Hay
quienes saltan de la cama y a otros los atrapan las sábanas. Unos se
activan cuando cae el sol y otros se entregan a los brazos de Morfeo
cuando sale la luna.
Cada persona es diferente y ese es el primer factor para resolver el dilema de cuál es la mejor hora para hacer ejercicio.El ritmo circadiano, que es una de las variables que va a determinar cuándo una persona se siente mejor para salir a correr, montar bicicleta o sumergirse en un gimnasio, marca el funcionamiento de cada individuo y su capacidad de desempeñar diversas actividades en un momento del día.
Este ritmo biológico influye en la presión de la sangre, la temperatura corporal, el nivel de hormonas y la frecuencia cardiaca, elementos que influyen en la predisposición del cuerpo para hacer ejercicio.
"Va en relación con las fases de luz y oscuridad, con las estaciones del año y con las características de cada persona. No se puede extrapolar de forma general ya que es individual", comentó a BBC Mundo el doctor Luis Franco Banfonte, secretario general de la Federación Española de Medicina Deportiva, FEMEDE.
En el campo de la ciencia y la medicina son muchos los estudios que defienden que los ejercicios en la mañana ofrecen más ventajas a las personas que aquellos que se realizan en la noche, pero hay un número similar de investigaciones alcanzaron una conclusión diferente.
AM, en favor de la mañana
El doctor Franco Banfonte explicó que "desde el punto de vista metabólico y fisiológico, como para tener un control del peso, es recomendable hacer ejercicio físico alejado de las horas de la comidas. El mejor momento en ese sentido es a primera hora de la mañana".La actividad por la mañana también favorece a las personas a establecer una rutina y ser consistentes para hacer ejercicio con regularidad, así evitan de esta manera que surjan compromisos u obligaciones durante el día que releguen a los ejercicios en la lista de prioridades.
Este factor es compartido por Daniel Sánchez, lector de BBC Mundo.
"Personalmente prefiero hacerlo muy temprano por las mañanas. Cuando lo haces a primera hora no tienes tiempo para inventarte excusas y simplemente lo haces", comentó desde Perú.
Para Gisella, quien nos escribió desde Viña del Mar, en Chile, "es mejor en la mañana como primera actividad del día. Siento que empiezas el día con mayor energía y activas el metabolismo".
Se trata de una afirmación que cuenta con un respaldo científico, en particular en referencia a los ejercicios aeróbicos.
"Si uno hace ejercicios que requieren movilidad, como correr o montar bicicleta, se incrementan algunas hormonas o algunos neurotransmisores como las endorfinas que hacen que uno se sienta mejor, que esté con más vitalidad y más animado", dijo el doctor Franco Banfonte.
"Por tanto se afronta el día mucho mejor, no sólo desde el punto de vista psicológico sino también fisiológico".
En detrimento de los ejercicios matutinos está la baja temperatura corporal que registra el organismo, lo que aumenta el riesgo de lesiones y reduce la eficiencia de los ejercicios.
PM, en favor de la tarde
Lo que para la mañana es un hándicap, para la tarde o principio de la noche es una ventaja.A esta hora la temperatura corporal y los niveles de hormonas alcanzan un nivel máximo, por lo que físicamente nuestro organismo se encuentra en el mejor momento para practicar deporte.
Esto permite que se pueda exigir más al cuerpo logrando mejores resultados tanto en resistencia como en masa muscular, según concluyó un estudio del Centro de Investigación Clínica de la Universidad de Chicago.
Los riesgos de lesiones también se reducen y el cuerpo responde positivamente tras estar activo durante varias horas.
A última hora de la noche, a partir de las nueve o diez, tampoco sería muy recomendable hacer ejercicio, sobretodo de alta intensidad, porque puede afectar al ritmo del sueño
Otro elemento que inclina la balanza hacia la noche lo mencionó Patrick Vargas, quien escribió a BBC Mundo desde Quito, Ecuador.
"En lo personal disfruto hacer los ejercicios en la noche ya que luego de un largo día de trabajo me relaja y voy a dormir tranquilo", dijo.
Su opinión es compartida por Juan Antonio Rodríguez Valle, quien comentó en nuestro sitio en Facebook que "las noches me desintoxican y me relajan, cuando duermo después de hacer ejercicios mis sueños son más imaginativos, creativos".
Sin embargo, el doctor Franco Banfonte advirtió que "a última hora de la noche, a partir de las nueve o diez, tampoco sería muy recomendable hacer ejercicio, sobretodo de alta intensidad, porque puede afectar al ritmo del sueño y retrasar la necesidad de dormir. Esto haría que al otro día se esté más cansado y fatigado".
Los deportistas profesionales no suelen tener este dilema ya que distribuyen sus sesiones de entrenamiento a lo largo del día, mientras que el punto en el que todos los estudios están de acuerdo es que lo positivo es hacer ejercicio, sin importar la hora del día, pero de una forma constante.
Ser
capaz de correr 42km puede ser sinónimo de tener una salud perfecta.
Pero no siempre es así, e incluso prepararse para participar en
cualquier prueba de larga distancia puede ser contraproducente.
Está
claro que para la mayoría de las personas es beneficioso correr y
entrenarse, pero las exigencias de un maratón estresan tanto al cuerpo
que se requiere un tipo de preparación específica y una precondición
física acorde con el esfuerzo que se va a realizar.En los últimos años, el maratón de Londres ha tenido que dar asistencia médica a un promedio de 5.000 personas de las más de 35.000 que participan en la prueba. La mayoría por lesiones leves, pero también algunas graves.
Desde que comenzó a realizarse en 1981 han muerto 12 personas (11 hombres y una mujer). En los más de 3.000 maratones que tuvieron lugar en Estados Unidos entre 2000 y 2009 hubo 28 fallecidos según un informe del doctor especializado en medicina deportiva David Geier.
Geier calculó que de cada 100.000 participantes hay un promedio de fatalidad de 0,75.
Entonces, ¿cuáles son los riesgos que hay que tener en cuenta antes de afrontar la exigencia de una prueba de larga distancia?
Corazón
Las mayores causas de muertes están vinculadas a trastornos en el corazón, como arteroesclerosis (estrechamiento de las arterias) o problemas congénitos en el músculo cardíaco.Correr afecta al corazón y aumenta su tamaño ya que debe compensar el incremento de sangre que necesita distribuir alrededor del cuerpo cuando hace ejercicio.
Los corazones grandes pueden producir arritmia, o latidos irregulares, que pueden causar la muerte.
Deshidratación
Es el principal problema para los corredores, tanto por la falta de líquido como por el exceso.Una de las muertes registradas en el maratón de Londres ocurrió por el trastorno llamado hiponatremia, que es cuando la persona ingiere una cantidad excesiva de agua que reduce la cantidad de sodio en el cuerpo.
Si a esto se suma una pérdida constante de sodio a través del sudor, los músculos pierden su capacidad de coordinar las transmisiones que le envía el corazón, lo que puede causar un paro cardiorrespiratorio repentino.
La falta de líquido puede causar mareos y ganas de vomitar.
Músculos y articulaciones
Los corredores están permanentemente expuestos a lesiones más leves, como torceduras o esguinces, pero también pueden sufrir problemas musculares más graves o trastornos que requieren un proceso de recuperación más largo.Es común que se produzca un desgarro en un músculo, la rotura de un menisco en la rodilla o un espolón calcáneo, que es la calcificación del talón.
Sistema inmunológico
Una rutina de ejercicios diaria puede reforzar el organismo, pero exigirle a un nivel extremo puede generar un efecto contrario.Una investigación en Reino Unido mostró que un entrenamiento muy exigente, como el que se suele hacer para las pruebas de larga distancia, deja debilitado al sistema inmunológico incluso semanas después del esfuerzo físico, lo que deja al cuerpo expuesto a infecciones respiratorias.
Irritación por fricción
El correr durante un período de tiempo largo ocasiona un roce constante de la piel con el material de la ropa que se está utilizando.
Esta fricción puede generar irritación en diferentes partes del cuerpo, que pueden convertirse en heridas abiertas.
Hay cremas para tratar de evitar el efecto del roce y ropas deportivas con materiales adecuados para las pruebas de largas distancia, pero en algunos casos estas prevenciones no son suficientes.
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