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En algunos lugares del mundo el tiempo parece haberse congelado. La provincia de Menia, en Egipto,
en pleno desierto a unos 300 kilómetros al sur de El Cairo, es uno de
ellos. Allí 45.000 personas trabajan en canteras extrayendo enormes
bloques de piedra. Hace miles de años lo hacían hasta la extenuación
para construir pirámides. Hoy para ganar $7 al día.
Es el salario medio que gana un trabajador en estas minas a cielo abierto. Con suerte y experiencia puede llegar a los 13 dólares diarios. El salario mínimo en Egipto es de unas 750 libras egipcias
al mes (unos 100 dólares/mes, es decir, 3,2 dólares diarios al cambio).
En esta región de Egipto hay unas 1.500 canteras de las que se extrae
diferentes tipos de piedra y rocas, destinadas a la construcción o para
pulverizarse y ser utilizadas en el sector farmacéutico, tanto dentro
del país como para su exportación a medio mundo. La gente que trabaja en
estas canteras se juega cada día la vida.
Debajo, bloques de piedra caliza recién cortados:
Las condiciones de trabajo no incluyen casi ninguna medida de
seguridad. Muchos trabajadores han sufrido amputaciones de brazos y
piernas operando maquinaria sobre la que no han sido formados. La única
forma de evitar respirar el polvo tóxico de la extracción y corte del
mármol, caliza, pizarra o granito es cubrirse la cara con ropa. Hay
miles de trabajadores ilegales, muchos de ellos niños. Nadie de quien
está aquí tiene otra forma de ganarse la vida. Es la cantera o la nada.
La agencia AP visitó recientemente estas canteras en Egipto
para documentar en un foto-reportaje las duras condiciones de vida y
trabajo en estos lugares. Estas son algunas de las impactantes imágenes:
Muchos de los que trabajan en las canteras son niños:
Baskharoon Mounir (en la foto debajo), de 15 años, trabajó en una de
las canteras de la provincia de Menia. Perdió su brazo izquierdo,
amputado por una de las máquinas que se utiliza en la mina. Llevaba solo
un mes trabajando allí, sin ningún tipo de medida de seguridad.
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