"Época postantibiótica" es el
pronóstico de la Organización Mundial de la Salud ante la creciente
resistencia de bacterias a estos medicamentos que el siglo pasado
revolucionaron la medicina.
Hoy en día, su abuso ha hecho que muchos
fármacos no surtan efecto. De continuar esta tendencia, el organismo
advierte que la gente morirá de enfermedades que antes eran tratables.Los gobiernos hablan de acciones globales para evitar un "apocalipsis de antibióticos". Pero, ¿qué se puede hacer?
A continuación le ofrecemos dos puntos de vista.
Peter Taylor, profesor de microbiología de la escuela de medicina de la Universidad del Colegio de Londres
Cada vez que tomamos un antibiótico, se alteran los niveles de la bacteria que hay en el medio ambiente y genera resistencia de una forma muy parecida a la selección natural de Darwin.
De hecho, lo que estamos viendo es evolución en tiempo acelerado, con lo cual la resistencia a antibióticos se puede desarrollar muy rápido.
La industria farmacéutica fue muy buena desarrollando antibióticos nuevos durante el llamado "período de oro" del descubrimiento de antibióticos, entre los años 40 y 80 del siglo pasado.
Pero desde entonces, por diferentes razones, ha habido una falta de inversión y de éxito en la búsqueda de nuevos medicamentos.
Creo que hoy en día podemos aplicar nuevas tecnologías para una nueva fase de descubrimiento de antibióticos.
Estamos tomando un enfoque distinto, el de desarmar la bacteria, modificarla de tal forma que ya no puedan causar infección. Esta es una estrategia que funciona, como lo hemos probado en varios modelos de infección.
Descubrimos que algunos componentes de té verde japonés se pueden insertar en las membranas de la cepa MRSA, la superbacteria que causa muchas de las infecciones letales en los hospitales.
Lo que hace básicamente es convertir la bacteria superresistente a antibióticos de primera línea -como la penicilina y cefalosporina- en una completamente susceptible a estos fármacos.
La idea es poder usar estos agentes junto con los medicamentos convencionales que han perdido su utilidad debido a la aparición de resistencia.
Patrick Vallace, presidente de R&D, GlaxoSmithKline
Las bacterias echan sustancias químicas, eso es lo que hacen, viven en un ambiente tóxico. Esto hace que el segundo problema sea la dificultad para realizar pruebas clínicas en los hospitales.
Y la tercera es el gran freno económico.
Tenemos un par de fármacos en desarrollo que están en la última fase de ensayos clínicos, así que eso nos emociona.
Pero no voy a decir que en el camino hay una gran producción que vaya a solucionar el problema, porque no es así, y nadie la tiene. Se necesita poner más esfuerzos en esto.
Uno de los problemas para crear antibióticos nuevos es la gran inversión para el poco retorno.
Una vez que los antibióticos salen al mercado, tienen un precio muy bajo, por lo que no esperamos grandes ganancias en el dinero que hemos invertido.
Creo que parte del problema es que en la sociedad las personas están preparadas para pagar mucho dinero por fármacos contra el cáncer.
Y, en términos de ganancia, ¿cómo se comparan los antibióticos nuevos con los viejos? Minucias.
Así que el precio entre un medicamento para el cáncer y un antibiótico nuevo es muy distinto.
Aunque hay que tomar en cuenta que los tratamientos con antibióticos son muy cortos, pueden tener los mismos grandes efectos. Así que hay una disparidad en cómo la sociedad valora los dos tipos de fármacos.
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