Este
experimento casero mezcla un poco de conocimientos de física y de
química con lo mejor de la ciencia ficción. El funcionamiento es
sencillo, una pequeña bombona de propano con encendedor conectada a un
tubo de plástico y una botella. Verla en funcionamiento es espectacular.
El
mecanismo de encendido de la bombona emite chispas. Si no se aprieta del
todo, y por suerte, esa chispa enciende una mezcla perfecta entre
propano y aire que se propaga a lo lardo del tubo como consecuencia de
la explosión. Se le añade un poco de ácido bórico para colorearlo y el
resultado es el que puede verse en el vídeo.
Hacia el
final del mismo, el inventor comprueba hasta qué punto es potente la
explosión que se desencadena en el tubo. Está lejos de la de un arma
profesional, sin duda, pero es capaz de enviar una pelota de golf a una
distancia considerable y de estallar una lata de refresco. Nada mal.
Su creador ha subido también unos planes, bastante caseros, para que cualquiera pueda construirla. El coste total de los materiales no sobrepasa los $20 dólares.
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