De una correcta nutrición depende la salud,
pero excederse en determinados nutrientes no beneficia, al contrario,
perjudica. Últimamente las proteínas son de los nutrientes más
demandados en suplemento porque, según el concepto de la mayoría, su
consumo es adecuado entre quienes se ejercitan, pero ¿es esto cierto?
La nutrióloga Rosa Mejía Geraldo comenta que en la actualidad existen muchos mitos sobre el uso de suplementos de proteínas cuando las personas se están ejercitando.
“Si bien es cierto que durante el ejercicio se rompen muchas fibras musculares que hay que reponer luego, no solo es el uso de suplementos proteínicos lo que debe usarse para su reparación”, dice.
Los mismos resultados se obtendrían -según la también experta en medicina estética- ingiriendo tres claras de huevo, seis onzas de pollo, pavo o cualquier proteína animal.
“La diferencia radica en que las proteínas en polvo se digieren de una forma más rápida que los alimentos sólidos y por ende la reparación muscular es más rápida”, señala Mejía Geraldo.
Ingesta diaria
Los suplementos de proteínas ayudan a suplir necesidades que el ser humano pudiera tener de esa molécula y que no se suplen con la alimentación diaria. Si un adulto sano ingiere la cantidad necesaria de proteína cada día no hay razón alguna para que se suplemente.
Así lo afirma Mejía Geraldo, quien añade que la ingesta diaria recomendada de este nutriente es de 0.8 miligramos por kilogramo de peso por día en adulto sano.
“Esto quiere decir que si una persona pesa 80 kg debe consumir a diario 64 gramos de proteína, valor que aumenta en embarazo, lactancia y crecimiento”, dice.
Un ejemplo de las porciones de un día sería tres onzas de carne, ave o pescado, media taza de legumbres, un huevo, dos cucharadas de mantequilla de maní o una onza de queso blanco.
Los suplementos
“Las proteínas en polvo se toman para administrarlas al organismo de forma rápida y de fácil digestión. Si en vez de un batido de proteínas ingieres la misma cantidad de proteínas de otras fuentes (pollo, atún, pavo, pescado...), obtendrás el mismo efecto”, dice la nutrióloga clínica.
Lo peligroso del consumo de proteínas -advierte Mejía Geraldo- es la cantidad que se consume a diario, no de dónde provengan. Las proteínas son de digestión más difícil que, por ejemplo, los hidratos de carbono, por lo que si se ingieren en exceso se sobrecarga al cuerpo, en especial a los riñones, lo cual es muy peligroso.
“Algo que veo muy frecuente en mis consultas es que desde que los pacientes llevan tres semanas en un régimen de pérdida de peso, preguntan cuándo deben empezar a consumir batidos de proteína, o chicas que buscan definición pero tienen un alto porcentaje de grasa y desde el primer día quieren suplementarse”, dice la especialista.
Tomar estos batidos proteínicos no otorga por arte de magia un cuerpo perfecto, aunque sí tienen la ventaja de recuperar el cuerpo después del ejercicio de manera rápida. Tampoco es buena idea sustituir los alimentos que aportan proteína por estas bebidas todo el tiempo, pues de hacerlo se acostumbra al cuerpo a no consumir sólidos. Tomar un suplemento proteínico debe ocurrir luego de la consulta con un experto en nutrición.
Mejía Geraldo recomienda a quienes quieren aumentar masa muscular realizar entrenamiento de carga e incrementar el consumo calórico y sobre todo tener en cuenta la importancia de los carbohidratos.
“Los hidratos de carbono que consumimos se transforman en glucógeno, el cual es un compuesto que se almacena en el músculo y el hígado cuyas reservas se agotan a la hora y media o dos horas de ejercicio. Los carbohidratos son tan importantes como las proteínas”, dice.
Los efectos dañinos
Aunque parece fácil e inofensivo, “el tomar suplementos proteínicos sin supervisión puede llevarte a dañar tu salud”, advierte la experta en nutrición.
Su uso excesivo puede causar, por ejemplo, alta acidez de la sangre, situación que para ser contrarrestada amerita que el cuerpo libere calcio en sangre, comprometiendo la resistencia ósea.
“Otro peligro potencial son los cálculos renales, pues el calcio que el cuerpo utiliza para equilibrar el nivel de pH en la sangre llega a los riñones a la espera de la excreción por la orina. Sin embargo, si hay un exceso de calcio en los riñones, lo recogerá y formará piedras”, indica Mejía Geraldo.
Efecto
La suplementación excesiva puede llegar a deshidratar, pues los productos resultantes del metabolismo se eliminan con bastante más agua de la que bebemos normalmente.
Alimentos
Los mismos resultados que se buscan en los suplementos proteínicos se obtendrían ingiriendo, por ejemplo, tres claras de huevo, seis onzas de pollo, pavo o cualquier proteína animal.
Complemento
Si al aporte proteínico no se añade la cantidad adecuada de carbohidratos, puede ocurrir una acidosis metabólica que va contra la formación de los músculos.
La nutrióloga Rosa Mejía Geraldo comenta que en la actualidad existen muchos mitos sobre el uso de suplementos de proteínas cuando las personas se están ejercitando.
“Si bien es cierto que durante el ejercicio se rompen muchas fibras musculares que hay que reponer luego, no solo es el uso de suplementos proteínicos lo que debe usarse para su reparación”, dice.
Los mismos resultados se obtendrían -según la también experta en medicina estética- ingiriendo tres claras de huevo, seis onzas de pollo, pavo o cualquier proteína animal.
“La diferencia radica en que las proteínas en polvo se digieren de una forma más rápida que los alimentos sólidos y por ende la reparación muscular es más rápida”, señala Mejía Geraldo.
Ingesta diaria
Los suplementos de proteínas ayudan a suplir necesidades que el ser humano pudiera tener de esa molécula y que no se suplen con la alimentación diaria. Si un adulto sano ingiere la cantidad necesaria de proteína cada día no hay razón alguna para que se suplemente.
Así lo afirma Mejía Geraldo, quien añade que la ingesta diaria recomendada de este nutriente es de 0.8 miligramos por kilogramo de peso por día en adulto sano.
“Esto quiere decir que si una persona pesa 80 kg debe consumir a diario 64 gramos de proteína, valor que aumenta en embarazo, lactancia y crecimiento”, dice.
Un ejemplo de las porciones de un día sería tres onzas de carne, ave o pescado, media taza de legumbres, un huevo, dos cucharadas de mantequilla de maní o una onza de queso blanco.
Los suplementos
“Las proteínas en polvo se toman para administrarlas al organismo de forma rápida y de fácil digestión. Si en vez de un batido de proteínas ingieres la misma cantidad de proteínas de otras fuentes (pollo, atún, pavo, pescado...), obtendrás el mismo efecto”, dice la nutrióloga clínica.
Lo peligroso del consumo de proteínas -advierte Mejía Geraldo- es la cantidad que se consume a diario, no de dónde provengan. Las proteínas son de digestión más difícil que, por ejemplo, los hidratos de carbono, por lo que si se ingieren en exceso se sobrecarga al cuerpo, en especial a los riñones, lo cual es muy peligroso.
“Algo que veo muy frecuente en mis consultas es que desde que los pacientes llevan tres semanas en un régimen de pérdida de peso, preguntan cuándo deben empezar a consumir batidos de proteína, o chicas que buscan definición pero tienen un alto porcentaje de grasa y desde el primer día quieren suplementarse”, dice la especialista.
Tomar estos batidos proteínicos no otorga por arte de magia un cuerpo perfecto, aunque sí tienen la ventaja de recuperar el cuerpo después del ejercicio de manera rápida. Tampoco es buena idea sustituir los alimentos que aportan proteína por estas bebidas todo el tiempo, pues de hacerlo se acostumbra al cuerpo a no consumir sólidos. Tomar un suplemento proteínico debe ocurrir luego de la consulta con un experto en nutrición.
Mejía Geraldo recomienda a quienes quieren aumentar masa muscular realizar entrenamiento de carga e incrementar el consumo calórico y sobre todo tener en cuenta la importancia de los carbohidratos.
“Los hidratos de carbono que consumimos se transforman en glucógeno, el cual es un compuesto que se almacena en el músculo y el hígado cuyas reservas se agotan a la hora y media o dos horas de ejercicio. Los carbohidratos son tan importantes como las proteínas”, dice.
Los efectos dañinos
Aunque parece fácil e inofensivo, “el tomar suplementos proteínicos sin supervisión puede llevarte a dañar tu salud”, advierte la experta en nutrición.
Su uso excesivo puede causar, por ejemplo, alta acidez de la sangre, situación que para ser contrarrestada amerita que el cuerpo libere calcio en sangre, comprometiendo la resistencia ósea.
“Otro peligro potencial son los cálculos renales, pues el calcio que el cuerpo utiliza para equilibrar el nivel de pH en la sangre llega a los riñones a la espera de la excreción por la orina. Sin embargo, si hay un exceso de calcio en los riñones, lo recogerá y formará piedras”, indica Mejía Geraldo.
Efecto
La suplementación excesiva puede llegar a deshidratar, pues los productos resultantes del metabolismo se eliminan con bastante más agua de la que bebemos normalmente.
Alimentos
Los mismos resultados que se buscan en los suplementos proteínicos se obtendrían ingiriendo, por ejemplo, tres claras de huevo, seis onzas de pollo, pavo o cualquier proteína animal.
Complemento
Si al aporte proteínico no se añade la cantidad adecuada de carbohidratos, puede ocurrir una acidosis metabólica que va contra la formación de los músculos.
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