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Ansiedad, depresión, autismo y bipolaridad son trastornos neurológicos y psiquiátricos que se desarrollan con mayor frecuencia a una edad temprana; sin embargo, existen tratamientos como la neuroestimulación que ayudan a controlar o sanarlos.
En entrevista Cristina Martínez de Luis,
directora de Clínica Neurometrics en México, detalla que la
electroestimulación eléctrica es un tratamiento eficaz contra
enfermedades como ansiedad, depresión, trastornos de conducta o
aprendizaje, autismo, esquizofrenia, bipolaridad, disautonomía, entre
otros muchos
¿Qué es la electroestimulación?
Martínez de Luis explica en qué consiste
en medir la actividad cerebral de los pacientes para identificar la
zona cerebral donde se genera el trastorno como la ansiedad, a través de
un encefalograma cuantitativo (QEEG, por sus siglas en inglés)
Ya identificada la patología y al
conocer la historia médica del paciente, se diseña un tratamiento
multimodal para tener un resultado exitoso. Cada caso es diferente, ya
que los síntomas o avance de la enfermedad no es igual en todos los
pacientes.
“El tratamiento multimodal está
integrado por la combinación de la electroestimulación y otros
procedimientos tradicionales, como la psicología, las terapias
ocupacional, del lenguaje y del aprendizaje; así como la fisioterapia,
la medicación y la suplementación.”
Uno de los objetivos de este tratamiento
es conocer la zona exacta donde se genera la enfermedad para
estimularla con impulsos eléctricos casi imperceptibles por el paciente,
para despertar esas áreas que están inactivas.
Incluso, los pacientes mejoran su
capacidad de atención, la memoria y controlas sus impulsos al terminar
el tratamiento de dos meses.
Aunque no existe una edad en específico
para iniciar el tratamiento, se recomienda que los padres esperen a que
sus hijos cumplan cinco años para realizar un diagnóstico correcto sobre
cualquier trastorno neurológico y psiquiátrico y así obtener un
tratamiento adecuado.
“Aunque no siempre es posible porque
depende de la patología de pacientes y el grado de la enfermedad, se
puede retirar el tratamiento farmacéutico para tener una mejor calidad
de vida”, concluye Cristina Martínez de Luis.
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