Donde
hay bares y copas, también hay individuos muy poco civilizados que
aprovechan la primera pared disponible para vaciar la vejiga. En el
distrito de St. Pauli, en Hamburgo, han encontrado una ingeniosa
solución para disuadir a los meones callejeros: nanotecnología.
En St.
Pauli el problema de los que orinan en la primera pared que encuentran
roza niveles alarmantes. Este animado barrio de la ciudad alemana es
frecuentado por 20 millones de visitantes cada año que hacen correr ríos
de buena cerveza. Los carteles de prohibición y las multas han servido
de poco, así que los vecinos del distrito han comenzado a probar con una
cobertura hidrofóbica.
Las paredes
tratadas con este compuesto hacen rebotar cualquier líquido con
bastante violencia. El resultado es que el muro se defiende de su
atacante devolviendo sobre sus zapatos o su pantalón lo que este estaba
expulsando. La cobertura hidrofóbica también evita que las las manchas
se adhieran y hace la pared más fácil de limpiar.
Teniendo en
cuenta que pocos se pararán a leer los carteles, es probable que las
paredes hidrofóbicas de St. Pauli sean más una divertida forma de
vendetta que una solución definitiva, pero es un magnífico ejemplo de
cómo aprovechar de forma creativa un invento como las coberturas
hidrofóbicas. [IG St. Pauli vía BoingBoing]
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