En muchos aspectos, las hormigas-robot creadas por la compañía de ingeniería alemana Festo
no se diferencian mucho de los animales en los que se inspiran, solo
que mucho más grandes. Juntas, son capaces de realizar tareas que para
una sola sería imposible como mover objetos.
Con un
tamaño aproximado de un palmo, los robots están impresos en 3D y dotados
de actuadores piezoeléctricos de cerámica. Por comodidad, el diseño ha
dejado todas las conexiones en la superficie, lo que les confiere un
curioso aspecto. Para moverse, estas hormigas artificiales cuentan con
una cámara estereoscópica con la que examinar los objetos de su entorno,
y un sensor óptico de terreno similar a los de los ratones de
ordenador.
En grupo,
estos pequeños robots se comunican mediante conexión inalámbrica y son
capaces de coordinarse para ejecutar distintas tareas. Festo ha tenido
hasta el detalle de dar una utilidad a las antenas de la hormiga
artificial. Son los contactos que usan para recargar sus baterías.
La forma de
hormiga es más un detalle de marketing que otra cosa, pero el prototipo
es útil para mostrar las posibilidades de usar enjambres de robots para
realizar tareas sencillas en fábricas e instalaciones industriales. Un
grupo lo bastante numeroso de estos dispositivos podría encargarse de
tareas secundarias como transportar materiales de desecho o materias
primas. Por supuesto, cuanto más grande el robot, mayor peso puede
mover. Festo mostrará estas y otras de sus creaciones inspiradas en la
naturaleza en la próxima Feria Internacional Industrial que tendrá lugar en Hannover, Alemania. [Festo vía New Scientist]
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