Jac Souza dos Santos se atrincheró por más de 7 horas. Desde el balcón amenazaba con hacer explotar a una de las personas retenidas, que llevaba un chaleco de supuesta dinamita.
Finalmente terminó la pesadilla en Brasilia. Las autoridades habían ordenado desalojar el edificio, ubicado en una céntrica zona hotelera de la capital brasileña, y negociaron la entrega con el hombre, que se había mostrado armado en el balcón de una de las dos habitaciones que había rentado este lunes por la mañana.
El asaltante pudo ser visto en el balcón junto al rehén, que estaba esposado y con un chaleco que, al parecer, tenía adosados varios cartuchos de dinamita. El director de comunicaciones de la Policía Civil, delegado Paulo Henrique de Almeida, afirmó que "en un 98%" tenían la certeza de que el chaleco contenía "explosivos de un alto poder de destrucción".
En el lugar trabajaron 100 agentes de fuerzas de seguridad,
incluido el escuadrón antibombas de Bope (Batallón de Operaciones
Especiales), la División de Operaciones Especiales de la Policía Civil y
bomberos, mientras que la Policía Federal también está colaborando en
el caso.
Algunos testigos les dijeron a periodistas que el hombre que tomó como rehén al empleado del hotel
golpeó armado las puertas de varias de las habitaciones del
décimotercer piso y luego obligó a salir a sus ocupantes, mientras
anunciaba una supuesta acción "terrorista".
De acuerdo a la Policía Civil, el secuestrador nunca mostró una reivindicación clara y sólo hizo referencia a cuestiones políticas internas de Brasil,
como por ejemplo la aplicación de la ley "Ficha Limpia", que impide la
candidatura de políticos condenados en tribunales colegiados de
Justicia.
También hizo referencia al caso de Cesare Battisti, un italiano acusado de asesinato en su nación que consiguió autorización para permanecer en el gigante sudamericano.
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