Elon Musk, fundador de SpaceX, acaba de publicar las primeras imágenes del intento fallido de aterrizaje del cohete Falcon 9 sobre una barcaza flotante.
Musk aseguró que el aterrizaje había sido "brusco" pero ahora las
imágenes revelan que fue más que eso. El cohete se estrelló y acabó
envuelto en llamas.
El Falcon 9
envió al espacio el pasado sábado la cápsula Dragon 9 con suministros
para la Estación Espacial Internacional. Nueve minutos después de su
despegue, SpaceX intentaría algo inédito: aterrizar la primera etapa del
cohete sobre una plataforma flotante para recuperarlo y abaratar así el
coste de la misión. Como os contamos por aquí, no funcionó.
Musk describió el aterrizaje fallido de esta forma: "Ha estado cerca, pero no hay puro esta vez. Buenas perspectivas para el futuro de todas formas".
Comentó también que no se había podido capturar un vídeo de calidad del
intento ya que era noche cerrada y había niebla. Ahora el propio Musk
ha publicado las primeras imágenes del aterrizaje, curiosamente
respondiendo a John Carmack, CTO de Oculus VR y creador del mítico
videojuego Doom.
En las
imágenes se puede apreciar que el aterrizaje fue mucho más brusco de lo
que inicialmente uno podía pensar. Musk explica que la primera etapa del
cohete se aproximó a la plataforma flotante en un ángulo de 45 grados,
destruyéndose en el impacto las patas de apoyo y el motor.
Antes del
impacto, explica Musk, las alas laterales del Falcon 9, diseñadas para
dirigir y amortiguar el descenso, dejaron de funcionar, por lo que el
cohete cayó a plomo.
El resto es lo que puedes ver debajo: el Falcon 9 estalló.
Pese a lo
espectacular del choque, Musk asegura que la barcaza (no tripulada, 100%
automatizada) solo necesita pequeñas reparaciones. La plataforma es la
que ves debajo, amarrada a tierra firme:
Durante el aterrizaje está ubicada a 320 kilómetros de la costa:
Hay que
tener en cuenta que esta barcaza no está fijada al fondo del océano,
está en ligero movimiento. Un motor en cada una de las cuatro esquinas
de la plataforma estabiliza su ubicación, pero no es terreno firme.
Tampoco está tripulada. Ingenieros de SpaceX esperaban a varios
kilómetros de distancia para acudir en cuanto aterrizara el cohete y
estabilizarlo. En resumen: complejísimo. El propio Musk ya lo había
adelantado antes: solo había un 50% de probabilidades de éxito.
De
funcionar, habría sido la primera vez que un cohete de estas
características aterriza de vuelta con éxito sobre una plataforma
flotante. El Falcon 9 es un cohete de 54 metros de altura (unos 14
pisos), un diámetro de 3,6 metros y 885 toneladas de peso. Aterrizar la
primera etapa de un gigante así sobre una plataforma que mide solo 91 x
51 metros era todo un reto. SpaceX lo volverá a intentar y, si lo
consigue, será un enorme avance hacia la reutilización de cohetes en
misiones espaciales.
Fotos: Elon Musk/SpaceX - Animación de apertura: Attila Nagy
Enero 10, 2015
Fracasa el aterrizaje del cohete Falcon 9 sobre una plataforma flotante
El cohete Falcon 9 despegó hoy sin problema de Cabo Cañaveral
(Florida). Su misión: lanzar al espacio la cápsula Dragon con
materiales para la ISS. Nueve minutos después, la primera etapa del
cohete debía aterrizar sobre una barcaza flotante en una maniobra nunca
vista antes. No ha funcionado.
Este es el vídeo completo del despegue del Falcon 9 hace unos minutos con la cápsula Dragon a bordo:
Lo
interesante del lanzamiento de hoy estaba justo al final cuando, 9
minutos después de despegar, la primera etapa del cohete Falcon 9
comenzaría a maniobrar para aterrizar de vuelta sano y salvo sobre una
plataforma flotante situada a unos 300 kilómetros de la costa de EE.UU.
No ha funcionado.
De momento
no hay mucha más información que la confirmada por el propio Elon Musk,
fundador de SpaceX. Según Musk, el primer módulo del cohete llegó a la
barcaza flotante (una plataforma automatizada, sin tripulación), pero el
aterrizaje ha sido demasiado "brusco". "Ha estado cerca, pero no hay cigarro esta vez. Buenas perspectivas para el futuro de todas formas", ha dicho Musk en su cuenta de Twitter. Traducido: el Falcon 9 se ha debido pegar un buen castañazo contra la plataforma.
El hecho de
que Musk aclare que el barco está bien, pero que parte del equipamiento
en la cubierta de la barcaza deberá ser reemplazado, indica
efectivamente que el aterrizaje ha sido bastante duro.
Musk ha
confirmado también que no se ha logrado grabar un vídeo nítido del
intento de aterrizaje ya que se ha producido en mitad de la noche y con
niebla. Asegura que intentarán reconstruir cómo ha sido el impacto a
partir de los datos de telemetría.
Para dar
contexto, lo que ha intentado hoy SpaceX con el Falcon 9 era muy, muy
complicado. El Falcon 9 es un cohete de 54 metros de altura (unos 14
pisos), un diámetro de 3,6 metros y 885 toneladas de peso. Aterrizar la
primera etapa de un gigante así sobre una plataforma flotante que mide
solo 91 x 51 metros era todo un reto. La plataforma es la que ves
debajo, amarrada a tierra firme:
Foto: SpaceX
Durante el aterrizaje está ubicada a 320 kilómetros de la costa:
Foto: SpaceX
Para
complicar las cosas, esta barcaza no está fijada al fondo del océano,
está en ligero movimiento. Un motor en cada una de las cuatro esquinas
de la plataforma estabiliza su ubicación, pero no es terreno firme.
Tampoco está tripulada. Ingenieros de SpaceX esperaban a varios
kilómetros de distancia para acudir en cuanto aterrizara el cohete y
estabilizarlo. En resumen: complejísimo. El propio Musk ya lo había adelantado antes: solo había un 50% de probabilidades de éxito.
La prueba
de hoy era clave para lograr algo muy importante en estos lanzamientos:
reutilizar el equipamiento y reducir costes. Hasta ahora este tipo de
cohetes han funcionado como máquinas de un solo uso, por lo que el coste
de cada lanzamiento es muy elevado. Recuperar intacta la primera etapa
del cohete ayudaría a reducir mucho los costes de cada misión. De
momento la idea de Musk tendrá que esperar a un segundo intento.
Foto apertura: Lanzamiento previo de un cohete Falcon 9. SpaceX
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