Seguro que te has hecho la misma pregunta varias veces: ¿de veras hay tanta diferencia entre un cargador
original de Apple y uno falso, de imitación? Uno es mucho más caro que
otro pero, ¿y los componentes? Sí, son distintos, y mucho. Por fuera
parecen prácticamente iguales, pero la diferencia (y el peligro) está
por dentro.
Ken Shirriff ha realizado un interesante despiece de estos cargadores,
en concreto de uno auténtico del iPad (en la imagen de arriba, el de la
izquierda) frente a otro de imitación (derecha). Apple los vende en su web
por 19 euros/16 dólares, pero te puedes comprar uno falso desde 5
euros/3 dólares. La diferencia de precio se ve nada más destriparlos.
Los cargadores de imitación están sellados con algo que intenta parecer
una certificación, pero "no hay forma de que puedan pasar ninguna prueba de seguridad", escribe Shirriff
Los
cargadores falsos suelen tener la mitad de potencia de carga que los
originales (por eso tardan tanto en cargar el equipo). Cuentan además
con muchos menos componentes en su interior en un intento por reducir el
coste, algo que al final se traduce en menor seguridad. Por ejemplo,
las regulaciones de seguridad obligan a que haya una separación de
espacio de al menos 4 milímetros entra la parte del circuito de alto
voltaje y la de bajo voltaje para evitar, entre otras cosas, que el
cargador se sobrecaliente y pueda arder en el acto (y con él tu
casa...). Ese espacio se respeta en el caso de los cargadores originales, pero no en el de los de imitación.
Puedes leer todos los detalles técnicos al completo en la página de Shirriff (en inglés). Merece la pena para entender por qué pagar un poco más es, a veces, la mejor opción. [vía Ken Shirriff]
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