Las aves que conforman este top-100 son las más raras, peculiares y amenazadas del mundo.
La selección incluye algunas de las aves más grandes y fascinantes y también otras especies inusuales que están amenazadas, como la paloma manumea –conocida como pequeño dodo- el águila de Filipinas y un tipo de kiwi.
También hay especies de América del Sur, como el zambullidor de Junín o el picaflor de Juan Fernández, que pueden verse en la galería de la derecha.
Pero el número 1 de la lista lo ocupa el ibis gigante.
El miembro más grande de la familia de los ibis y plateínos, el ibis gigante supera el metro de altitud, pesa 4,2 kilos y es el ave nacional de Camboya.
Sin embargo, solo quedan menos de 230 parejas.
El egotelo de Nueva Caledonia, que sigue con el número 2 de esta lista, tiene las patas más largas que cualquier otro egotelo.
Con muy pocos avistamientos, poco se sabe de esta enigmática especie, que no ha sido vista desde 1998.
Continúa eludiendo a observadores de pájaros e investigadores, y se presume que sobrevive menos de 50.
En el puesto número 3 se ubica el cóndor de California, un ave que con las alas abiertas mide tres metros de ancho y que ha sido objeto de intensos esfuerzos de conservación.
No se sabe cuántos cóndores californianos llegaron a existir alguna vez, aunque para 1981 la población salvaje solo sumaba 21 ejemplares.
El número 4 es el kakapode Nueva Zelanda, un ave nocturna que no vuela y que es el más pesado de todos los loros.
Está extinto en su espacio natural, y sobrevive solo en tres islas intensamente controladas.
Los dedicados esfuerzos de conservación han logrado que la población aumente lentamente a 125 individuos.
Es otra especie rara, que prácticamente no vuela.
El el único representante de todo un grupo taxonómico, y parece algo entre una garza pequeña y una gallareta.
En la lista hay otras 95 especies únicas, como el mochuelo de Blewitt, que se creía extinguido hasta que fue redescubierto en 1997, 113 años después de haber sido visto por última vez, tal como reporta Matt Walker, periodista de la BBC.
El trabajo forma parte del programa Evolutionarily Distinct and Globally Endangered (EDGE), que busca documentar las especies únicas más vulnerables del planeta.
Los científicos examinaron cerca de 10.000 especies e idetificaron más de 100 áreas donde hace falta más esfuerzos de conservación para proteger la diversidad de las aves.
"Estas aves distintivas y amenazadas están a menudo lejos de los lugares más ricos en especies o de los que ya están bajo el radar de conservación", afirma Walter Jetz, investigador de las universidades de Yale e Imperial College London y autor del trabajo.
"La mitad de las 100 especies clasificadas en EDGE están recibiendo muy poca o ninguna atención de conservación", añadió Carly Waterman, gerente del programa EDGE en ZSL.
"Lamentamos la extinción del dodo, pero sin acción perderemos a uno de sus más cercanos parientes, la paloma manumea o 'pequeño dodo', y otras aves extraordinarias".
Los detalles de la iniciativa de clasificación se publicaron en la revista especializada Current Biology.
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