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Actualmente la donación se hace en situación de 'muerte encefálica' y no de 'muerte cardiaca', que es cuando el corazón ha dejado de latir
Investigadores del hospital St Vincent's de Sidney y del Instituto de Investigación Cardiaca Victor Chang
(Australia) han desarrollado una técnica que permite 'resucitar'
corazones que han estado parados durante 20 minutos y trasplantarlos a
los pacientes. La técnica promete ser revolucionaria, dado que ampliaría el espectro de corazones disponibles aptos para un trasplante, ya que hasta el momento los trasplantes se realizan con órganos latientes extraídos de pacientes con muerte cerebral.
De momento los cirujanos ya lo han probado en tres
pacientes. Dos de ellos han tenido una exitosa recuperación y el tercero
-y más reciente- está todavía en cuidados intensivos.
La nueva técnica consiste en coger un corazón que ha dejado
de latir y revivirlo en una máquina llamada ‘heart-in-a-box’ (corazón
en un caja). Gracias a este sistema el corazón se mantiene caliente y se
restablece su latido. Además, gracias a un fluido nutritivo, se reduce
el daño al músculo del corazón. La primera persona en ser trasplantada
fue Michelle Gribilas, de 57 años, que sufría de insuficiencia cardíaca
congénita. «Ahora soy una persona completamente diferente. Siento que
tengo 40 años de edad y que soy muy afortunada», señaló a la BBC.
Resucitar corazones
Los expertos ha indicado que el órgano puede permanecer en
la máquina más de cuatro horas hasta que se realiza el trasplante. Este
tipo de máquinas se emplean en otros hospitales, señala a ABC Gregorio
Rábago, de la Clínica Universidad de Navarra. Así, el en España, el Hospital Puerta de Hierro
tiene una máquina similar que se emplea para los trasplantes de pulmón.
Pero lo que no se había hecho hasta ahora, comenta, es «emplear
corazones en parada cardiaca», señala el subdirector de Cirugía Cardiaca
de la CUN.
En realidad sí, aunque en los inicios del trasplante
cardiaco. En este sentido, Peter MacDonald, director médico de la unidad
de Trasplantes de St Vincent's, comentó que es probable que los
primeros trasplantes de corazón, realizados en la década de 1960
-concretamente en 1967- utilizaran órganos que habían dejado de latir.
Sin embargo, señala, desde entonces, «no había habido trasplantes de
corazones muertos de donantes adultos desde principios en la década de
1960», señaló MacDonald a la agencia AFP. Es decir, apunta por su parta
Rábago, «hemos vuelto a los orígenes del trasplante».
Este avance representa una paso importante para reducir la escasez de donantes de órganos
MacDonald cree que este avance representa una paso
importante para reducir la escasez de donantes de órganos. Se cree que
la técnica, que está siendo probada en todo el mundo, podría salvar
hasta un 30% más vidas de pacientes que están a la espera de un donante.
Aunque el experto español no se aventura a dar cifras, «es posible que
un 20%», sí reconoce que el hecho de usar un corazón 'parado' para la
donación abre un nuevo campo de trabajo. «Nos permitirá usar donantes
que ahora deshechamos cuyos órganos, analizados previamente para ver sus
características, pueden servir para el trasplante».
La solución aportada por los cirujanos para conservar el
corazón, según informan en un comunicado reduce la cantidad de daño al
corazón, pero también hace que el corazón sea más resistente al
trasplante, diminuye el número de células del músculo cardíaco que
mueren, mejora la función cardiaca cuando se reinicia y limita el daño
por falta de oxígeno. Y además, añada por su parte Rábago, amplía el
tiempo para conservar un corazón, o cualquier órgano, en buen estado
hasta las «12 o 14 horas».
Nuevo paradigma
Los investigadores consideran que esto representa un cambio
de paradigma en la donación de órganos y dará lugar a un aumento
importante en el conjunto de corazones disponibles para el trasplante.
«Sabemos que durante un cierto límite de tiempo el corazón, al igual que
otros órganos, puede ser resucitado», afirmó a AFP Kumud Dhital, de la
Universidad de Nueva Gales del Sur.
La técnica evita así problemas éticos que existen en algunos países en los que no se reconoce la muerte cerebral.
«Potencialmente abre perspectivas para el trasplante cardiaco en países
como Japón, Vietnam y otros en los que la definición de muerte es
muerte cardiaca y no existe el concepto de muerte cerebral», señalan
desde el Instituto Victor Chang. Eso sí, con un gasto importante, porque
solo el coste de los elementos desechables de la máquina puede alcanzar
los 40.000 dólares (31.500 euros) por trasplante.
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