Se construyó en donde estaban las Torres Gemelas. Trata de recrear lo que se sintió el día del atentado. Se inaugura el jueves
En septiembre se cumplen 13 años desde que el mundo observó horrorizado cómo terroristas de Al Qaeda destruían las Torres Gemelas de Nueva York y acababan con la vida de 2.752 personas el 11 de septiembre de 2001. Y ahora, a cuatro meses del decimotercer aniversario de la tragedia, la ciudad se prepara para la inauguración del Museo de la Memoria del 11-S, que ocurrirá el jueves en lo que se llamó la Zona Cero.
El pabellón de entrada al museo, que intenta reflejar el vacío que se sintió el día siguiente del atentado, se encuentra entre las dos cascadas artificiales construidas en donde se eregían ambas torres. Dos muestras se exponen debajo de ellas, 20 metros bajo tierra.
De a poco se van presentando objetos encontrados entre los escombros: un tridente de acero oxidado que soportaba la fachada de la Torre Norte, una columna retorcida por el impacto de un avión, la escalera usada para escapar, un camión de bomberos y, probablemente uno de los elementos más impactantes, una pequeña insignia de metal con forma de alas que iba en la chaqueta de una de las azafatas del vuelo 11 de American Airlines.
Al fondo del pabellón, se le dan dos opciones al visitante: ir a la muestra bajo la cascada sur, donde se recuerda a las 2.983 personas que fallecieron el 11-S y a los 6 muertos en un ataque ocurrido en 1993, a través de la exhibición de objetos personales, fotos y comentarios de seres queridos; o se puede ir a la que se encuentra bajo la cascada norte, donde se cuenta la historia transcurrida luego de los eventos.
La única sección a la que no se podrá acceder es donde yacen los restos de las víctimas no identificadas, algo que generó bastante polémica entre las familias de los fallecidos, informa El País.
Durante seis días, el museo estará abierto las 24 horas para los familiares de las víctimas y los que vivieron directamente los atentados.
El 21 abrirá al público y las entradas costarán u$s24. Este último dato refuerza el largo debate sobre si es un homenaje a los fallecidos o una atracción turística.
"Este museo expresará lo que aquellos que nos atacaron no entendieron, que los vínculos que nos unen se refuerzan de la manera más extraordinaria cuando nos enfrentamos a las circunstancias menos imaginables", expresó Joe Daniels, responsable del museo.
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El presidente Barack Obama encabeza los actos en la "zona cero" de la apertura del Museo de la Memoria
Nueva York - Casi trece años después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 Nueva York ya tiene por fin un Museo de la Memoria para recordar a la ciudad, al país y al resto del mundo las tragedias y lecciones de aquellos días, con la mente puesta en las tres mil víctimas y los héroes que dieron su vida.
"Con esta apertura cumplimos el compromiso que hicimos a los familiares de las víctimas, que nunca olvidaremos a los que perdimos ni las lecciones terribles que aprendimos ese día", aseguró el presidente del Memorial del 9/11, Michael Bloomberg, al presentar a la prensa el museo que abrirá sus puertas al público el 21 de mayo.A lo largo de varias salas repartidas en unos 110,000 pies cuadrados de exposición, los visitantes encontrarán desde dos tridentes de acero que formaron parte de la estructura de la fachada de la Torre Norte hasta los restos de un camión de bomberos o el motor de uno de los ascensores de la Torre Sur.Los dos sectores principales del museo se encuentran bajo las enormes piscinas que presiden el Memorial del 9/11, donde se pueden ver fotografías, maquetas y objetos personales de las víctimas y del personal de los servicios de emergencia y rescate, en un escalofriante recorrido donde lo visual y lo sonoro tienen un papel fundamental.Otro de los puntos centrales es una enorme sala donde se encuentra "la última columna", de 56 toneladas de peso y casi 11 metros de altura, retirada de la "zona cero" en mayo de 2002 y que en las semanas posteriores fue cubierta de mensajes, fotos y otros recuerdos por el personal de rescate, los voluntarios y familiares.También hay un espacio importante que repasa la historia en los años previos a los ataques, desde el primer atentado contra el World Trade Center en 1993 y el surgimiento de Al Qaeda, a sus posteriores consecuencias, en un intento de los responsables del Memorial de invitar a la gente a reflexionar sobre lo que significa el 9/11.El presidente Barack Obama presidirá esta mañana la inauguración oficial del Museo de la Memoria, tras lo cual se dará paso a una Semana de Conmemoración que estará dedicada en exclusiva a los familiares de las víctimas y al personal de rescate antes de la apertura al público."El Museo de la Memoria ayudará a contar lo que no entendieron las personas que atentaron contra nosotros: los lazos que nos unen se fortalecen de manera extraordinaria cuando tenemos que afrontar este tipo de circunstancias inimaginables", dijo, por su parte, el responsable del Memorial del 9/11, Joe Daniels.
"Con esta apertura cumplimos el compromiso que hicimos a los familiares de las víctimas, que nunca olvidaremos a los que perdimos ni las lecciones terribles que aprendimos ese día", aseguró el presidente del Memorial del 9/11, Michael Bloomberg, al presentar a la prensa el museo que abrirá sus puertas al público el 21 de mayo.A lo largo de varias salas repartidas en unos 110,000 pies cuadrados de exposición, los visitantes encontrarán desde dos tridentes de acero que formaron parte de la estructura de la fachada de la Torre Norte hasta los restos de un camión de bomberos o el motor de uno de los ascensores de la Torre Sur.Los dos sectores principales del museo se encuentran bajo las enormes piscinas que presiden el Memorial del 9/11, donde se pueden ver fotografías, maquetas y objetos personales de las víctimas y del personal de los servicios de emergencia y rescate, en un escalofriante recorrido donde lo visual y lo sonoro tienen un papel fundamental.Otro de los puntos centrales es una enorme sala donde se encuentra "la última columna", de 56 toneladas de peso y casi 11 metros de altura, retirada de la "zona cero" en mayo de 2002 y que en las semanas posteriores fue cubierta de mensajes, fotos y otros recuerdos por el personal de rescate, los voluntarios y familiares.También hay un espacio importante que repasa la historia en los años previos a los ataques, desde el primer atentado contra el World Trade Center en 1993 y el surgimiento de Al Qaeda, a sus posteriores consecuencias, en un intento de los responsables del Memorial de invitar a la gente a reflexionar sobre lo que significa el 9/11.El presidente Barack Obama presidirá esta mañana la inauguración oficial del Museo de la Memoria, tras lo cual se dará paso a una Semana de Conmemoración que estará dedicada en exclusiva a los familiares de las víctimas y al personal de rescate antes de la apertura al público."El Museo de la Memoria ayudará a contar lo que no entendieron las personas que atentaron contra nosotros: los lazos que nos unen se fortalecen de manera extraordinaria cuando tenemos que afrontar este tipo de circunstancias inimaginables", dijo, por su parte, el responsable del Memorial del 9/11, Joe Daniels.
Polémica por los restos
La apertura del museo no ha estado exenta de polémica ya que un grupo de familiares ha expresado su malestar por el traslado de los restos de sus seres queridos, que están ya en una sala privada en los sótanos del edificio a la que solo pueden acceder las familias y los expertos forenses que siguen trabajando en la identificación.
Todavía quedan por identificar 1,115 de las 2,753 personas que murieron aquel día tras el derrumbe de las Torres Gemelas, y de los cerca de 22,000 fragmentos humanos que se recuperaron en la "zona cero" casi un tercio todavía no han sido cotejados, según los últimos datos de la Oficina del Forense de la ciudad."Esto no es un cementerio. Aquí no venimos a enterrar a nuestros muertos. Entiendo que haya personas que no compartan esta decisión pero toda su argumentación parte de una idea falsa", dijo a Charles G. Wolf, uno de los familiares de las víctimas que sí apoyó el traslado de los restos.Bloomberg fue todavía más directo. "Estamos en una democracia y hay que respetar lo que quiere la mayoría", contestó el exalcalde cuando los periodistas le hicieron la inevitable pregunta. "Hay casi tres mil familias que creen que es una buena idea y unas decenas que están en contra", zanjó.El exalcalde y presidente de la junta del Memorial del 9/11, también abordó el debate por los 24 dólares que costará la entrada. "Escriban a sus congresistas para que presionen para obtener más fondos federales", dijo Bloomberg, quien recordó que el Gobierno aprobó $250 millones y solo la seguridad cuesta al año $10 millones."Para mí es la culminación de doce años de trabajo y creo que al final ha merecido la pena", aseguró Wolf, quien en todo caso evitó hablar de un punto final con la apertura del museo. "Sin duda va a ser un día difícil, pero al mismo tiempo va a ser maravilloso", sentenció.
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