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Diez mil personas murieron en el 2014 intentando hacerse un selfie
Xenia
Ignatyeva, de 17 años, se tomó una selfie desde un puente para
impresionar a sus amigos, pero perdió el equilibrio y se electrocutó
cuando intentó agarrarse de un cable de alta tensión. Imagen del blog
Zapbin, del diario británico Daily Mail.
Hablar de las ventajas que la telefonía móvil ha traído a nuestras vidas es, a estas alturas, una obviedad. No ignoramos que el móvil es un artilugio útil; sin embargo si reflexionamos, si pensamos en que tanto despliegue de tecnología, tantos años de estudio y esfuerzo de técnicos, ingenieros y diseñadores haya concluido en la proeza de que alguien pueda hacerse una foto a sí mismo, nos daremos cuenta, quizás, de la esterilidad de dicho logro.
Hay quienes consideran que el espanto que el ser humano experimenta frente al aburrimiento es tan intenso, que el entretenimiento es la única forma posible de combatirlo.
Al menos diez mil personas murieron en el mundo durante 2014 intentando hacerse un selfie. Sólo en España, el 38 por ciento de los accidentes automovilísticos -más de 34.000- tuvieron como factor una distracción relacionada con uso del teléfono móvil. Envíos de whatsapp, mensajes de texto, chat y selfies, acabaron con la vida de un buen número de personas; lo cual conduce a pensar que todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda, tal como creía Jean de la Fontaine.
La moda por las selfies llega en algunos casos a tal extremo que existen quienes están dispuestos a hacer cualquier cosa por conseguir la autofoto más llamativa, más extraña, más peligrosa y por supuesto más estúpida. Como resultado de estas extrañas conductas que se han extendido por todo el planeta -como si se tratase de una pandemia de idiotez- cada día se produce en el mundo un importante número de fallecidos que dejan, eso sí, una última imagen para el recuerdo, una instantánea a la que sus amigos aprobarán con un oportuno Me Gusta.
Mayo 13, 2015
Una joven muere electrocutada por tomarse un "selfie"
Anna Ursu, de 18 años de edad, murió electrocutada en el momento en que intentaba tomarse un "selfie especial" en la parte superior de un tren para publicarla en su cuenta de Facebook.
La joven rumana, obsesionada con los selfies, falleció en la estación del tren ubicada en el noreste de Rumania, según informó el matutino Mirror. Ella se acercó accidentalmente a los cables de alta tensión con el propósito de hacerse la autofoto para Facebook.
Se convirtió en una "bola de fuego humana". Su amiga, una adolescente de 17 años, quien también estaba en el techo del tren, salió volando por los aires por la fuerza de la descarga de los 27,000 voltios que recorrieron el cuerpo de Ursu.
Un sujeto que se encontraba cerca a la estación intentó auxiliar y apagar a Anna arriesgando su vida, pero sus intentos no tuvieron fruto pues la joven murió con quemaduras en más de la mitad de su cuerpo.
Ursu no tocó el cable. Según la policía, el pie de la joven entró en el campo eléctrico que rodea las líneas de alta tensión y su cuerpo recibió una poderosa descarga, según precisó el diario británico Daily Mail.
La adolescente de 17 años, que se encuentra en recuperación en un hospital de Rumana, declaró a las autoridades que Anna quería tomarse un "selfie especial" para su cuenta de Facebook, pero no midieron las consecuencias.
El sujeto que auxilió a Anna precisó que él las había visto jugando en la parte superior del tren y luego de aconsejarlas de mantener la cabeza y los pies abajo y seguir su camino escuchó una fuerte explosión y vio a la joven estallar en llamas.
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