alcohol. La primera duda
razonable llega con el propio alcoholímetro. Según LIVR, el dispositivo
solo costará cinco dólares.
Los
alcoholímetros que se conectan al iPhone y a otros smartphones son
reales. Existen y funcionan desde hace mucho y podemos encontrarlos en
Amazon o en campañas de crowdfunding como esta.
Sin embargo, basta un repaso rápido para ver que todos estos
dispositivos son mucho más caros que el que ofrece LIVR. La razón es que
diseñar y fabricar un alcoholímetro de estas características no es
fácil. La diferencia de precio es tan alta que resulta sospechosa.
Para
empeorar las cosas, una búsqueda en el registro de patentes y marcas de
Estados Unidos revela que no hay nada bajo el nombre Drunk Dial, ni bajo LIVR.
Los fundadores
Incluso a
pesar de todo esto, aún había posibilidades de que LIVR fuera real. Al
fin y al cabo, hay proyectos empresariales más locos en páginas de
crowdfunding, pueden haberse tirado a la piscina con el precio, y sus
fundadores pueden no haber hecho su trabajo registrando su producto.
Es en este
momento cuando llegamos a los fundadores de LIVR: Avery Platz y Kyle
Addison. Una búsqueda preliminar en Google revela que no existe nadie
por el nombre de Avery Platz antes de hace unos pocos días. Kyle Addison
hay muchos, pero ninguno que parezca relacionado con el proyecto.
La cosa
empieza a oler realmente mal cuando una búsqueda por imágenes con las
fotos de staff de la web de LIVR revela que el supuesto Avery Platz es
igualito al actor, humorista y comediante Matt Mayer.
A Kyle Madison no hemos podido identificarle, pero las dudas ya son
excesivas. O bien LIVR es una compañía descuidada y financieramente
suicida cuyos fundadores son tan paranoicos que han contratado a actores
para figurar en su página web, o todo esto es una broma. Las únicas
cuestiones que quedan es "¿Quién?" y "¿Por qué?"
Los bromistas
No está
claro quien está detrás de LIVR, pero han hecho un considerable esfuerzo
por construir la mascarada. Se ha montado una estupenda página web, se
han creado perfiles en Twitter e Instagram.
La búsqueda sobre quién es el propietario del dominio solo arroja el
dato de que se creó hace un mes. Quien lo hizo utilizó un servicio de
anonimato.
Hemos
contactado con LIVR a través de Twitter y correo electrónico, así como
con el propio Matt Mayer, para intentar averiguar más información sobre
esta elaborada broma y su propósito.
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