La alta tecnología se cruza con una florida primavera en la mente de la diseñadora venezolana Carolina Herrera, quien compartió jornada en el día de ayer en la Semana de la Moda de Nueva York con el festival de música rock de los años sesenta, resucitado por Tommy Hilfiger y con la propuesta de Ángel Sánchez.
Herrera y Hilfiger son dos clásicos acostumbrados a compartir jornada en la Fashion Week de Nueva York porque saben que su público es radicalmente distinto. Ella viste a las señoras más elegantes del Upper East Side, su barrio de adopción en Manhattan.
Él se encarga de dar estilo a los jóvenes más prometedores del país que cursan sus estudios en las universidades de elite. En esta ocasión, Carolina Herrera enfatiza más que nunca su eterna vocación de mirar hacia adelante sin perder el peso de su categoría de leyenda de la costura. Y así, con un motivo tan aparentemente obvio como las flores en primavera, desglosa una colección que esconde más de una sorpresa.
"Toda la colección fue inspirada en el código cromático de una flor. La digitalicé y de ahí salen todos los colores que van a ver", aseguró a Efe antes del desfile. Esa flor era un tulipán, aunque en sus prendas, a veces suntuosas a veces minimalistas, aparecen otras muchas de la propuesta informática de Herrera. "La tecnología para mí es importantísima. Y estos son tecnomateriales que uno y mezclo con el chifón o el lino o el crepe. Es una colección bastante seductora y con una siluetas muy femeninas", añadió.
La pasarela, en la que las modelos se cruzaban en medio de un laberinto de cipreses, se abrió con unos diseños blancos (su color para las ocasiones importantes, como siempre dice), con un estampado no cosido sino impreso sobre el tejido.
La veterana diseñadora juega además con las líneas, bien a través de las costuras vistas o bien a través de hermosos juegos de volúmenes heredados de la papiroflexia. Forma faldas de un solo plisado, hombreras cuyo punto de fuga se sube hasta la mandíbula o una cazadora en la que el material parece cuartearse y desintegrarse, casi como si fueran píxeles de tejido que desaparecen por un virus en el programa del ordenador.
Y la que parece una de las tendencias confirmadas, los colores flúor, es tomada por Herrera con precaución y filtrada por un toque de palidez. Así es el amarillo de su colección. Y en un vestido de este color juega al trampantojo creando sensación de "cut-out" con las telas color nude. Para terminar, deslumbra la noche con dos hermosos vestidos morados en los que encuentra la belleza interrumpida del non finito.
El estadounidense Tommy Hilfiger, por su parte, después de haber reinventado el anterior verano la clásica escapada a la playa y el último invierno el esquí, sorprendió a propios y extraños al convertir el Park Avenue Armory en un festival de música rock. Así, las niñas buenas de Hilfiger, orgullo nacional, se desmelenaron con los ecos de Woodstock tamizados, faltaría más, por un proceso de glamurización total y se convirtieron en auténticas "groupies" en uno de los desfiles más espectaculares vistos en esta edición de la Fashion Week.
El diseñador recordó que "los 'hippies' llevaban ropa muy glamurosa y a veces las estrella de rock también. Pero otras veces quizá llevaban solo vaqueros y una camiseta o pantalones cortos. Pero era la manera de llevarlos, el color, los tejidos, las formas, el corte, lo realmente importante". El "Sgt. Pepper's" de los Beatles parece su principal inspiración en un principio, pero luego exprime todas las posibilidades: casacas entre la psicodelia y el circo con trabillas de colores que dan paso a pantalones de campana, voluminosos abrigos de piel que desoyen las altas temperaturas y que tiñen el pelo animal con fulgurantes estrellas.
"La musa del festival de música se viste y se desviste y tiene un estilo muy rockero. He vuelto a mi inspiración más temprana, pues yo empecé en el negocio porque estaba muy inspirado por las estrellas de la música a finales de los sesenta", aseguró, y hoy subió al escenario que presidió el desfile a dos herederos de entonces: el hijo de Bryan Ferry y al novio de su hija Ally.
Las modelos llevan guitarras eléctricas, que combinan con grafismos inspirados en tatuajes, seda lavada y muchas transparencias que, cuando llega la noche, se abonan a materiales brillantes y cuellos "halter". "Fui a mis archivos, a un libro que hice llamado 'Rock Style' (que realizó junto al periodista Anthony DeCurtis) y vi lo que era importante para mí y lo que me inspiraba. Siempre miro atrás y luego hacia delante. Miro los archivos y me pregunto cómo puedo hacerlo nuevo, relevante y moderno para hoy", concluyó.
Fotos: Getty Images / Tommy Hilfiger
Herrera y Hilfiger son dos clásicos acostumbrados a compartir jornada en la Fashion Week de Nueva York porque saben que su público es radicalmente distinto. Ella viste a las señoras más elegantes del Upper East Side, su barrio de adopción en Manhattan.
Él se encarga de dar estilo a los jóvenes más prometedores del país que cursan sus estudios en las universidades de elite. En esta ocasión, Carolina Herrera enfatiza más que nunca su eterna vocación de mirar hacia adelante sin perder el peso de su categoría de leyenda de la costura. Y así, con un motivo tan aparentemente obvio como las flores en primavera, desglosa una colección que esconde más de una sorpresa.
"Toda la colección fue inspirada en el código cromático de una flor. La digitalicé y de ahí salen todos los colores que van a ver", aseguró a Efe antes del desfile. Esa flor era un tulipán, aunque en sus prendas, a veces suntuosas a veces minimalistas, aparecen otras muchas de la propuesta informática de Herrera. "La tecnología para mí es importantísima. Y estos son tecnomateriales que uno y mezclo con el chifón o el lino o el crepe. Es una colección bastante seductora y con una siluetas muy femeninas", añadió.
La pasarela, en la que las modelos se cruzaban en medio de un laberinto de cipreses, se abrió con unos diseños blancos (su color para las ocasiones importantes, como siempre dice), con un estampado no cosido sino impreso sobre el tejido.
La veterana diseñadora juega además con las líneas, bien a través de las costuras vistas o bien a través de hermosos juegos de volúmenes heredados de la papiroflexia. Forma faldas de un solo plisado, hombreras cuyo punto de fuga se sube hasta la mandíbula o una cazadora en la que el material parece cuartearse y desintegrarse, casi como si fueran píxeles de tejido que desaparecen por un virus en el programa del ordenador.
Y la que parece una de las tendencias confirmadas, los colores flúor, es tomada por Herrera con precaución y filtrada por un toque de palidez. Así es el amarillo de su colección. Y en un vestido de este color juega al trampantojo creando sensación de "cut-out" con las telas color nude. Para terminar, deslumbra la noche con dos hermosos vestidos morados en los que encuentra la belleza interrumpida del non finito.
El estadounidense Tommy Hilfiger, por su parte, después de haber reinventado el anterior verano la clásica escapada a la playa y el último invierno el esquí, sorprendió a propios y extraños al convertir el Park Avenue Armory en un festival de música rock. Así, las niñas buenas de Hilfiger, orgullo nacional, se desmelenaron con los ecos de Woodstock tamizados, faltaría más, por un proceso de glamurización total y se convirtieron en auténticas "groupies" en uno de los desfiles más espectaculares vistos en esta edición de la Fashion Week.
El diseñador recordó que "los 'hippies' llevaban ropa muy glamurosa y a veces las estrella de rock también. Pero otras veces quizá llevaban solo vaqueros y una camiseta o pantalones cortos. Pero era la manera de llevarlos, el color, los tejidos, las formas, el corte, lo realmente importante". El "Sgt. Pepper's" de los Beatles parece su principal inspiración en un principio, pero luego exprime todas las posibilidades: casacas entre la psicodelia y el circo con trabillas de colores que dan paso a pantalones de campana, voluminosos abrigos de piel que desoyen las altas temperaturas y que tiñen el pelo animal con fulgurantes estrellas.
"La musa del festival de música se viste y se desviste y tiene un estilo muy rockero. He vuelto a mi inspiración más temprana, pues yo empecé en el negocio porque estaba muy inspirado por las estrellas de la música a finales de los sesenta", aseguró, y hoy subió al escenario que presidió el desfile a dos herederos de entonces: el hijo de Bryan Ferry y al novio de su hija Ally.
Las modelos llevan guitarras eléctricas, que combinan con grafismos inspirados en tatuajes, seda lavada y muchas transparencias que, cuando llega la noche, se abonan a materiales brillantes y cuellos "halter". "Fui a mis archivos, a un libro que hice llamado 'Rock Style' (que realizó junto al periodista Anthony DeCurtis) y vi lo que era importante para mí y lo que me inspiraba. Siempre miro atrás y luego hacia delante. Miro los archivos y me pregunto cómo puedo hacerlo nuevo, relevante y moderno para hoy", concluyó.
Fotos: Getty Images / Tommy Hilfiger
Septiembre 8, 2014
Victoria Beckham estrena línea de zapatos y no incluye ni un stilleto
La diseñadora Victoria Beckham presentó ayer su colección primavera-verano 2015 en la semana de la moda de Nueva York y con ella debuta su primera colección de zapatos. Al contrario de lo que todos podríamos suponer, la colección no incluye ninguno de los stilletos imposibles que ella usa. Todo lo contrario, zapatos planos y sandalias de plataformas corridas que se ven realmente cómodas.
La diseñadora, que pronto abrirá su primera tienda en Londres, dijo estar enfocada en de ADN de su marca más que nunca. La colección estaba muy en sintonía con los zapatos. Líneas clásicas con algunos toques modernos, colores sólidos salpicados por algún estampado de flores o rayas y siluetas favorecedores y holgadas.
La paleta de colores, más bien neutra, con tonos beige, blanco, negro, rojo vino y para los estampados rosa y amarillo. Ni un solo zapato de tacón y el maquillaje tan natural que era prácticamente imperceptible.
Con cada nueva colección Victoria Beckham demuestra que tiene muy claro la mujer para la que diseña. Una mujer urbana, moderna y que sigue las tendencia sin ser una víctima de ella. Una mujer que no necesariamente es muy parecida a ella, pero a la que sin duda conoce muy bien. La coherencia de sus diseños es exquisita.
La tendencia de los zapatos planos sigue para la próxima temporada y la verdad es que hace mucho no veíamos tantos, ni en los desfiles, ni fuera de ellos en las fotos de street style.
Para la moda de esta temporada los diseñadores parecen haber tomado como inspiración a las mujeres comunes que caminan por las calles de las grandes ciudades y que huyen de la incomodidad. El periódico británico The Guardian ha publicado un articulo sobre el tema, en el que señala que la moda se ha bajado de su torre y se ha enamorado de la realidad.
Los tiempos de crisis que corren definitivamente han influenciado el cambio en la moda, pero no lo suficiente. Incluso hay personas dentro de la industria como el legendario fotógrafo Bill Cunnigham que creen exactamente lo contrario. Su opinión es que la industria debe despertar a la realidad del momento.
Según él, las personas están conectadas a sus dispositivos móviles constantemente educando su mente y cada vez les preocupa menos decorar su exterior con un vestido o un sombrero de lujo. "Ropa simple, esa es la clave, y creo que es en lo que debe enfocarse la industria", dijo en una conferencia.
Hay diseñadores que esto siempre lo han tenido claro. Michael Kors una vez dijo que diseña el tipo de ropa que las mujeres quieren usar. Ropa que favorece la figura, a la que le puedes sacar partido y que es cómoda. Y esto le está funcionando maravillosamente ya que este año ha sobrepasado las expectativas de ganancias e ingresos.
El inolvidable desfile en el supermercado de Chanel, con sus zapatos y ropa deportiva de lujo, fue un indicador clarísimo de la aproximación que están haciendo las grandes casas de moda a la "realidad". Pero también habría que ver que tan dispuestas están las clientes de Chanel en comprar ropa de apariencia ordinaria, pero con precios de lujo.
Ya veremos si la tendencia perdura o para finales del año que viene habrá cambiado todo. Lo bueno que podemos sacar de esto es que cada vez somos más conscientes de que usando "ropa simple", como dice Bill Cunnigham, también se puede ir bastante bien.
Los tiempos de crisis que corren definitivamente han influenciado el cambio en la moda, pero no lo suficiente. Incluso hay personas dentro de la industria como el legendario fotógrafo Bill Cunnigham que creen exactamente lo contrario. Su opinión es que la industria debe despertar a la realidad del momento.
Según él, las personas están conectadas a sus dispositivos móviles constantemente educando su mente y cada vez les preocupa menos decorar su exterior con un vestido o un sombrero de lujo. "Ropa simple, esa es la clave, y creo que es en lo que debe enfocarse la industria", dijo en una conferencia.
Hay diseñadores que esto siempre lo han tenido claro. Michael Kors una vez dijo que diseña el tipo de ropa que las mujeres quieren usar. Ropa que favorece la figura, a la que le puedes sacar partido y que es cómoda. Y esto le está funcionando maravillosamente ya que este año ha sobrepasado las expectativas de ganancias e ingresos.
El inolvidable desfile en el supermercado de Chanel, con sus zapatos y ropa deportiva de lujo, fue un indicador clarísimo de la aproximación que están haciendo las grandes casas de moda a la "realidad". Pero también habría que ver que tan dispuestas están las clientes de Chanel en comprar ropa de apariencia ordinaria, pero con precios de lujo.
Ya veremos si la tendencia perdura o para finales del año que viene habrá cambiado todo. Lo bueno que podemos sacar de esto es que cada vez somos más conscientes de que usando "ropa simple", como dice Bill Cunnigham, también se puede ir bastante bien.
Septiembre 4, 2014
Calendario del Fashion Week 2014
No solo de vacas sagradas de la elegancia como Carolina Herrera vive la Semana de la Moda de Nueva York y este año se pone más pop que nunca con la colección de ropa interior de Britney Spears y la participación de la omnipresente Miley Cyrus en una edición en la que debuta el español Etxeberría.
Para bien o para mal, la Semana de la Moda de Nueva York, que se celebra desde mañana hasta el día 11 de septiembre, es la más desenfadada de las grandes y para evitar competir con la elite "fashion" de París o Milán, no duda en potenciar el reclamo mediático dando pábulo al intrusismo.
A Victoria Beckham le salió bien la jugada en 2008 y seis años más tarde va camino de tener más éxito como diseñadora que como cantante.
Este año quieren seguir sus pasos Britney Spears, aunque entrada en la ropa interior y pijamas, y Miley Cyrus, que promete volver a llamar la atención con su colaboración con Jeremy Scott para Mochino.
Entre medias queda la tenista Serena Williams, que combinará sus aspiraciones en el Abierto de Estados Unidos con la preparación del desfile para el día 9 de septiembre, un día después del desenlace del torneo.
Todas ellas, eso sí, serán programadas fuera de las pasarelas oficiales que ocuparán las inmediaciones del Lincoln Center en esta edición primavera/verano 2015 en la que la presencia española crece un poquito más gracias al diseñador Roberto Etxeberría.
Nacido en Eibar en 1976, Etxeberría completa la familia que forman el veterano Custo Barcelona, la firma barcelonesa Desigual, que suma su tercera edición y desfila la primera jornada, Pedro del Hierro, con diseños de Carmen March, y el más cercano a la alta costura de todos ellos: DelPozo, siempre bajo la finísima creatividad de Josep Font.
Pero por muy abierto a la sangre fresca que parezca el mundo de la moda, nadie duda que el dominio hermético y veterano de los nombres que hicieron que Nueva York se estableciera como una de las capitales de la elegancia en las clases altas del Upper East Side.
Ellos son, en el frente latino, Carolina Herrera (que además hoy recibe el premio del Consejo de Diseñadores de Estados Unidos) y Óscar de la Renta. En el frente local, Ralph Lauren, Donna Karan y Calvin Klein (aunque el director creativo sea un brasileño, Francisco Costa).
Finalmente, en el frente europeo, la belga nacionalizada estadounidense Diane Von Fürstenberg, este año con el morbo de ver cómo debuta como director creativo Michael Herz.
Como reclamo extra entre los titanes, Versace, que nunca desfila en Nueva York, abre su línea "hipster" Versus Versace, con Anthony Vaccarello como diseñador, y ofrecerá la que promete ser la fiesta de esta Fashion Week.
No faltarán los diseñadores bendecidos por la primera dama de EE.UU., Michelle Obama, como Narciso Rodríguez, Jason Wu y Thakoon, al igual que Alexander Wang y Altuzarra, niños mimados de Anna Wintour, la directora de Vogue en Estados Unidos y poder en la sombra de esta pasarela.
Las grandes esperanzas de la nueva moda estadounidense, Proenza Shouler, Rodarte y Rag & Bone, seguirán afianzando su trayectoria, mientras el colectivo latino sigue creando su propia aristocracia, con Ángel Sánchez, Carlos Campos y César Galindo a la cabeza.
La pasarela de Nueva York ha sido muchas veces acusada de ser lo más parecido a un escaparate viviente y, lejos de amilanarse, la organización volverá a dar puestos de honor al superventas Michael Koors, a la quintaesencia de la juventud boyante de Tommy Hilfigher, a la reina de los vestidos de novia Vera Wang y el eterno cocodrilo de Lacoste.
Y, como de costumbre, el encargado de cerrar la Semana de la Moda será el talentoso Marc Jacobs, que se presenta por partida doble, como siempre: con la línea que lleva su nombre, más sofisticada, y la más experimental pero a menudo más interesante y "accesible", Marc by Marc Jacobs.
Para bien o para mal, la Semana de la Moda de Nueva York, que se celebra desde mañana hasta el día 11 de septiembre, es la más desenfadada de las grandes y para evitar competir con la elite "fashion" de París o Milán, no duda en potenciar el reclamo mediático dando pábulo al intrusismo.
A Victoria Beckham le salió bien la jugada en 2008 y seis años más tarde va camino de tener más éxito como diseñadora que como cantante.
Este año quieren seguir sus pasos Britney Spears, aunque entrada en la ropa interior y pijamas, y Miley Cyrus, que promete volver a llamar la atención con su colaboración con Jeremy Scott para Mochino.
Entre medias queda la tenista Serena Williams, que combinará sus aspiraciones en el Abierto de Estados Unidos con la preparación del desfile para el día 9 de septiembre, un día después del desenlace del torneo.
Todas ellas, eso sí, serán programadas fuera de las pasarelas oficiales que ocuparán las inmediaciones del Lincoln Center en esta edición primavera/verano 2015 en la que la presencia española crece un poquito más gracias al diseñador Roberto Etxeberría.
Nacido en Eibar en 1976, Etxeberría completa la familia que forman el veterano Custo Barcelona, la firma barcelonesa Desigual, que suma su tercera edición y desfila la primera jornada, Pedro del Hierro, con diseños de Carmen March, y el más cercano a la alta costura de todos ellos: DelPozo, siempre bajo la finísima creatividad de Josep Font.
Pero por muy abierto a la sangre fresca que parezca el mundo de la moda, nadie duda que el dominio hermético y veterano de los nombres que hicieron que Nueva York se estableciera como una de las capitales de la elegancia en las clases altas del Upper East Side.
Ellos son, en el frente latino, Carolina Herrera (que además hoy recibe el premio del Consejo de Diseñadores de Estados Unidos) y Óscar de la Renta. En el frente local, Ralph Lauren, Donna Karan y Calvin Klein (aunque el director creativo sea un brasileño, Francisco Costa).
Finalmente, en el frente europeo, la belga nacionalizada estadounidense Diane Von Fürstenberg, este año con el morbo de ver cómo debuta como director creativo Michael Herz.
Como reclamo extra entre los titanes, Versace, que nunca desfila en Nueva York, abre su línea "hipster" Versus Versace, con Anthony Vaccarello como diseñador, y ofrecerá la que promete ser la fiesta de esta Fashion Week.
No faltarán los diseñadores bendecidos por la primera dama de EE.UU., Michelle Obama, como Narciso Rodríguez, Jason Wu y Thakoon, al igual que Alexander Wang y Altuzarra, niños mimados de Anna Wintour, la directora de Vogue en Estados Unidos y poder en la sombra de esta pasarela.
Las grandes esperanzas de la nueva moda estadounidense, Proenza Shouler, Rodarte y Rag & Bone, seguirán afianzando su trayectoria, mientras el colectivo latino sigue creando su propia aristocracia, con Ángel Sánchez, Carlos Campos y César Galindo a la cabeza.
La pasarela de Nueva York ha sido muchas veces acusada de ser lo más parecido a un escaparate viviente y, lejos de amilanarse, la organización volverá a dar puestos de honor al superventas Michael Koors, a la quintaesencia de la juventud boyante de Tommy Hilfigher, a la reina de los vestidos de novia Vera Wang y el eterno cocodrilo de Lacoste.
Y, como de costumbre, el encargado de cerrar la Semana de la Moda será el talentoso Marc Jacobs, que se presenta por partida doble, como siempre: con la línea que lleva su nombre, más sofisticada, y la más experimental pero a menudo más interesante y "accesible", Marc by Marc Jacobs.
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