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El
gobierno español está en pleno proceso de crear una base de datos
masiva para identificar sospechosos de terrorismo. Se trata del Sistema de Registro de Nombres de Pasajeros
o PNR, un proyecto rechazado por Europa en varias ocasiones y que, sin
embargo, España está desarrollando. Y lo peor: puede vulnerar gravemente
tu privacidad.
Imagina que
criticas o insultas duramente por Twitter a una aerolínea por perder tu
equipaje, o vives cerca de una mezquita y publicas en Facebook mensajes
geolocalizados. Lo quieras o no, esa información va a ser muy
probablemente rastreada por una herramienta del gobierno que tal vez
encuentre indicios “sospechosos” en tu vida digital. La herramienta
podrá cruzar tu huella digital en redes sociales con tu nombre, email o
número de teléfono (obtenido en reservas de aviones o trenes) y sabrá al
instante quién eres, qué haces, qué países visitas y podrá inferir, por
ejemplo, tu ideología a partir de las publicaciones que haces en
Internet. Todo, por supuesto, sin tu permiso y sin que ni siquiera te
des cuenta.
Bienvenido al Sistema de Registro de Nombres de Pasajeros o Passenger Name Record (PNR) que España está desarrollando.
Un proyecto rechazado en Europa
El PNR es
una vieja aspiración que varios países, sobre todo España, llevan años
intentando instaurar sin éxito en Europa. Se trata de un masivo registro
de datos de viajeros de avión y trenes que recoge toda la información
suministrada por los usuarios (nombre, teléfono, email...) y otra recaba
por las aerolíneas para tratar de identificar sospechosos de
terrorismo. EE.UU., Canadá y otros países pusieron en marcha un sistema
similar tras el 11S y diversos países en Europa trataron de adoptarlo
pero se encontraron con el rechazo del Parlamento Europeo en 2013. Una
de sus comisiones, la de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de
Interior (LIBE) lo rechazó por considerar que atentaba contra la privacidad. Desde entonces el proyecto se encuentra en un limbo en Europa a la espera de su aprobación final.
A España no
le ha importado el rechazo del proyecto a nivel europeo y a comienzos
de este año arrancó un proceso para desarrollar por su cuenta el
sistema. El problema es que va mucho más allá de una simple base de
datos de viajeros.
Tal y como explica el documento de requisitos técnicos de la herramienta (los puedes leer aquí al completo),
la intención del Ministerio de Interior es rastrear “fuentes abiertas”
en Internet, principalmente redes sociales, para crear “perfiles
sociológicos” de usuarios que permita identificar sospechosos.
Evidentemente, cruzando la información en la base de datos de viajeros
con la que recopilan abiertamente en Internet, el resultado es una
masiva herramienta de rastreo, un “gran hermano” tecnológico sobre el
cual el gobierno ni ha explicado cómo funcionará exactamente ni, sobre
todo, su legalidad.
“Crear perfiles ideológicos era de regímenes totalitarios”
“¿Con
qué criterio van a hacer esos perfiles? ¿Qué es lo que hará una persona
sospechosa y otra no? El gobierno tendrá que explicar todo esto. El PNR
es un nuevo ejemplo de cómo España se desvía cada vez más de los
principios comunitarios y, en muchas ocasiones, de la propia
Constitución. Este sistema quiere coger todo lo que decimos en Internet, pasarlo por un software y que este diga si somos sospechosos o no. Estamos tocando fondo en materia de derechos y libertades en España, y hay que decirlo,” explica a Gizmodo en Español el abogado especializado en Internet Carlos Sánchez Almeida, y autor del blog Jaque Perpetuo.
Almeida señala en concreto que el sistema planeado por el gobierno, para el cual Indra y Accenture están en plena puja del contrato de 1,6 millones de euros, podría vulnerar el artículo 7.4 de la Ley Orgánica de Protección de Datos, que establece que “quedan
prohibidos los ficheros creados con la finalidad exclusiva de almacenar
datos de carácter personal que revelen la ideología, afiliación
sindical, religión, creencias, origen racial o étnico, o vida sexual”. Según Almeida, “lo
que este sistema permitiría hacer cruzando datos es, entre otras cosas,
crear precisamente perfiles ideológicos. Eso es un peligro. Es lo que
hacían los regímenes totalitarios”.
Gobierno: “No tenemos nada que explicar”
La máxima
autoridad en España en materia de privacidad, la Agencia Española de
Protección de Datos, ya ha mostrado su rechazo al proyecto del PNR, calificándolo de “desproporcionada injerencia en la vida privada de todos los viajeros”. Lo mismo han dicho
el resto de autoridades europeas de protección de datos. ¿Cómo es
posible entonces que el gobierno haya puesto en marcha de todas maneras
el proyecto para desarrollar la tecnología, trabajo que comenzará Indra o Accenture el 1 de agosto y que debería estar finalizado el próximo 10 de diciembre?
El Ministerio de Interior, a través de los portavoces contactados por Gizmodo en Español, asegura que, de momento, “no tiene nada que explicar. Se trata de un proyecto en marcha y hasta que esté finalizado no se conocerán todos los detalles”.
En otras palabras: se van a gastar 1,6 millones de euros en un proyecto
que aún no tiene base legal conocida, ha sido rechazado por Europa y,
según las agencias de protección de datos y especialistas del derecho,
viola claramente tu privacidad y las leyes de protección de datos.
“Por desgracia forma parte de cómo se hacen las cosas en España”, explica David Maeztu, abogado especializado en Internet y privacidad. Para Maeztu, el proyecto del Sistema de Registro de Nombres de Pasajeros tal
y como lo presenta ahora el gobierno no solo plantea serias dudas de
violación de la privacidad, también de anticonstitucionalidad. El
artículo 18.4 de la Constitución establece que la ley “limitará el uso de la informática para garantizar la intimidad personal y familiar de los ciudadanos”. Claramente el PNR consigue todo lo contrario.
Según Maeztu, no hay posible escapatoria a un sistema así, a escoger no ser rastreado . Y pone un ejemplo muy claro. “Si
compro un vuelo online y hago el check-in desde el móvil, ya está, la
compañía aérea puede tener mi dirección IP, la red inalámbrica desde la
que me conecto o la dirección MAC de mi dispositivo. A partir de ahí ya
pueden rastrear todo lo que comento en Internet, en foros o en Twitter,
incluso si lo hago de forma anónima, ya tienen mi IP”.
Se podría
argumentar que algo así es deseable siempre y cuando estuviese
demostrado que sirve realmente para detener el terrorismo. La Agencia
Española de Protección de Datos ya dejó claro sus dudas sobre “la eficacia [del PNR] para este tipo de terrorismo”. Además, la escasa transparencia de los gobiernos al respeto hace imposible comprobarlo.
Como señala Maeztu, realmente solo queda una cosa: “ser
combativo. Aunque soy pesimista, publicamos toda nuestra vida en redes
sociales sin pensar las consecuencias. Luego viene el gobierno, cuenta a
medias un proyecto que suena a chino a la mayoría, y la gente aplaude
con las orejas. Espero que en esta ocasión defendamos realmente nuestros
derechos”.
Ilustración de apertura: Jim Cooke; Foto 2: Josef Hanus/Shutterstock; Imagen 3: Bert boerland bajo licencia Creative Commons
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