Doña Justina vive de la creatividad. Con sus
manos puede fabricar muñecas, carteras, muebles, lámparas y repisas con
solo utilizar un pedazo de cartón, plástico, madera, yeso y hojas de
plátano.
A sus casi 60 años, afirma que sobrevive gracias a sus creaciones aprendidas en 18 cursos técnicos que realizó por medio de los programas del Gabinete de Coordinación de Políticas Sociales de la Vicepresidencia de la República.
“Yo soy la hija predilecta de Margarita Cedeño”, dice la dama, residente en la comunidad Villa Guerrero, en El Seibo, mientras muestra con orgullo sus creaciones y su vivienda construida por disposición de la vicepresidenta de la República en el año 2006, cuando era la primera dama de la nación.
Al igual que Justina Concepción, quien aún conserva su “museo” como le llama a sus dos primeras viviendas hechas de cartón y zinc, y en donde hoy cuida de dos adultos mayores, uno de ellos ciego, cientos de personas han sido beneficiadas en la provincia El Seibo, a través de la Red de Protección Social, conformada por el Programa Progresando con Solidaridad (Prosoli), el Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN), la Administradora de Subsidios Sociales (ADESS) y los Centros Tecnológicos Comunitarios (CTC).
Historias como la de Justina se pudieron conocer durante el desarrollo del programa de pasantía profesional “El Gabinete de Coordinación de Política Sociales: una década de lucha contra la pobreza y el hambre”, dirigido a periodistas.
A través del centro de capacitaciones y producción progresando, los CTC, y los proyectos agrícolas de la zona, los residentes de El Seibo, una de las provincias más pobres, desarrollan sus habilidades y mejoran su calidad de vida.
Los residentes aprenden cursos técnicos, como de mantenimiento eléctrico, informática, panadería, repostería, artesanía, hotelería y turismo, belleza, inglés, entre otros.
(+)
AGRICULTURA FAMILIAR
Como parte del programa Progresando con Solidaridad (Prosoli) nace el proyecto agricultura familiar, para combatir el hambre y la pobreza en distintos puntos del país. En Arroyo Grande se ejecuta este proyecto, que abarca la lombricultura (cría de lombrices para abono), el invernadero orgánico y la acuicultura.
A sus casi 60 años, afirma que sobrevive gracias a sus creaciones aprendidas en 18 cursos técnicos que realizó por medio de los programas del Gabinete de Coordinación de Políticas Sociales de la Vicepresidencia de la República.
“Yo soy la hija predilecta de Margarita Cedeño”, dice la dama, residente en la comunidad Villa Guerrero, en El Seibo, mientras muestra con orgullo sus creaciones y su vivienda construida por disposición de la vicepresidenta de la República en el año 2006, cuando era la primera dama de la nación.
Al igual que Justina Concepción, quien aún conserva su “museo” como le llama a sus dos primeras viviendas hechas de cartón y zinc, y en donde hoy cuida de dos adultos mayores, uno de ellos ciego, cientos de personas han sido beneficiadas en la provincia El Seibo, a través de la Red de Protección Social, conformada por el Programa Progresando con Solidaridad (Prosoli), el Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN), la Administradora de Subsidios Sociales (ADESS) y los Centros Tecnológicos Comunitarios (CTC).
Historias como la de Justina se pudieron conocer durante el desarrollo del programa de pasantía profesional “El Gabinete de Coordinación de Política Sociales: una década de lucha contra la pobreza y el hambre”, dirigido a periodistas.
A través del centro de capacitaciones y producción progresando, los CTC, y los proyectos agrícolas de la zona, los residentes de El Seibo, una de las provincias más pobres, desarrollan sus habilidades y mejoran su calidad de vida.
Los residentes aprenden cursos técnicos, como de mantenimiento eléctrico, informática, panadería, repostería, artesanía, hotelería y turismo, belleza, inglés, entre otros.
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AGRICULTURA FAMILIAR
Como parte del programa Progresando con Solidaridad (Prosoli) nace el proyecto agricultura familiar, para combatir el hambre y la pobreza en distintos puntos del país. En Arroyo Grande se ejecuta este proyecto, que abarca la lombricultura (cría de lombrices para abono), el invernadero orgánico y la acuicultura.
El encargado
del proyecto de Agricultura Familiar, Pedro Ángeles, dice que hay
huertos escolares y familiares a nivel nacional y más de 281 mil
familias se benefician de este. En el caso de Arroyo Grande, existe un
invernadero orgánico, lombricarios y nueve estanques que benefician a 60
personas. Además, producen abono orgánico (lixiviado y sólido) por
medio de la lombricultura, en su mayoría utilizado para la producción de
cacao en la zona.
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