Clic.
Aprietas el botón, virtual o físico, y la foto que acabas de tomar
aparece en tu pantalla. Detrás de un proceso tan simple están implicados
en realidad una serie pasos relativamente complejos, pero estas
animaciones explican de manera sencilla el más importante de todos
ellos: el del sensor.
Hay dos tipos de sensores principales en el mercado: los CMOS y los CCD.
Los CCD son más antiguos y recrean de manera más precisa el
comportamiento de una cámara réflex tradicional con la obturación de la
cortinilla. Es decir, capturan toda la luz que entra en el sensor a la
vez. Los CMOS son más baratos y más fáciles de producir pero como
detalle capturan la luz en hileras.
Si alguna
vez, con la aplicación de cámara en tu móvil, has notado ese “efecto
persiana” con la imagen temblando en hileras más oscuras eso se debe a
la captura por hileras del sensor CMOS. Estas dos animaciones, creadas
por Raymond Sirí para un juicio contra Canon (la fina ironía), lo
explican perfectamente.
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