Psicólogos de la Universidad de Missouri dividieron a las personas
según su manera de asimilar el alcohol y sus cambios de comportamiento.
Los hay extrovertidos, peleadores, filósofos o propensos al llanto.
Son las distintas reacciones que las personas tienen luego de tomar algunos tragos y que ahora fueron definidos por la ciencia en cuatro categorías.
Esto tras el estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Missouri, Estados Unidos, donde se identificaron a los bebedores como Mary Poppins, los Ernest Hemingway, los Profesores Chiflados y los Sres. Hyde.
Los investigadores encabezaron el estudio "Addiction Rearch & Theory", donde participaron 374 estudiantes, señala Time.
Los Hemingways no muestran mayores cambios de personalidad en la transición de sobrio a borracho, según el estudio.
En segundo lugar se encuentran los Mary Poppins, es decir, aquellas personas que sin alcohol en el cuerpo ya son extrovertidos y a medida que toman se ponen más alegres y dulces.
Luego de ellos vienen los Profesores Chiflados, nombre inspirado en el papel protagonizado por Eddy Murphy.
Según señala el estudio, estos sujetos son naturalmente introvertidos, pero van "soltándose" a medida que beben. Así, con alcohol muestran un lado más sociable y llamativo.
Finalmente están los Sres. Hyde o los bebedores "malvados".
"Son particularmente menos responsables, menos intelectuales y más hostiles cuando están bajo la influencia del alcohol", dice la investigación.
A partir de esta tipificación los autores pretenden ayudar en los tratamientos de alcoholismo, asegura el sitio de Time. De esta manera, se podrán tomar los caminos adecuados para superar la adicción entendiendo el comportamiento de las personas.
Junio 3, 2015
Los daños que provoca el alcohol en cada parte de tu cuerpo
Hace mucho son ampliamente conocidos los daños que ocasiona al organismo el excesivo consumo de alcohol, pero pocas veces tenemos una idea de qué efectos específicos tiene la bebida en las diferentes partes del cuerpo. Un artículo de la revista Men’s Health los desglosa por parte corporal, incluyendo el pene.
1 - Cerebro
Los altos niveles de alcohol alteran los neurotransmisores, que controlan el estado de ánimo, la percepción y el comportamiento, indica el doctor David Sack, director general de la empresa de tratamiento de adicciones Elements Behavioral Health.
Y, contrario a la creencia popular, la bebida en realidad no mata a las células del cerebro, aclara Sack.
Los estudios más recientes explican además las conductas más típicas de las personas ebrias.
Por ejemplo, investigadores de la Universidad de Michigan determinaron que la amígdala, un área del cerebro que controla el miedo y la ira, mostró menos capacidad de reacción a rostros amenazantes después de un solo trago, lo que podría explicar por qué las personas ebrias son más propensas a una riña cuando han consumido altos niveles de alcohol.
Y el estereotipo del borracho zigzagueante obedece a una realidad: así se comportan las personas ebrias a causa de la reacción del cerebelo ante el alcohol. Esa parte del cerebro controla el equilibrio y la coordinación, y el consumo de alcohol altera su funcionamiento, señala la doctora Kimberly S. Walitzer, subdirectora del Instituto de Investigación de Adicciones de la Universidad de Buffalo.
2 - La piel
No, nunca hemos visto a un alcohólico con la piel suave y tersa. Eso se debe a que el alcohol dilata los vasos sanguíneos en la cara, haciéndolos más propensos a la rotura, y no sólo en las mejillas, sino también en las pupilas. De ahí los ojos inyectados en sangre que hemos visto tantas veces.
Para compensar esa dilatación de los vasos, el corazón bombea más fluido en los tejidos circundantes para equilibrar esas arterias y venas dilatadas, provocando la consabida hinchazón de la cara.
Una condición llamada rosácea –que consiste en el enrojecimiento de la piel del rostro- empeora también con el consumo de alcohol, señala el dermatólogo David E. Banco, del Centro Médico Presbiteriano de Columbia.
3 - Corazón
En los países del Mediterráneo el consumo de alcohol está muy incorporado a la dieta diaria, en particular en forma de vino. Los científicos que estudian la dieta mediterránea han determinado que un consumo moderado tiene efectos beneficiosos debido a los polifenoles, los relajantes de los vasos sanguíneos que contiene el alcohol. También eleva los niveles de HDL, el llamado colesterol bueno, según Kirsten Mehlig, investigadora de la Universidad de Gotemburgo en Suecia.
Al mismo tiempo, para las personas con problemas cardiacos consumir dos bebidas alcohólicas diarias puede aumentar el riesgo de fibrilación auricular en un 17 por ciento, según otro estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology. Este tipo de latido irregular del corazón casi cuadruplica el riesgo de tener un derrame cerebral y triplica el de insuficiencia cardíaca.
4 - Estómago
Cinco tragos o más durante un período de dos horas aumentan la permeabilidad intestinal, aseguran investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts.
Esto quiere decir que las toxinas y bacterias salen del sistema digestivo y penetran en el torrente sanguíneo, lo que provoca una respuesta peligrosa del sistema inmune que puede conducir a enfermedades hepáticas y otros problemas de salud.
Un efecto más conocido del alcohol en pequeñas dosis es que relaja el músculo al final del esófago, causando acidez, precisa el doctor Sack.
5 - El pene
Esos mismos cinco tragos que mencionamos arriba, pero en el transcurso de una semana, disminuyen el conteo de espermatozoides y el porcentaje los sanos, y científicos daneses sospechan que también afectan los niveles de hormonas sexuales como la testosterona, de acuerdo un reciente estudio divulgado en la revista BMJ Open.
El alcohol tampoco ayuda a un mejor desempeño en la alcoba. Casi tres cuartas partes de los hombres dependientes del alcohol tienen al menos un problema de salud sexual, ya sea escasa libido, disfunción eréctil o eyaculación precoz, según otros estudios.
6 - Los músculos
El alcohol distorsiona las respuestas hormonales e inflamatorias ante el ejercicio, por lo que es más difícil que el cuerpo repare las proteínas dañadas en presencia de él, según un estudio reciente publicado en la revista Sports Medicine.
Esto se agrava si consumes alcohol después del ejercicio y antes de otros alimentos, señala el autor del estudio, Matthew Barnes, médico de la Universidad de Massey en Nueva Zelanda.
Simplemente, cuando consumas
alcohol recuerda que sólo un sorbo de whisky, cerveza o vino permanece
en tu organismo –y actúa sobre él- durante un período de alrededor de
dos horas.
0 Comentarios