No surgió de los murciélagos ni de los candelabros, pero esta forma de hacer ejercicio en el aire gira en torno a posturas en una hamaca colgada del techo o de un árbol.
Se trata del yoga aéreo o antigravedad, una práctica que surgió en 1991, pero que se ha expandido por más de 30 países alrededor del mundo y que ha evolucionado con nuevas técnicas y estilos.
Las raíces del yoga aéreo vienen del arte de la actuación, fusionado con tradicionales formas de acrobacia, danza y pilates, pero es en su ejecución en donde se puede percibir lo inusual de su concepción.
Aunque la actividad está en crecimiento, los especialistas advierten que los beneficios del yoga aéreo tienen límites.
Antes de comenzar la clase en el estudio cuelgan numerosos capullos de tela del techo preparados para romperse. De su interior surgen lentamente los pies, luego las extremidades y luego aparecen los cuerpos.
"La hamaca me sostiene por las caderas y la gravedad me estira la columna vertebral, abriendo un espacio entre mis vertebras", explicó colgada boca abajo la empresaria Sharee Wilson, que ofrece clases de yoga aéreo en sus gimnasios.
"He visto a mucha gente respirar aceleradamente sólo por la idea de estar colgados boca abajo, pero ya para la segunda sesión me cuentan de lo seguro que se sienten", agregó Wilson a la BBC.
Hormonas felices
Uno de los mayores atractivos del yoga en el aire es la sensación de ingravidez, lo que alivia la carga sobre las articulaciones, además de tratarse de algo completamente diferente.
Además está el hecho que según los instructores causa la liberación de "hormonas felices".
"Cuando estás en posición invertida se produce la serotonina, una hormona natural de la felicidad que el cuerpo genera. De allí que sientas esa sensación de bienestar", comentó Evangeline Yeun, que ofrece clases de yoga aéreo en su estudio en Sídney, Australia.
El inventor de este estilo de yoga fue Christopher Harrison, una excoreógrafo de Broadway y gimnasta que se había especializado en actuaciones en el aire.
Su "hamaca de seda" fue integrada a muchas producciones de teatro y artistas como Mariah Carey, Britney Spears y Pink la utilizaron en sus conciertos y videos.
No todos pueden hacerlo
Hay diferentes tipos de yoga aéreo. Uno que puede ser relativamente fácil, a ritmo moderado y que se recomienda como tratamiento terapéutico para gente con dolores en las piernas, espalda o problemas en las rodillas.
Y otro que combina diferentes movimientos y posturas que ofrece los beneficios de una sesión completa de ejercicios.
Los beneficios en el cuerpo y el organismo son variados, desde que tonifica la musculatura hasta como forma de meditación. Incluso dicen que combate la celulitis.
Pero si bien los doctores estimulan a las personas a hacer cualquier tipo de ejercicio, también advierten que los beneficios del yoga aéreo tienen límites.
"La gente tiene que tener precaución sobre algunos de los beneficios a la salud que se promueven. Por ejemplo el hecho que dicen que te permiten ser más alto u otros como que te refresca el sistema linfático, circulatorio o digestivo", alertó el doctor Nick Wood.
"También hay que tener en cuenta si tienes una condición médica o por ejemplo si estas embarazada. Para las mujeres que están esperando un bebé o las personas con problemas en el corazón o que sufren de vértigo no debería hacer este tipo de ejercicio".
Pero los instructores resaltan que no se trata sólo del beneficio físico, sino también mental.
"Es realmente algo bonito y etéreo", dijo Alana Chan, directora de un estudio de yoga. "Mucha gente viene porque simplemente quieren sentir que están de vacaciones y con el vaivén de una hamaca".
Tal vez es por eso que al final de la sesión las personas se sumergen en el interior de su capullo, que se columpia lentamente, dejando al cuerpo y a la mente descansar.
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