
Quizá eres el tipo de persona a la que le
gusta levantar pesas mientras ve una serie, ir a correr al parque a las
22:00 horas o practicar pilates después de que digeriste tu cena.
Si es así, sin duda has escuchado los rumores de que ejercitarse en la noche es malo para tu sueño.
Después de todo, el ejercicio aumenta tu temperatura corporal, aumenta tu ritmo cardíaco y genera que tu sistema libere epinefrina (adrenalina) estimulante.
Aunque esos normalmente son los resultados
deseables (son la razón por la que te ejercitas en primer lugar), la
sabiduría popular dice que en la noche, los efectos del esfuerzo físico
pueden hacer que des de gritos con los búhos.
La pregunta es: ¿es esto verdad, o solo es un
mito inventado por personas que buscan una excusa para saltarse el
ejercicio después del trabajo?
El veredicto: Para la mayoría, ejercitarse en cualquier momento del día le ayudará a dormir
Hay evidencia anecdótica de que algunas
personas tienen dificultad para dormirse después de episodios vigorosos
de ejercicio en la noche; y el médico Stuart Quan, el profesor de
Medicina del Sueño Gerald E. McGinnis en la Escuela de Medicina de
Harvard y editor en jefe de UnderstandingSleep.org, reconoce que estos individuos deben tener cuidado de ejercitarse muy cerca de su hora de dormir.
"Su adrenalina es alta, su cerebro está activo, y es difícil relajarse”, dice.
Si caes en esa categoría y experimentaste
problemas para dormir después de un ejercicio de cardio o sesión de yoga
a la medianoche, Quan recomienda que te des algunas horas entre el
momento del ejercicio y el momento del sueño. Esta estrategia permitirá
que tu temperatura corporal regrese a sus 37 grados centígrados
normales, que tus latidos regresen a su ritmo de descanso y que tus
niveles de adrenalina se estabilicen para que puedas dormir.
Sin embargo, para la mayoría de las personas,
ejercitarse cerca de la hora de dormir no parece afectar adversamente la
calidad del sueño en los más mínimo. En un estudio de 2011 se determinó
que los sujetos durmieron igual de bien en las noches cuando se
ejercitaron durante 35 minutos justo antes de dormir que cuando lo
hicieron en las noches en las que no se ejercitaban.
Y la encuesta “Sueño en Estados Unidos” de
2013 de la Fundación Nacional del Sueño de ese país, en la que se
estudiaron los hábitos de sueño de 1,000 participantes, se encontró que
una mayoría abrumadora de personas (¡83%!) que se ejercitaban en
cualquier momento del día (sí, incluida la noche) reportaron que dormían
mejor que aquellos que no se ejercitaban en lo absoluto.
Más del 50% de las personas que se ejercitan
vigorosa y moderadamente duerme mejor en los días en los que se ejercita
que en días en los que no se ejercitan en lo absoluto. Y solo el 3% de
quienes se ejercitan muy en la noche dijo que dormía peor en los días en
los que se ejercitaba, en comparación con los días en que no lo hacían.
Así que si justo antes de dormir es el único
momento en el que puedes ejercitarte, ¡hazlo! No todos son personas que
se levantan temprano y a las que les gusta trotar por las calles antes
del amanecer, al estilo de Rocky. E incluso menos personas tienen
trabajos en los que es posible ir al gimnasio en el almuerzo (aunque eso
sería agradable).
Ejercitarte es casi siempre mejor que no
ejercitarte en lo absoluto. Por lo menos, esa definitivamente es una
idea digna de meditar mientras duermes.
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