Han actuado de manera "negligente" y no han hecho lo suficiente.
Esta es la posición de un grupo de futbolistas y
de madres de jugadores que a finales de agosto demandaron en un
tribunal de California a la FIFA y a varios de sus grupos asociados en
Estados Unidos, como la Organización Estadounidense de Fútbol Juvenil
(AYSO, por sus siglas en inglés).La demanda se sumó a las fuertes críticas que recibió la FIFA durante el Mundial Brasil 2014 en la que se permitió a los futbolistas seguir jugando pese a padecer los efectos de una conmoción.
Cuestionados, expertos médicos del órgano rector del fútbol internacional anunciaron este martes que recomendarán una serie de reglas estrictas para tratar las lesiones cerebrales.
Según el jefe del comité médico de la FIFA, Michel D'Hooghe, se debe detener un partido por tres minutos cuando un jugador con una posible conmoción cerebral esté siendo examinado por un médico del equipo, quien decidirá si el deportista sigue o no en el campo de juego.
Largo camino
Los demandantes consideran que hasta ahora no se había protegido a los futbolistas, pese a "los cambios que hace más de una década pidió la comunidad médica" a este respecto.El caso de Christoph Kramer
El pasado mes de julio millones de telespectadores en todo el mundo vieron como el jugador alemán Christoph Kramer sufría una
conmoción cerebral tras chocar
con el defensa albiceleste Ezequiel Garay durante la final del Mundial
de Brasil que enfrentó a Alemania y Argentina.
Pese al duro golpe que recibió y a
que aparentaba estar mareado y confundido, a Kramer se le permitió
seguir jugando después del impacto durante 15 minutos. Ahora el jugador
ha explicado que no recuerda la media hora que disputó del encuentro y
los médicos le han dicho que es probable que esos recuerdos nunca
regresen.
Según explican, también es necesario la creación en EE.UU. de un programa de vigilancia médica de jugadores y exjugadores, y que se limite la práctica del cabeceo entre los futbolistas menores de 17 años.
Otra propuesta es la de permitir a los equipos realizar cambios temporales para examinar a los jugadores con potencial de haber sufrido contusiones cerebrales.
La demanda recuerda a las acciones legales emprendidas en EE.UU. en los últimos años contra la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, por sus siglas en inglés) exigiendo a la organización compensaciones millonarias por las secuelas sufridas por los que practican este deporte al golpearse cabeza.
El año pasado, la NFL –que había sido acusada de ocultar deliberadamente los peligros de este tipo de impactos– llegó a un acuerdo con los demandantes, entre los que había más de 4.000 exjugadores profesionales.
La liga se comprometió a crear un fondo de alrededor de US$700 millones para pagar indemnizaciones relacionadas con las consecuencias a largo plazo de las conmociones cerebrales y para financiar investigaciones médicas.
Los peligros de la CTE
Las conmociones cerebrales
Una conmoción cerebral ocurre cuando la cabeza se acelera rápidamente y se detiene de súbito.
Esta violenta sacudida del
cerebro puede provocar que las neuronas sufran una "despolarización", un
cambio en su potencial eléctrico que provoca que sus neurotransmisores
se disparen todos al mismo tiempo.
Esto conduce a una "inundación"
de compuestos químicos en el cerebro y a problemas de algunos receptores
vinculados al aprendizaje y la memoria.
Aunque una conmoción puede no
presentar síntomas físicos, como inflamación o sangrado, el individuo
puede padecer confusión, visión borrosa, pérdida de memoria, náuseas y
pérdida de consciencia.
Los estudios han mostrado que una
persona que sufre una conmoción tiene más riesgo de sufrir problemas
neurológicos y cognitivos a largo plazo.
La principal preocupación de los especialistas es la llamada encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés).
La CTE puede desarrollarse fruto de las diversas conmociones cerebrales que los deportistas sufren a lo largo de sus carreras y que en el pasado se ha asociado con el boxeo, siendo conocida como demencia pugilística.
Esta patología –que sólo puede comprobarse en exámenes post mortem– fue constatada hace unos años en las autopsias que expertos estadounidenses realizaron a decenas de exjugadores de fútbol americano que murieron a una edad temprana, algunos de ellos quitándose la vida.
Y es que según los médicos, la CTE, que se manifiesta en un daño agudo del tejido cerebral, puede provocar pérdida de memoria y de funciones cognitivas, así como cuadros de depresión, insomnio y ansiedad, entre otros síntomas.
Así, por ejemplo, los jugadores fútbol americano que sufren impactos fuertes en la cabeza deben retirarse del campo de inmediato para ser evaluados por profesionales médicos, que son los encargados de decidir cuándo pueden reincorporarse a un partido o a los entrenamientos.
Etapas de la encefalopatía traumática crónica
- Etapa 1: dolores de cabeza, problemas de concentración y atención
- Etapa 2: depresión, temperamento explosivo, problemas de memoria a corto plazo
- Etapa 3: discapacidad cognitiva, dificultad para planear, organizar y llevar a cabo tareas múltiples y problemas de razonamiento
- Etapa 4: demencia total
Los expertos creen que, a medida que avancen los estudios sobre la CTE, es probable que empiecen a salir a la luz casos de exjugadores de fútbol que han padecido esta enfermedad.
Hace unos meses el doctor británico Willie Stewart presentó un informe en que aseguraba que Jeff Astle, exfutbolista inglés del West Bromwich fallecido en 2002 a los 59 años.
Stewart era conocido por ser un especialista en el remate de cabeza, había muerto a consecuencia de la CTE y no Alzheimer como se creyó en un principio.
Cambios necesarios
"Las reglas de la FIFA en lo que concierne a las conmociones cerebrales están muy por detrás de las que se aplican en otros deportes y eso se demostró en el Mundial de Brasil, cuando permitieron que futbolistas que habían quedado inconscientes siguieran jugando, poniendo en riesgo su salud ", señala Nowinski en conversación con BBC Mundo.
"Conocemos las consecuencias que puede tener la CTE y por eso es necesario introducir cambios. Cada año miles de jóvenes ven sus vidas afectadas por conmociones cerebrales, lo que se podría prevenir con la educación y el tratamiento adecuado"
Christopher Nowinski, Universidad de Boston
Nowinski reconoce que el número de jugadores que sufren conmociones cerebrales en el fútbol americano es mayor, pero cree que el fútbol está "en la misma zona de peligro y eso no se debe ignorar".
El experto de la Universidad de Boston también opina que se deberían introducir cambios en la práctica del fútbol infantil y juvenil, retrasando la edad a la que se permite cabecear la pelota hasta los 13 o 14 años.
Antes de esa edad los niños no tienen los músculos del cuello lo suficientemente desarrollados como para absorber adecuadamente los impactos en la cabeza.
Efectos a largo plazo
El doctor Tom A. Schweizer, del departamento de neurociencia del hospital canadiense de St. Michael, asociado a la Universidad de Toronto, coincide con Nowinski en que se debería limitar la práctica de cabecear la pelota entre los niños."Cuando hablamos de jugadores infantiles, hay estudios que muestran que los músculos del cuello no están lo suficientemente desarrollados para absorber el cabezazo de la pelota. Ello, sumado al hecho de que todavía están aprendiendo la técnica de golpear con la cabeza, puede potencialmente causar daños"
Tom A. Schweizer, hospital St. Michael de Toronto
"Ello, sumado al hecho de que todavía están aprendiendo la técnica de golpear con la cabeza, puede potencialmente causar daños",
Schweizer asegura que la incidencia de las conmociones cerebrales entre los futbolistas es menor que en otros deportes y que todavía se debe investigar más.
Aunque indica que en un estudio que realizó hace unos meses tomando como base la literatura científica disponible sobre este tema, concluyó que más de un 50% de los jugadores sufren alguna conmoción a lo largo de su carrera.
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