Hoy es el Día Mundial del Beso. El gesto social por excelencia para manifestar cariño, amor y empatía proporciona, además, beneficios a la salud.
Santo Domingo
El autor Alain Montandon dice en “El beso: ¿qué se esconde tras este gesto cotidiano?” (Siruela, 2007): “Al igual que las lágrimas, los gestos, los suspiros y los sollozos, el beso forma parte de una semiología sentimental, con una gama muy rica de matices que se presta a múltiples ambivalencias, menosprecios, malentendidos y confusiones”.
En lo que sí coinciden psicólogos, médicos y científicos es en admitir todos los beneficios que esta acción brinda a los involucrados, un gesto social al que el mundo le dedica el día de hoy.
La psicóloga Andrea Castillo asegura que gracias a la Filematología, la ciencia que estudia el beso y las reacciones que provoca en el cuerpo, los prejuicios que por muchos años rodeaban el concepto del beso han dado paso a interpretaciones que favorecen el acto de besar.
“No solo refuerzan y consolidan las relaciones de pareja, sino que es el gesto universal por excelencia para manifestar cariño, amor y empatía a todas las personas, sentimientos tan necesarios hoy día”, comenta.
Salud y sentimiento
“Besar produce un sinnúmero de estimulaciones sensoriales, con la excitación de cinco de los nervios craneales, acompañada a menudo por un intercambio de saliva. Los labios albergan receptores especiales de tacto y presión que hacen llegar al cerebro mensajes de lo más estimulantes.
El cuerpo procesa toda la información que está recibiendo sobre la posible pareja sexual y valora rápidamente el atractivo de quien lo está besando”, escribió Tom Cutler en “Azotes y caricias” (Debolsillo, 2013).
Cutler señala en el libro que Helen Fisher, bióloga y antropóloga de la Rutger University (New Jersey), dice que en el transcurso de un beso la persona obtiene un informe físico exhaustivo acerca del besado. “Los ves, los hueles, los oyes, los tocas y los saboreas –dice-. Todos los cinco sentidos.
En cuestión de segundos ves si tienen posibilidades de ser buenas parejas”.
Muchos de los beneficios del beso los recoge Andréa Demirjian en “Besos: todo lo que usted siempre quiso saber acerca de uno de los placeres más dulces de la vida” (Penguin Group, 2006).
¿Algunos? Besar ayuda a reducir la presión arterial, pues aumenta los latidos sanamente mientras reduce la presión sanguínea; elimina los calambres y dolores de cabeza, combate la caries (al hacer fluir los líquidos como la saliva), quema calorías, aumenta la autoestima y la sensación de sentirse amado y amplifica las hormonas de la felicidad.
Para Adrianne Blue, autora de “El beso: de lo metafísico a lo erótico” (Kairós, 1998), como todo comportamiento sexual, el beso es el resultado de tres fuerzas interactivas: biológicas, psicológicas y sociales. “Algunos expertos sostienen que las dos últimas son manifestaciones de la biológica.
Pero sea cual sea la fuente del impulso, pocos negarían que la compulsión a besar puede ser tan intensa como el deseo de comer cuando tenemos hambre”.
(+)
DATOS INTERESANTES SOBRE EL BESO
- Los romanos solían distinguir entre tres clases de besos: los oscula, que eran los besos amistosos; los basia, besos propios del afecto y del amor, y, finalmente, los suavia, los besos característicos de la pasión carnal, apunta Alain Montandon en “El beso: ¿qué se esconde tras este gesto cotidiano?” (2007).
- El beso más largo de la historia fue el de la pareja tailandesa Ekkachai y Laksana Tiranarat, quienes en febrero de 2011 permanecieron 46 horas, 24 minutos y 9 segundos con los labios entrelazados. El evento ocurrió durante un maratón por San Valentín.
- El 15 de septiembre de 1990, durante un festival dedicado al beso, el estadounidense A. E. Wolfram besó a 8,001 personas durante ocho horas.
- Según el antropólogo Vaughn Bryant, experto en Filematología citado por la revista Muy Interesante, “el beso es una práctica milenaria que evolucionó a partir de otro saludo más común entre nuestros antepasados que consistía en aproximar sus narices y olisquearse para averiguar la salud y el estatus social de la persona que tenían delante, muy parecido al saludo que actualmente emplean los esquimales”.
La psicóloga Andrea Castillo asegura que gracias a la Filematología, la ciencia que estudia el beso y las reacciones que provoca en el cuerpo, los prejuicios que por muchos años rodeaban el concepto del beso han dado paso a interpretaciones que favorecen el acto de besar.
“No solo refuerzan y consolidan las relaciones de pareja, sino que es el gesto universal por excelencia para manifestar cariño, amor y empatía a todas las personas, sentimientos tan necesarios hoy día”, comenta.
Salud y sentimiento
“Besar produce un sinnúmero de estimulaciones sensoriales, con la excitación de cinco de los nervios craneales, acompañada a menudo por un intercambio de saliva. Los labios albergan receptores especiales de tacto y presión que hacen llegar al cerebro mensajes de lo más estimulantes.
El cuerpo procesa toda la información que está recibiendo sobre la posible pareja sexual y valora rápidamente el atractivo de quien lo está besando”, escribió Tom Cutler en “Azotes y caricias” (Debolsillo, 2013).
Cutler señala en el libro que Helen Fisher, bióloga y antropóloga de la Rutger University (New Jersey), dice que en el transcurso de un beso la persona obtiene un informe físico exhaustivo acerca del besado. “Los ves, los hueles, los oyes, los tocas y los saboreas –dice-. Todos los cinco sentidos.
En cuestión de segundos ves si tienen posibilidades de ser buenas parejas”.
Muchos de los beneficios del beso los recoge Andréa Demirjian en “Besos: todo lo que usted siempre quiso saber acerca de uno de los placeres más dulces de la vida” (Penguin Group, 2006).
¿Algunos? Besar ayuda a reducir la presión arterial, pues aumenta los latidos sanamente mientras reduce la presión sanguínea; elimina los calambres y dolores de cabeza, combate la caries (al hacer fluir los líquidos como la saliva), quema calorías, aumenta la autoestima y la sensación de sentirse amado y amplifica las hormonas de la felicidad.
Para Adrianne Blue, autora de “El beso: de lo metafísico a lo erótico” (Kairós, 1998), como todo comportamiento sexual, el beso es el resultado de tres fuerzas interactivas: biológicas, psicológicas y sociales. “Algunos expertos sostienen que las dos últimas son manifestaciones de la biológica.
Pero sea cual sea la fuente del impulso, pocos negarían que la compulsión a besar puede ser tan intensa como el deseo de comer cuando tenemos hambre”.
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DATOS INTERESANTES SOBRE EL BESO
- Los romanos solían distinguir entre tres clases de besos: los oscula, que eran los besos amistosos; los basia, besos propios del afecto y del amor, y, finalmente, los suavia, los besos característicos de la pasión carnal, apunta Alain Montandon en “El beso: ¿qué se esconde tras este gesto cotidiano?” (2007).
- El beso más largo de la historia fue el de la pareja tailandesa Ekkachai y Laksana Tiranarat, quienes en febrero de 2011 permanecieron 46 horas, 24 minutos y 9 segundos con los labios entrelazados. El evento ocurrió durante un maratón por San Valentín.
- El 15 de septiembre de 1990, durante un festival dedicado al beso, el estadounidense A. E. Wolfram besó a 8,001 personas durante ocho horas.
- Según el antropólogo Vaughn Bryant, experto en Filematología citado por la revista Muy Interesante, “el beso es una práctica milenaria que evolucionó a partir de otro saludo más común entre nuestros antepasados que consistía en aproximar sus narices y olisquearse para averiguar la salud y el estatus social de la persona que tenían delante, muy parecido al saludo que actualmente emplean los esquimales”.
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