Analizando cómo la tecnología puede contribuir significativamente a mitigar este angustiante y estresante problema, he estado estudiando cómo el uso de los semáforos inteligentes sería clave para viabilizar el flujo vehicular, pues en gran medida el programa de los tapones tiene mucho que ver con la falta de coordinación entre las diversas intersecciones, donde se cede el paso y algunas intersecciones siguientes se detiene, haciendo poco efectivo el flujo vehicular, debido a que no hay coordinación y sincronización entre los semáforos o los agentes de la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET) de cada intersección.
Semáforo es un término de origen griego: «σῆμα (sema)», que significa señal, y «φόρος (foros)», que significa portador, es decir, semáforo es lo que "lleva las señales", una tecnología utilizada por primera vez en el año 1898 en Londres y, 16 años más tarde, en Estados Unidos, con un prototipo más moderno, parecido al que conocemos hoy en día. Actualmente, los semáforos son determinantes en la viabilización del tránsito, que no entendemos por qué en muchos casos la AMET quiere sustituirlos ineficientemente por agentes que en algunos casos complican más la situación de congestionamiento.
Propongo que el Ministerio de Obras Públicas, que la AMET, el gobierno central o la Alcaldía de Santo Domingo, inicien un proyecto de instalación de la más moderna generación de semáforos, llamados "Semáforos Inteligentes", los cuales se podrían colocar en las principales intersecciones del país, sincronizarse, controlarse remotamente, y permitir que los grandes tramos de calles y carreteras e intersecciones vehiculares funcionen de forma fluida y ágil, todo computarizado, centralizado e interconectado. Pero lo mejor, que podría salirle totalmente gratis al país, si algún estamento del Estado lo solicita como donación a China o Taiwán.
Definitivamente a nuestra clase política gobernante le falta creatividad, acción, voluntad. "Manos a la obra".
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