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Expertos piden tratar el maltrato infantil como una "emergencia" nacional
"¡Nunca me quiso decir dónde estaban mis papas!", exclama a la periodista el adolescente de escasas palabras, mientras una lágrima corre por su rostro enrojecido por la nostalgia. Él es de tez clara, y mientras habla su mirada se pierde entre los espacios horizontales de la ventana de cristal.
Los movimientos de piernas se hacen presentes en cada palabra. Loan Barner- seudónimo que usaremos para este adolescente de 16 años-, recuerda con dificultad su pasado.
Cuenta que a los seis años llevaba los labios desfigurados, la nariz rota, quemaduras en el cuerpo y golpes en la cabeza que le provocaban con palos.
La "mujer" con la que vivía no le permitía pasar al baño y lo obligaba a realizar trabajos forzados.
¿Quién era esa señora, por qué vivía con ella, dónde están sus padres, cómo se llaman, fue robado?, son respuestas que aún desconoce y que le gustaría conocer.
Barner nunca tuvo una cama, y mientras los hijos de su tutora dormían en la casa, Loan era obligado a pernoctar a la intemperie en un corral para animales donde compartía con estos las inclemencias fortuitas del tiempo.
"¡Sentí frio, miedo, de to!", comenta con voz incomoda el menor quien en ese momento residía en La Romana, Este de República Dominicana, en un sector que no identificó.
Entre preguntas, recuerda los días que duró sin comer, y los maltratos que recibía a toda hora, sin motivo, ni explicación.
"Me quemaba la boca con una cuchara caliente, me daba con alambre, palo, con to lo que se pueda dar. Lo oficio tenía que hacelo obligao. Me daba así por quere, por cualquier cosita que le moletara", resaltó.
P. ¿Qué sentías cuando iba hacia donde ti a pegarte?
Un silencio abismal ocupa el lugar de su respuesta, mientras la periodista intenta seguir conversando pero no responde una palabra.
Un minuto más tarde, admite que se sintió atemorizado de aquella mujer a la que define como el mismo "diablo" y la cual ahora sólo repite constantemente que quiere "asesinarla".
P. ¿Haz planeado cómo hacerlo?
R. Todavía no, confiesa con una mirada y voz dominada por el rencor...
"Esta actitud forma parte de la rabia contenida y el sentimiento de impotencia acumulado por años por una persona que siente que no se pudo defender y que le es difícil olvidarlo", explica la psicóloga Rafaela Burgos, tras analizar el caso de Barner, el cual considera debió ser llevado a la justicia.
"Si estos episodios de malos tratos tienen testigos ahí había que hacer un proceso legal, un sometimiento porque el maltrato es un delito, está en las leyes", manifestó.
Sin embargo, Barner nunca buscó justicia. De aquella casa salió según cuenta su psicóloga luego de que los vecinos del sector reportaran los maltratos a la Policía.
Así, Barner fue llevado a los seis años a la Fundación Mir ubicada en La Romana y a los ocho trasladado a la organización no gubernamental Aldeas Infantiles SOS, donde a pesar de las buenas atenciones no elude la falta de rumbo e identidad...
Casos de maltratos en aumento
De acuerdo a una medición realizada en 1997 por la oficina de UNICEF para América Latina y el Caribe, en República Dominicana se mencionaba que "el maltrato físico era en el 48.2% de los casos, el tipo de corrección más utilizado por los padres".
En 2013 un estudio sobre la niñez en República Dominicana, elaborado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI) y UNICEF , concluyó que el 67.4% de los hogares dominicanos utiliza el castigo físico o psicológico como una forma cultural para disciplinar a sus hijos.
Una muestra de esta situación es Aldeas Infantiles SOS. Cuando esta ONG llegó al país-hace 35 años, el maltrato ocupaba la última razón de ingreso a la institución, en la actualidad pasó a ser la primera causa de acogida.
Los informes de prensa indican que las quemaduras, envenenamientos y los golpes, son las formas más frecuentes de maltratos infantiles que utilizan los padres dominicanos.
Psicólogos advierten "los golpes no educan"
La experta de la conducta humana Zuleika Morillo explica que los golpes incapacitan al niño a que puedan diferenciar la forma del trato, y aún más cuando se le emiten tres comandos a la vez.
"Tú no me respondiste te doy una nalgada porque así es que tu entiendes, pero no es cierto, está demostrado que los golpes no hacen la diferencia, todo lo contrario, inclusive incapacita al niño a que pueda entender que hay otro medio que no sea el pegar, porque al final el pegar no va a ocasionar una respuesta a largo plazo", declara Morillo.
Y es que el aparente aprendizaje que muestran los hijos tras ser golpeado confunde a los padres quienes creen que ellos han aprendido la lección.
"El niño que tú golpeas para que no se suba en una mesa, probablemente se va a bajar de la mesa pero eso no le va a enseñar las razones que tiene para impedirle que se suba y no le va a impedir volver a repetir esa conducta o tener otra conducta a veces peor, entonces ahí no se llega donde los padres intentan llegar".
Burgos recordó que el lugar donde debería estar más garantizada la protección de los niños debe ser en las familias, por lo que consideró preocupante que se sigan dando este tipo de cosos y llamó a las autoridades a continuar viendo el tema como una emergencia.
Consecuencias irreversibles
La consecuencia del maltrato infantil son múltiples y van desde lesiones emocionales y sicológicas, hasta la física, que pueden llevar al niño a la muerte.
"Lo que encontramos en un niño maltratado es un sentimiento de impotencia. Un niño maltratado siente que vale menos, y ese sentimiento de no ser atendido como necesita genera sentimiento de autoestima bajo", subraya Burgos.
Son niños que están en un mayor riesgo de ser abusado sexualmente porque cualquier persona puede aprovechar la condición de vulnerabilidad en la que se encuentra el menor.
"En estos casos el niño no tiene cómo defenderse frente a esa persona porque los adultos les han enseñado que los pueden someter", enfatiza.
Sociedad más violenta
Por lo general el padre maltratador es una persona que viene de una situación de violencia continua en distintas etapas de su vida. Son personas que acumulan mucha rabia, que crecen con resentimiento que se vuelven en conductas agresivas hacia el entorno y los familiares en muchas ocasiones.
"Los padres repiten lo que recibieron y el circulo se mantiene. Romper ese círculo de violencia implica comenzar a tratar a los niños con el respeto que se merecen", resalta Burgos.
Alternativas frente al maltrato físico
Comenzar por eliminar de la mente la opción de pegar, es lo primero que recomiendan los expertos. Lo segundo consiste en poner límites.
"Los niños necesitan límites claros, cuando tu estableces una regla o das una orden y no es clara, entonces es más difícil que el niño la cumpla. Darle seguimiento a través de la conversación", recomienda Burgos.
El diálogo entre padre e hijo, hace que disminuya el sentimiento de los padres de que el menor no lo obedece o desafía, lo que mueve a la violencia.
Debilidades desde el Estado
Burgos cree que el gobierno debe fomentar la capacitación en torno al tema. Fortalecer el sistema judicial para que los casos que se denuncian sean más accesibles para que las personas puedan seguir el proceso.
La insuficiencia en los hogares de paso es otra de las debilidades que asegura debe enfrentar el Estado dominicano.
"Los hogares del Estado están dirigidos por CONANI, pero entiendo que la cobertura no es suficiente, están saturados, hay muchos casos y es difícil darle cobertura a todos".
Resalta además, que hace falta poner mayor atención en el tema de la recuperación de las víctimas del maltrato...
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