Los anticonvulsivos -medicamentos que previenen o reducen la severidad de las crisis- representan un tratamiento prometedor para esta enfermedad
MARTIN DEE, UBC
Un nuevo medicamento contra la epilepsia podría convertirse en un prometedor tratamiento para la enfermedad de Alzheimer. Los resultados, publicados «Alzheimer's Research & Therapy»,
refuerzan la teoría de que la hiperexcitabilidad cerebral juega un
papel importante en la enfermedad de Alzheimer, y que los medicamentos
anticonvulsivos - medicamentos que previenen o reducen la severidad de
las crisis - representan un tratamiento prometedor.
En estudios anteriores, otros grupos han probado los efectos del levetiracetam,
fármaco anticonvulsivo utilizado en modelos de roedores, así como en
ensayos clínicos en pacientes con signos tempranos de la enfermedad de
Alzheimer. Los hallazgos sugieren que puede retrasar algunos de los
síntomas de la enfermedad, incluyendo la pérdida de memoria.
En esta nueva investigación, Nygaard Haakon, de la Universidad de Columbia Británica
(Canadá), probó los efectos de brivaracetam, un medicamento
anticonvulsivo todavía en desarrollo clínico para la epilepsia y
estrechamente relacionado con levetiracetam. Puesto que es 10 veces más
potente que levetiracetam puede ser utilizado a dosis más bajas. Nygaard
y sus colegas encontraron que revierte por completo la pérdida de
memoria en un modelo de roedor de la enfermedad de Alzheimer.
Pérdida de memoria
Aunque el medicamento parece ser efectivo, los
investigadores no tienen claro cómo funciona para revertir la pérdida de
memoria. Nygaard también cree que el estudio presenta datos muy
preliminares para el tratamiento futuro de los pacientes con la
enfermedad de Alzheimer.
«Ahora tenemos muchos grupos de investigación diferentes
que emplean fármacos antiepilépticos dirigidos a un mismo objetivo, y
todos apuntan a un efecto terapéutico en los dos modelos de enfermedad
de Alzheimer, pero también en los pacientes con la enfermedad», explica
Nygaard, investigador del Centro Mowafaghian Djavad.
«Ambos medicamentos son susceptibles de ser probadas en ensayos
clínicos más grandes con pacientes con enfermedad de Alzheimer en los próximos cinco a 10 años».
Y, añade, todavía se necesitan estudios clínicos más grandes en humanos
antes de que podamos determinar si la terapia anticonvulsiva será parte
de nuestro futuro arsenal terapéutico contra el Alzheimer.
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