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El primer día del Rey Felipe VI Felipe VI


      PROCLAMA “ENCARNAR UNA MONARQUÍA RENOVADA”

      Madrid, España
      España tiene un nuevo rey, Felipe VI desde la medianoche del jueves, aunque fue pasada la mitad de la mañana cuando el nuevo monarca fue proclamado en el Congreso de los Diputados.
      Ahí, con el cielo de la capital cerrado de seguridad aérea, las calles decoradas con banderas nacionales y vigiladas por patrullas policiales y del ejército; y grupos a favor de la República manifestándose en el centro de Madrid, el nuevo monarca, de 46 años, marcó las líneas maestras de su reinado: señaló su fe en la unidad de España, sin uniformidad, “donde caben todos los españoles”, y su decisión de encarnar “una monarquía renovada para un tiempo nuevo”.
      Y otra, ya en ánimos de solidaridad con los afectados por la crisis económica en la nación europea, al receso que tiene tasa de parados en 25,9%, a los que envió su abrazo y entendimiento por las situaciones que atraviesan.
      Son cuestiones fundamentales para entender a la España de hoy. Se trata de una crisis que entre 2008 y 2012 redujo los ingresos de los hogares españoles en 2,600 euros por persona, a lo que se ha sumado 13 mil nuevos desempleados por semana y donde solo 54% de los adultos en edad hábil tiene trabajo.
      Consulta soberanista
      Los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) resumen lo que se ha vivido en esta parte de Europa, pero también de un Estado que enfrenta una consulta soberanista en Cataluña el próximo noviembre, sin ningún puente de diálogo establecido entre la Generalitat y el palacio de La Moncloa, en la capital madrileña.
      Y de una monarquía afeada por el escándalo del Instituto Nóos, un caso judicial que ha llevado al juez José Castro a acusar por malversación, fraude, prevaricación, falsedad y blanqueo de capitales a Iñaki Urdangarín, esposo de la infanta Cristina de Borbón, escándalo que la ha alejado de la familia Real y ausentado de los actos oficiales de ayer.
      Si a todo esto se suman las caídas que redujeron movilidad a don Juan Carlos I, quien se rompió la cadera mientras cazaba elefantes en Bosnia, a desconocimiento de la ciudadanía, se podrán entender las razones de cada palabra pronunciada en los 25 minutos de alocución de Felipe VI.
      El Estado español por un lado, y la monarquía por otro, tienen de frente a dos personajes claves de la vida política: Artur Mas, el presidente de la Generalitat de Cataluña, el hombre que ha impulsado el proceso independentista de su Comunidad Autónoma; y a Pablo Iglesias, el chico con coleta, 35 años, 1,200,000 mil votos en las Europeas de soporte.
      Ambos tienen sus diferencias con el sistema político actual, y cada uno las hizo ayer saber por enésima vez.
      “Me hubiera gustado escuchar que estamos en un Estado plurinacional”, se quejó Mas al concluir el discurso del nuevo Rey. Su confirmación de asistencia llegó a último momento, debido a un viaje que tenía pautado a Estados Unidos, pero al final optó por recortar la estadía.
      Y desde la acera independentista la vista de Iglesias, el fundador de Podemos, un partido que rompió todas las expectativas en las pasadas elecciones europeas: 5 escaños cuando las encuestas solo le daban uno; 1,200,000 votos y el hecho de convertirse en la cuarta fuerza política de España y la tercera de Madrid, Asturias, Aragón, Baleares y Cantabria.
      “Negarse a dar la palabra a los ciudadanos y a convocar un referéndum es la prueba de que algunos le tienen verdadero miedo a la democracia”, es el tuit de cabecera de Iglesias, un profesor universitario que reside en Puente de Vallecas, lejos del centro de la ciudad.
      De Mas, al menos, se resalta su aplauso junto al “lehendakari”, Iñigo Urkullu, al final del discurso del nuevo monarca, pero como guiño a la despedida del Rey en castellano, catalán, euskera y gallego.
      Quienes apoyan la monarquía
      Los retos del Rey son muchos, pero también de quienes lo apoyan y confían en él.
      Muestra de ello fue la multitud que se agrupó en las avenidas por las que pasaría Felipe VI la mañana de ayer jueves, el Congreso de los Diputados y el frente del balcón principal del Palacio Real.
      Estos puntos estaban repletos de españoles que le decían sí a la monarquía; que gritaban “viva el Rey”, “viva España”.
      “Me gustó  el discurso, se enfocó en los españoles, viene con nuevas propuestas y ha presentado oportunidades para los jóvenes. Sé que él lo va a hacer muy bien”, dijo Luis Coronel de Palma, quien junto a sus dos hijas quería ver el saludo del Rey.
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      VELAR POR LA DIGNIDAD DE LA CORONA

      “La Corona debe buscar la cercanía con los ciudadanos, saber ganarse su aprecio, su respeto y su confianza, y para ello velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente”, precisó Felipe VI.
      La noche del miércoles, el rey Juan Carlos I firmó la ley orgánica que hizo efectiva su abdicación y tras ser publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), Felipe VI se convirtió en el nuevo rey de España. En la mañana del jueves, las Cortes Generales, la reunión conjunta de ambas cámaras legislativas, le proclamaron en el Congreso de los Diputados. Leonor de Borbón es la nueva Princesa de Asturias. Nació el 31 de octubre de 2005.
      La nueva familia real está compuesta por los reyes don Felipe y doña Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía, la hija menor del matrimonio real de 2004, y los padres del nuevo monarca, quienes mantendrán el título honorífico de reyes, Juan Carlos I y doña Sofía.




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      TRAS LA PUBLICACIÓN EN EL BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO, ESTA MEDIANOCHE, DE LA LEY POR LA QUE SU PADRE, JUAN CARLOS I ABDICÓ AL TRONO

      EFE
      Madrid
      Felipe de Borbón es ya rey de España tras la publicación en el Boletín Oficial del Estado, esta medianoche, de la ley por la que su padre, Juan Carlos I, ha abdicado del trono.
      Juan Carlos de Borbón firmó ayer en el Palacio Real la ley de abdicación en su hijo primogénito, que fue refrendada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la entrada en vigor de esa norma se ha producido con su publicación en la gaceta oficial del Estado.
      La proclamación de Felipe VI como rey tendrá lugar a partir de las 08,30de la mañana de este jueves en una ceremonia solemne en el Congreso a la que asistirán diputados y senadores, así como representantes de los poderes del Estado y Cuerpo Diplomático.
      Tras esa proclamación el nuevo monarca pronunciará el discurso inaugural de su reinado.
      Felipe de Borbón, de 46 años, llega al trono de España tras la abdicación de su padre, Juan Carlos I, que ha reinado desde noviembre de 1975 y que el pasado día 2 anunció su renuncia a la Jefatura del Estado para dar paso a una etapa de impulso y esperanza representada por su hijo.
      La esposa de Felipe VI y nueva reina es Letizia Ortiz, de 41 años, y la sucesión en la Corona implica que la princesa de Asturias y heredera del trono pasa a ser Leonor, de ocho años.
      Leonor es la hija primogénita de los reyes Felipe y Letizia, que tienen otra hija, la infanta Sofía, de siete años.



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      Por qué el rey Felipe VI de España no será coronado
      En España, los monárquicos y curiosos esperan ansiosos el momento en que el Príncipe de Asturias se convertirá en el rey Felipe VI. Pero quien confíe en ver este jueves a un monarca con manto de armiño, trono y corona sobre la cabeza deberá acudir mejor a los cuentos de hadas y princesas.
      Y es que en España, a diferencia de otras monarquías, como Reino Unido, el rey no asume la Jefatura del Estado con una solemne coronación, sino con una proclamación mucho menos fastuosa.
      En otras palabras: ni Felipe de Borbón tendrá una corona en la cabeza, ni asumirá su nuevo cargo en un Palacio, ni habrá mandatarios extranjeros en la ceremonia.
      Su vestimenta será el uniforme de gala del Ejército de Tierra, como máximo responsable de las Fuerzas Armadas del país, sin capas ni mantos.
      Y la ceremonia se realizará en el Congreso de los Diputados, en Madrid, frente a los miembros de las cámaras alta y baja reunidos extraordinariamente para la ocasión.
      Allí prestará juramento a la Constitución española y será proclamado -no coronado- rey de España.
      Como en la proclamación de su padre, Juan Carlos I, en 1975, tanto la corona como el cetro -símbolos de la monarquía española- se mantendrán durante toda la ceremonia sobre un cojín granate bordado en oro.
      Sonará el himno del país y Felipe VI pronunciará su primer discurso como jefe del Estado, previsiblemente en las diferentes lenguas cooficiales del país.
      Después recorrerá Madrid con la reina Letizia y ofrecerá una recepción en el Palacio Real para las máximas autoridades del país, así como a invitados del mundo de los negocios, la diplomacia o la cultura.

      Reyes sin corona

      Palacio Real
      Los medios ya se encuentran en las inmediaciones del Palacio Real, donde se llevará a cabo una recepción para más de 2.000 invitados.
      Hay varias razones que explican este protocolo. La primera es que la actual Constitución española habla precisamente de proclamación.
      Esta ceremonia se interpreta como un pacto entre el rey y el reino, como contrapunto a los reinados "por mandato divino" del pasado.
      "La coronación, frente a la proclamación, estaba impregnada de referencias simbólicas con claras reminiscencias religiosas", le explica a BBC Mundo el politólogo Juan Carlos Cuevas Lanchares.
      "Una 'coronación' apela a la legitimidad dinástica de los monarcas, a su consagración real; a un pasado que vincula a la monarquía con la tradición histórica", dice el profesor de Sistema Político Español e Instituciones Políticas y Estructuras de Decisión de la Universidad Complutense de Madrid.
      Históricamente, el último rey en ser coronado frente a los principales estamentos del territorio que hoy conforma España fue Juan I de Castilla, en el siglo XIV.
      Desde entonces, los monarcas españoles ascienden al trono con una ceremonia de proclamación.
      Esta vez, Felipe no lo hará delante de la Iglesia -será una ceremonia laica- sino ante los representantes del pueblo.
      Y tendrá que jurar la Constitución española de 1978, convirtiéndose en el primer monarca en participar en una ceremonia de este tipo.
      Su padre, Juan Carlos, fue proclamado tras la muerte del general Francisco Franco, que le había nombrado como sucesor unos años antes.
      Juan Carlos, Felipe
      En aquella ocasión el príncipe juró lealtad a las Leyes Fundamentales del régimen de facto y los principios del Movimiento Nacional franquista, motivo por el cual todavía muchos sectores de la izquierda del país no reconocen la legitimidad democrática del rey Juan Carlos.

      Una joya demasiado grande

      Hay además una razón mucho más práctica que explica la ausencia de coronación: la actual corona real española, encargada a un platero por el rey Carlos III en 1775, es tan grande que haría casi imposible ceñirla sobre la cabeza del monarca.
      Desde Patrimonio Nacional, la dependencia encargada del cuidado de la corona y el cetro, se explica que esta joya de un kilo de peso tiene más un carácter "simbólico" y que "no se creó para ser colocada en la cabeza".
      De hecho, su valor económico "no es excesivamente alto", según la Asociación Española de Tasadores de Alhajas (AETA), que calculó que por los materiales empleados - un kilo de plata y terciopelo- costaría unos US$8.000 en el mercado actual.
      A diferencia de otras casas reales, como la británica, que muestra las joyas de la corona en la Torre de Londres, en España los símbolos de la monarquía apenas ven la luz, ya que se conservan en una cámara acorazada del Palacio Real.
      La última vez que se exhibieron estos objetos fue en 1980, cuando el rey decidió trasladar los restos de su abuelo, Alfonso XIII, al Panteón Real del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
      Souvenirs

      Austeridad en plena crisis

      Hay otro motivo que podría explicar por qué en España no se vivirá una ceremonia como, por ejemplo, la del rey Guillermo de Holanda, quien llegó al trono el año pasado con una espectacular ceremonia en una iglesia, con desfiles en barco e invitados de las casas reales extranjeras.
      "Los escándalos sufridos por la Jefatura del Estado en los últimos años obligan a un perfil bajo de la ceremonia que evite, en medio de la profunda crisis económica que vive el país, un mayor cuestionamiento de esta institución", dice Cuevas Lanchares.
      En los últimos años la Casa Real se ha enfrentado a numerosos escándalos, desde un accidentado viaje de caza del rey a África en plena crisis hasta la investigación por supuesta corrupción del esposo de la hija del rey, Cristina de Borbón.
      "La pompa, el boato, de las bodas regias parece que ha cedido el paso a un modelo de hacer las cosas más acorde con la realidad de España. Se utiliza la frugalidad, aparente, como mecanismo para granjearse la confianza de la ciudadanía", añade.
      Mantener el apoyo popular a la corona será precisamente uno de los mayores desafíos para el nuevo monarca a partir de este jueves.
      En Madrid se instalará una pantalla gigante para seguir la ceremonia. Y millones de españoles seguirán desde sus casas este evento histórico.
      Pero con cifras de desempleo en torno al 25%, familias atrapadas en el pago de sus hipotecas y escándalos de corrupción salpicando todas las esferas del poder, muchos españoles esperarán de Felipe VI menos cuentos de príncipes y más soluciones reales.

      Curiosidades de la proclamación

      • El rey Juan Carlos no asistirá a la proclamación de su hijo, con el fin de dejar todo el protagonismo al nuevo monarca. Sí asistirá a la recepción posterior en el Palacio.
      • Tampoco estará su hermana Cristina, involucrada en un escándalo de corrupción.
      • No habrá crucifijo en la proclamación de Felipe, a diferencia de la de su padre, ni tampoco misa posterior.
      • Será la primera vez que una divorciada se convierta en Reina de España.
      • Leonor será además la heredera real más joven de Europa, con ocho años.
      • Se espera que después del recorrido en automóvil por las calles de Madrid, el rey Felipe VI se dirija desde el balcón del Palacio Real a los españoles. Su padre podría sumarse al saludo.
      • Más de 7.000 efectivos vigilarán que no haya incidentes.
      • Varios diputados de partidos políticos republicanos y de izquierda no asistirán a la ceremonia y reclaman un referéndum para decidir sobre el futuro de la monarquía.

        Junio 3, 2014

      Felipe será proclamado Rey de España a partir del 16 de junio


      El Ejecutivo aprobará este martes la ley de sucesión tras la abdicación de Juan Carlos. El príncipe heredero coincide con su padre en un acto castrense

      Luego de que el Rey anunciara públicamente el lunes su decisión de abdicar al trono en favor de su hijo Felipe, ambos se encuentran juntos este martes en un acto militar en el Monasterio de El Escorial.
      El Congreso ibérico prevé que la proclamación de Felipe VI tenga lugar en el Hemiciclo a partir del 16 de junio, en una sesión solemne de las Cortes. Esto a pesar de que en casi cuatro décadas de monarquía parlamentaria España nunca ha aprobado una ley que regule el procedimiento para la sucesión en la Corona.
      Por este motivo es que ahora la administración de Mariano Rajoy ha preparado una norma, de la que ya existía algún borrador, que se tramitará en forma urgente y que determinará cada uno de los pasos por seguir para que el príncipe Felipe de Borbón acceda a su nueva jerarquía.
      El primer paso lo dará este martes el Poder Ejecutivo con la aprobación del proyecto de ley orgánica, mediante la cual se aceptará la abdicación y se regulará el procedimiento para el reemplazo al frente del Palacio de La Zarzuela. Por la tarde, la Mesa del Congreso calificará la ley orgánica.
      Si bien el Pleno para debatir y votar la ley podría haberse convocado para este mismo jueves, el Gobierno y el Congreso prefirieron dejarlo para el próximo martes, pero con carácter de urgente a través de la lectura única. La norma necesita del apoyo de la mayoría absoluta para tener luz verde.
      Una vez obtenido el visto bueno en el Congreso de los Diputados, la iniciativa pasará al Senado esa misma semana para su aprobación definitiva. Con ese calendario, la semana del 16 al 20 de junio puede ser la proclamación, según los plazos previstos por la Mesa.
      La Constitución española obliga a que los cambios en la Casa Real se realicen a través de una ley orgánica: "Las abdicaciones y renuncias, y cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona se resolverán por una ley orgánica", señala el artículo 57.5.
      Según el director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Benigno Pendás, la ley será muy breve, probablemente con un único artículo. Éste incluirá el escrito de abdicación, que debe estar firmado por el presidente Mariano Rajoy y regulará el proceso por el que Juan Carlos le cede el trono a su hijo, el príncipe Felipe.
      Una vez aprobado, el trámite sólo fija que debe publicarse en el Boletín Oficial del Estado, que marcará, además, el momento en el que tiene que entrar en vigor. Esta fecha coincidirá con la proclamación de Felipe como rey, ya que no puede haber un período de transición. Y mientras, "el rey sigue siendo rey a todos los efectos", asegura un experto en monarquías.


      Ya no será inimputable
      La abdicación dejará a Juan Carlos en un escenario jurídico que tampoco está reglamentado. La misma ley orgánica podría incluir una referencia a esta protección ante los tribunales, ya que el monarca dejará de ser inimputable, una condición que se limita al jefe del Estado.
      Tampoco incluirá, previsiblemente, alusiones a la todavía reina Sofía, que con la aprobación de la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial iba a pasar a contar con el privilegio del aforamiento. Éste ahora estará destinado a la princesa Letizia.
      La falta de reglamentación no sólo deja dudas sobre la protección jurídica, sino que tampoco existe previsión sobre los derechos con los que contará Juan Carlos cuando deje de ser rey y el estatus que tendrá dentro de la familia real, según publica el periódico El País.
      La decisión de abdicar volvió a poner sobre la mesa la reforma de la Constitución, sobre todo en lo que respecta a los derechos sucesorios que actualmente discriminan a las mujeres. Sin embargo, los expertos consideran que éste no es el momento para abordar una reforma que, después de tanto tiempo sin haberse concretado, merece tratarse con más calma.

      Aseguran que el rey Juan Carlos tuvo más de 1.500 amantes

      La biógrafa de la reina Sofía, Pilar Eyre, enumeró en un libro las innumerables infidelidades del monarca. Están en la lista desde Lady Di hasta Sara Montiel

















      El Rey Juan Carlos, junto a Lady Di
      El Rey Juan Carlos, junto a Lady Di

      "Los Reyes sólo fueron pareja en sentido marital hasta la muerte de Franco", asegura Pilar Eyre en La soledad de la Reina, el libro en el que relata intimidades desconocidas de la pareja real española.
      Juan Carlos I de Borbón y Sofía Margarita Victoria Federica, oficialmente Sofía de Grecia y Dinamarca, se casaron en 1962. Fueron 13 años los que vivieron como "civiles". "La Reina, entonces Princesa, vivió los momentos más alegres de su vida", contó la periodista en una entrevista concedida en enero de 2012 a Federico Jiménez Losantos en "Es la mañana de Federico", su programa en la emisora EsRadio.
      El 22 de noviembre de 1975, dos días después de la muerte del dictador Francisco Franco, Juan Carlos fue proclamado rey de España, y todo cambió. A partir de ese momento, al flamante monarca "se le ofrecían todas las señoras de la corte, las artistas y nobles", según contó Eyre.

      Previendo que esto podría ocurrir, antes de morir, Franco había estipulado un "decálogo de conducta para que el Rey fuera fiel a la Reina". Pero de poco sirvió durante los 39 años de reinado, en los que "el Rey ha estado con más de 1.500 mujeres".
      "La primera infidelidad de la que fue testigo la Reina fue en enero de 1976". Según la versión de la periodista, Juan Carlos le había dicho a su esposa que se iría a Toledo en una excursión de cacería "sólo para hombres".
      Deseosa de saludarlo, Sofía decidió ir por sorpresa junto a sus hijos. Pero cuando llegó a la casa y entró a su cuarto, lo encontró en la cama con una famosa actriz española.
      "A partir de ahí ya no volvieron a tener intimidad conyugal y construyeron habitaciones separadas", contó Eyre.
      Entre sus amantes hubo muchas celebridades. La actriz Sara Montiel es una de las que más se menciona. Novia de varios actores de renombre, "Sarita" deslumbró a Hollywood y triunfó en varios países. A pesar de ser diez años mayor que él, se cree que mantuvieron un amor clandestino.

      En la larga lista también figuran la condesa Olghina Micolis de Robilent, la alemana Julia Steinbuch, la actriz y conductora española Bárbara Rey y la cantante Paloma San Basilio.

      Pero la que mayor resonancia tuvo en en la opinión pública fue Lady Di. Colin Campbell, biógrafa de Diana Spencer, contó hace algunos años que la Princesa de Gales y el Rey tuvieron una aventura en un crucero durante el verano de 1986 y en el mes de abril de 1987.
      Jiménez Losantos dio su propia impresión sobre el monarca. "Tiene un biotipo de las mujeres que les gustan, suelen ser rubias, altas y de una belleza serena. Además le interesan que sean discretas".
      Sin embargo, a lo largo de su vida, Juan Carlos no hecho distinciones ni por edades, ni por nacionalidades. Ha estado con mujeres de todo tipo.
      "La última novia del Rey es una alemana de nombre Corina y es muy joven. Pero las anteriores sí que han sido de una edad adecuada para él", concluyó Eyre.
      El pasado lunes 2 de junio, Mariano Rajoy, presidente del Gobierno Español, anunció en una inesperada conferencia de prensa que Juan Carlos había decidido abdicar en favor de su hijo, el príncipe Felipe de Asturias.
      "Hoy merece pasar al frente una generación más joven y, en este sentido, el príncipe Felipe tiene la madurez y el sentido de responsabilidad necesarios como para abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación, para lo cual contará con el apoyo de la princesa Letizia", dijo Juan Carlos en una declaración posterior.
      La abdicación se produjo en un momento especialmente delicado para España y también para la monarquía, afectada por el escándalo de corrupción que salpica a la hija del rey, la infanta Cristina.
      El Rey ha sido una figura muy respetada por la sociedad, principalmente por su rol durante la transición democrática. Pero su popularidad cayó en los últimos años. Su salud también se resintió, tras varias operaciones en la cadera y en las rodillas.










      Abdica el rey Juan Carlos I de España: de héroe del golpe a la maldición del elefante

      Juan Carlos I de España
      Pese a que su imagen se vio afectada en los últimos años por diversos escándalos, incluido un caso de corrupción que salpicó a su familia, su abdicación este lunes resultó sorpresiva para muchos españoles, que no conocieron otro rey que a Juan Carlos I y a quien muchos reconocen su papel fundamental en la consolidación de la democracia en España.
      El monarca fue protagonista de un siglo intenso para su país. La España que hoy se despide de él como rey es bien diferente de aquella que lo recibió por primera vez en noviembre de 1948 cuando Juan Carlos, entonces un niño de diez años, dejó atrás a su familia en la ciudad portuguesa de Estoril y partió en un tren rumbo a Madrid para educarse en el país del que un día sería rey.
      "Juanito", tachado de guapo y tonto, estaba destinado por Francisco Franco para perpetuarse. Pero las cosas no ocurrieron exactamente de acuerdo con ese plan.
      Sus décadas de reinado no solo dejan tres hijos -entre ellos su sucesor, Felipe- y ocho nietos, sino un amasijo de emociones, transformaciones y polémica que erizan a la sociedad española cuando mira hacia atrás.

      Su papel frente al golpe

      Juan Carlos I de Borbón y Borbón-Dos Sicilias fue proclamado rey en 1975, a la muerte de Franco. "Juan Carlos fue el rey designado por Franco, no por los españoles", señalaron por décadas republicanos y partidos como Izquierda Unida.
      Sin embargo, el reconocimiento a su papel en el período de transición fue amplio. En particular, su actuación después del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, cuando un grupo de guardias civiles tomó el Congreso de los Diputados.
      Franco llevaba seis años muerto pero la democracia española era frágil y los golpistas esperaban el apoyo del rey.
      Juan Carlos I de España
      Hasta ahora había resistido las presiones a quitarse la corona.
      Un taciturno y joven rey salió entonces en la televisión para condenar el golpe.
      "La Corona no puede tolerar en forma alguna acciones o actitudes de personas que pretendan interrumpir por la fuerza el proceso democrático", subrayó frente a millones de españoles.
      "Hoy somos todos monárquicos", exclamaba el histórico líder comunista Santiago Carrillo. En parte gracias a este episodio, muchos españoles se consideraban juancarlistas, más que monárquicos.
      Esa misma gratitud y la autocensura lo protegieron por décadas de críticas y miradas indiscretas hacia su vida personal, salpicada de amoríos a pesar de la reina o de amigos non gratos. Pero durante los últimos años algo cambió en España y el velo que parecía hacerlo intocable se desvaneció.

      El maleficio del elefante

      En abril de 2012 un desafortunado incidente que se hizo público pareció abrir definitivamente la caja de pandora de los males sobre la monarquía española.
      Entonces tuvo que ser operado de una fractura múltiple de cadera que se produjo -según las informaciones publicadas por medios españoles- mientras se encontraba cazando elefantes en África.
      En lo que coinciden los analistas es en que el episodio de Botsuana llegó en un mal momento para la monarquía española, que todavía lidia con las consecuencias de la crisis desatada por la implicación del marido de la Infanta Cristina, Iñaki Urdangarín, en una trama de corrupción.
      Cuando estalló ese escándalo, la Casa del Rey tuvo el gesto de hacer públicas parcialmente sus cuentas por primera vez, como muestra de transparencia.
      "La Corona no puede tolerar en forma alguna acciones o actitudes de personas que pretendan interrumpir por la fuerza el proceso democrático"
      Juan Carlos I de España, en 1981
      Para entonces, ya se había roto una especie de pacto no escrito, y la balanza de opinión, que hasta entonces lo estimaba como un popular monarca en su país y en Iberoamérica, se inclinó al otro lado.
      Según una encuesta publicada en septiembre de 2013 por el diario El País, el 53% de los españoles desaprobaba la manera en que conducía sus asuntos como rey. En otro sondeo de mayo pasado, la valoración de la institución de la Corona recibió un puntaje de 3,72/10.
      Sin embargo, hasta ahora había resistido las presiones a hacerse a un lado, a tomar la decisión en estos momentos.
      Según el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, la decisión fue suya y nada más que suya.

      Juan Carlos I tras su abdicación: "Nunca os habéis interesado tanto por mí como hoy"

      Horas después de haber sacudido la política española con su anuncio, el rey reapareció sonriente en la audiencia ofrecida al presidente de la Cámara de Comercio de EEUU, Thomas J. Donohue, en el Palacio de la Zarzuela











      "¡Qué barbaridad!", comentó momentos antes de entrar en el Salón de Audiencias de la Zarzuela para recibir a su invitado, reseña el ABC de España. Cuando le preguntaron cómo se encontraba, replicó: "¿Cómo me veis? Hay que responder a lo gallego".
      Luego, posó para los fotógrafos y comenzó una reunión a puertas cerradas para examinar las relaciones económicas entre España y EEUU.
      Se trata del primer acto oficial del jefe del Estado tras su decisión de abdicar en favor del príncipe de Asturias.
      La abdicación se produce en un momento especialmente delicado para España y también para la monarquía, afectada por el escándalo de corrupción que salpica a la hija del rey, la infanta Cristina.
      La crisis económica ha socavado el prestigio de las instituciones, mientras el país afronta un enorme desafío para su integridad con el referéndum independentista que Cataluña quiere celebrar el 9 de noviembre.
      Juan Carlos ha sido una figura muy respetada por la sociedad, pero su popularidad ha caído en los últimos años. Su salud también se ha visto resentida, con varias operaciones en la cadera y las rodillas.
      El rey pilotó la transición a la democracia en España tras la muerte de Francisco Franco en 1975. Su papel como garante de la democracia fue decisivo al frenar la intentona militar golpista del 23 de febrero de 1981.
      Juan Carlos dijo recientemente que le gustaría ser recordado como "el rey que ha unido a todos los españoles"y que "ha traído la democracia".
      "Hoy merece pasar al frente una generación más joven y, en este sentido, el príncipe Felipe tiene la madurez y el sentido de responsabilidad necesarios como para abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación, para lo cual contará con el apoyo de la princesa Letizia", explicó a los españoles.

      Tras la abdicación del rey, miles de españoles exigen un referéndum sobre la monarquía

      Hubo movilizaciones en 40 ciudades del país. La mayor concentración se produjo en la Puerta del Sol, en Madrid. Piden una consulta popular vinculante para proclamar la república. Felipe podría ser coronado en menos de 7 días












      Crédito: EFE
      La Puerta del Sol de Madrid, cuna del movimiento de los indignados, fue el centro de las manifestaciones, que se repitieron en varias ciudades, entre ellas Barcelona. Horas depués de que el monarca, de 76 años, anunció su renuncia en favor de su hijo, de 46, el llamado kilómetro cero de España comenzó a llenarse de personas y de banderas republicanas. "¡Borbones, a las elecciones!", gritaban los manifestantes entre otras proclamas.
      La convocatoria de las protestas en 40 ciudades españolas se extendió por las redes sociales desde minutos después de que se conoció, por la mañana, la abdicación del rey. Las apoyaron varios partidos, entre ellos Izquierda Unida (IU), la tercera fuerza política de España, y Podemos, la formación de izquierda creada hace sólo cuatro meses que en las elecciones europeas del 25 de mayo irrumpió en el panorama político español como cuarta fuerza.
      En Barcelona, la manifestación se celebró en la céntrica y conocida Plaza de Cataluña. También se convocaron concentraciones con el mismo mensaje en capitales europeas como Berlín y Londres.
      La abdicación de Juan Carlos I
      El rey de España anunció su abdicación del trono este lunes en favor de Felipe de Borbón, de 46 años. Esto se produce en un momento especialmente delicado para España y también para la monarquía, afectada por el escándalo de corrupción que salpica a la hija del rey, la infanta Cristina.
      La crisis económica ha socavado el prestigio de las instituciones, mientras el país afronta un enorme desafío para su integridad con el referéndum independentista que Cataluña quiere celebrar el 9 de noviembre.
      Juan Carlos ha sido una figura muy respetada por la sociedad, pero su popularidad ha caído en los últimos años. Su salud también se ha visto resentida, con varias operaciones en la cadera y las rodillas.
      El rey pilotó la transición a la democracia en España tras la muerte de Francisco Franco en 1975. Su papel como garante de la democracia fue decisivo al frenar la intentona militar golpista del 23 de febrero de 1981.
      Juan Carlos dijo recientemente que le gustaría ser recordado como "el rey que ha unido a todos los españoles" y que "ha traído la democracia".

       

      Felipe de Borbón podría ser proclamado Rey de España en menos de una semana

       El Gobierno de Mariano Rajoy acelera el proceso de proclamación del Príncipe de Asturias en el Parlamento, tras la abdicación. Un trámite exprés podría colocarlo en el trono en los próximos 7 días


      El reglamento del Congreso de los Diputados ofrece vías rápidas para la aprobación de las leyes, incluidas las orgánicas, y la abdicación del primer monarca de la España constitucional deberá ordenarse mediante un texto de este tipo tal y como estipula la propia Constitución ibérica.
      Este martes se reunirá el Consejo de Ministros en una sesión extraordinaria para dar su aprobación al necesario proyecto de ley. Un proyecto que, tanto el actual gobierno de Mariano Rajoy como el anterior de José Luis Rodríguez Zapatero, negaron tener en mente a pesar de que el título II de la Carta Magna permanecía en un buen número de sus aspectos sin desarrollar.

      Su majestad acaba de comunicarme su decisión de abdicar

      ", anunció el presidente Mariano Rajoy en una sorpresiva conferencia de prensa. El monarca explicará los motivos durante el transcurso de la mañana

      El anuncio formal lo hizo el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, en una declaración institucional.
      Juan Carlos I, de 76 años, dará a conocer hoy mismo los motivos de su abdicación, adelantó Rajoy, quien informó que el monarca le comunicó su convencimiento de que es el mejor momento para que pueda producirse con toda normalidad el cambio en la Jefatura del Estado y la transmisión de la Corona al Príncipe de Asturias.
      El rey de España llegó al trono el 22 de noviembre de 1975. Su hijo, Felipe de Borbón, de 46 años, se convirtió en Príncipe de Asturias, título del heredero de la Corona española, en enero de 1977.

      Mariano Rajoy: el sorpresivo anuncio del presidente de España

      El presidente del Gobierno recordó el papel del Rey en la transición democrática y dijo que "ha sido un defensor infatigable" de los intereses de España.
      El Rey deja "una impagable deuda de gratitud" a todos los españoles, afirmó Rajoy en su comparecencia en el Palacio de la Moncloa, sede del Ejecutivo.
      Agregó que ha convocado para mañana, martes, un Consejo de Ministros extraordinario para tramitar la renuncia del rey al trono, mediante la aprobación de una Ley Orgánica, como establece la Constitución española.
      "Quiero transmitir que este proceso se desarrollará en un contexto de estabilidad institucional y como prueba de la madurez de nuestra democracia", dijo Rajoy.
      Explicó que espera que en un plazo "muy breve" el Parlamento proclame como rey al príncipe Felipe.

      Monarquía en baja
      La abdicación se produce en un momento especialmente delicado para España y también para la monarquía, afectada por el escándalo de corrupción que salpica a la hija del rey, la infanta Cristina.
      La crisis económica ha socavado el prestigio de las instituciones, mientras el país afronta un enorme desafío para su integridad con el referéndum independentista que Cataluña quiere celebrar el 9 de noviembre.
      Juan Carlos ha sido una figura muy respetada por la sociedad, pero su popularidad ha caído en los últimos años. Su salud también se ha visto resentida, con varias operaciones en la cadera y las rodillas.
      El rey pilotó la transición a la democracia en España tras la muerte de Francisco Franco en 1975. Su papel como garante de la democracia fue decisivo al frenar la intentona militar golpista del 23 de febrero de 1981.
      Juan Carlos dijo recientemente que le gustaría ser recordado como "el rey que ha unido a todos los españoles" y que "ha traído la democracia".


















      El reto de Felipe VI será recuperar la legitimidad de la monarquía

      Su padre Juan Carlos la conquistó durante la transición democrática en los 70. Pero hoy asumirá en medio de la desazón de los españoles hacia los escándalos financieros de la Casa Real


















      El prínicipe Felipe junto al vicepresidente de los EEUU, Joe Biden
      El prínicipe Felipe junto al vicepresidente de los EEUU, Joe Biden Crédito: AFP
      En 1975, tras la muerte de Francisco Franco, en 1975, Juan Carlos I conquistó la corona española con el desafío de cohesionar las fuerzas democráticas del país.

      El monarca cumplió su papel y España se lo reconoció. El 23 de febrero de 1981, el país suspiró con alivio al escuchar sus palabras a través del televisor, tras el frustrado intento de golpe de Estado
      por parte de un grupo de militares
      abanderados por el teniente coronel Antonio Tejero.

      "La Corona, símbolo de la permanencia y unidad de la patria, no puede tolerar en forma alguna acciones o actitudes de personas que pretendan interrumpir por la fuerza el proceso democrático que la Constitución votada por el pueblo español determinó en su día através de referéndum", dijo entonces.

      España fue, durante muchos años, más "juancarlista" que monárquica, como han dicho muchas veces los historiadores del país. Pero los últimos años del reinado del monarca ensombrecieron su trayectoria, con la imputación de su hija mayor, la infanta Cristina, como principal causa de la pérdida de popularidad.

      En un país golpeado por una dura crisis económica, la dilatada instrucción del llamado "caso Nóos", en el que por primera vez fue imputado en una supuesta trama de corrupción un familiar directo del
      monarca, se convirtió en un "martirio" para la familia real.

      Tampoco ayudaron los escándalos en los que se vio inmerso el rey, como la polémica cacería de elefantes en Botsuana en 2012 y por la que tuvo que pedir perdón públicamente a los españoles, o su relación con su amiga Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Todo ello, agravado por sus constantes problemas de salud.

      El apego de los españoles a la monarquía y a su propio valedor se derrumbó en las encuestas y el debate saltó a la palestra. En una democracia ya asentada, ¿qué sentido tiene mantener una monarquía?, se preguntaron algunos españoles, que pedían un referéndum.

      A esa pregunta tendrá que responder a partir de ahora el futuro monarca Felipe VI. A su favor tiene ser uno de los miembros mejor valorados de la familia real española. Otra de sus bazas: la
      representación institucional y diplomática que la institución monárquica todavía mantiene en el plano internacional.

      Formado para ser rey, Felipe será el encargado de intentar desligar la Corona española de la figura de su padre y de recuperar la legitimidad alcanzada en los primeros años de la transición democrática.



















      Cuánto le cuesta la Familia Real a los españoles

      El presupuesto de este año ha sido un 2% menor que en 2013, en línea con una serie de recortes que acomodó las finanzas reales a la crisis económica
      Crédito: AFP
      Si bien este año fue el cuarto consecutivo en el que se rebajó la partida de dinero para la Casa Real española, también fue el primero en el cual el ahora ex monarca Juan Carlos I le asignó un salario a su esposa Sofía (63.234 euros) y a la Princesa Letizia, mujer de su hijo Felipe, de 49.182 euros.
      El dinero que el Estado ibérico transfirió este año a la Casa del Rey fue de 7.775.040 millones de euros (el equivalente a 10,6 millones de dólares) frente a los 7,93 millones de euros del ejercicio anterior, es decir, 158.670 euros menos.
      Para 2011 el presupuesto de la monarquía española se recortó un 5,2%; en 2012, un 2% y en 2013 un 4 por ciento. El año pasado fue el primero en que el dinero otorgado a los reyes de España se ubicó en una cantidad inferior a la que venía recibiendo desde 2006, que siempre superaba los ocho millones de euros.
      De la partida que recibía y distribuía Juan Carlos, éste calculaba su salario tomando como base su declaración de la renta correspondiente a 1987, y a ésta le aplicaba el aumento, descenso o congelación que establecen anualmente los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para las retribuciones de los altos cargos del sector público ibérico.
      El ahora ex Rey y su flamante sucesor Felipe VI venían percibiendo este año los mismos ingresos que en 2013, que ascienden a 140.519 euros brutos como sueldo y 152.233 como gastos de representación en el caso del Rey y de 70.260 como salario y 76.116 para gastos de representación en el caso de su hijo, cuyos ingresos equivalen a exactamente la mitad que los de su padre según publica el periódico ABC.
      Hasta el año pasado la Reina Sofía y la Princesa Letizia de Asturias sólo recibían una asignación en concepto de gastos de representación, pero desde este año la esposa del ex monarca cobra el 45% por ciento de lo que percibe su marido como sueldo y gastos de representación (131.739 euros) y la Princesa percibe 102.464 euros, el 35% de su suegro.
      Elena, la hija mayor de Juan Carlos y Sofía, sólo cobra gastos de representación por valor de 25.000 euros, mientras que su hermana Cristina no percibe dinero alguno, y lleva más de dos años apartada de la actividad institucional.


      Los desafíos de la reina Letizia Ortiz


      Letizia Ortiz Rocasolano se preparó durante una década para ser la reina de España. Pasó de ser toda una incertidumbre para el pueblo español, a lo más alto de la Casa Real

      Casada desde hace una década con el heredero de la corona de España, Letizia Ortiz Rocasolano, hija de una familia de clase media y ex periodista de televisión, será la primera reina de origen plebeyo en la monarquía española, a la que aportó su estilo moderno.

      Guapa, inteligente, meticulosa, concienzuda y creativa. Así describen sus conocidos a esta mujer, nacida el 15 de septiembre de 1972 en Oviedo (Asturias) de padre reportero y madre enfermera, quien aseguraba: "nunca he pensado en la vida ser otra cosa que periodista".

      Sin embargo, su vida dio un giro de 180 grados cuando el 22 de mayo de 2004 contrajo matrimonio con Felipe de Borbón. Pese a suscitar las críticas de quienes esperaban una princesa de cuna noble, la boda puso fin a años de especulación sobre la vida sentimental del príncipe y aportó un aire nuevo a la familia real.

      "Doña Letizia le ha abierto la mente a Don Felipe", decía un miembro de su familia al biógrafo británico Andrew Morton. "Con Letizia el príncipe ha abierto los ojos al mundo", coincidía éste.
      De ojos verdes y cabello castaño, mirada franca, sonrisa impecable y extrema delgadez, sus primeras apariciones como princesa fueron la ocasión de que Letizia mostrarse un carácter fuerte que tuvo que aprender a limar, al menos en público.
      Abandonó así su actividad profesional y comenzó una etapa de aprendizaje de protocolo para asumir sus nuevas funciones en el seno de la familia real y convertirse en la esposa atenta del heredero al trono de España.
      Observada muy de cerca por la prensa española, cuida al extremo su imagen, siempre impecable con sus zapatos de tacón alto, sus elegantes trajes por debajo de la rodilla y sus sofisticados vestidos de noche, diseñados por creadores españoles.
      Princesa de Asturias, de Gerona, de Viana, duquesa de Montblanc, condesa de Cervera y señora de Balaguer, Letizia se ganó el aprecio de los españoles en la ceremonia por las víctimas de los atentados islamistas del 11 de marzo de 2004, que dejaron 191 muertos y más de 1.500 heridos en Madrid.
      Y en febrero de 2007, tras el suicidio de su hermana menor Erika, de 31 años, perdió definitivamente a ojos de los españoles su aparente frialdad.
      Sin embargo, diez años después de su boda con Felipe, quien tras la abdicación este lunes del rey Juan Carlos se convertirá próximamente en monarca, algunos le siguen reprochando una actitud distante.
      Y aunque con los años pasó a estar cada vez más presente en actos y ceremonias oficiales, siempre se mantuvo discreta y algo relegada por la Casa Real a un segundo plano tras su esposo, cuyo papel se afirmaba día a día.
      Muy conocida por haber trabajado en la televisión pública, "en algún momento ha habido un cierto temor a que Letizia pudiera tapar un poco al príncipe, entonces hay una decisión que, sin que desaparezca, no sea la principal" figura de la pareja, explica José Apezarena, autor de un libro sobre la pareja.
      De su unión nacieron dos hijas: la heredera del trono, Leonor, nacida el 31 de octubre de 2005, y Sofía, nacida el 29 de abril de 2007.
      Pero ya antes de su boda con Felipe, su rostro era conocido de los españoles, desde que en julio de 2003 empezó a presentar el telediario de la sobremesa en la televisión pública (TVE), para pasar poco después al noticiero de la noche, el de mayor audiencia.
      Atrás quedaban sus primeros pasos como periodista en el diario La Nueva España de Oviedo o su tarea como reportera en el diario mexicano Siglo XXI de Guadalajara, poco después de obtener su diploma en Comunicación en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
      A su regreso a Madrid, Letizia Ortiz emprendió una carrera profesional en televisión, que la llevó a varios canales privados, entre ellos Bloomberg y CNN+, hasta que en 2000 entró en TVE, para la cual cubrió acontecimientos como los atentados del 11 de septiembre de 2001 o la llegada de buques hospital españoles al sureste de Irak después de la guerra.
      Cuando conoció a Felipe en 2002, estaba divorciada del escritor Alonso Guerrero, uno de sus antiguos profesores de literatura con quien se casó en 1999, tras diez años de vida en común, y del que se separó un año después.
      Pero esto no representó un contratiempo para su boda con el príncipe, dado que el matrimonio se había realizado por lo civil lo que permitió a la Iglesia católica afirmar que no tenía validez.

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