Cuando
se anunció Avatar, James Cameron aseguraba que sería la primera
franquicia de películas alimentada exclusivamente por energía solar.
Ahora el director de cine, explorador de las profundidades y asesor de
la NASA se ha dedicado a diseñar paneles solares dignos del cine pero
para todo el mundo.
El propio
Cameron es un entusiasta pionero de la energía solar. Además de pasarse a
este método de generación de electricidad en sus rodajes, dispone de
una plataforma propia de 50 kilovatios en su finca en Santa Bárbara.
Pese a su entusiasmo, también reconoce los problemas de las placas
solares, y uno de esos problemas es que son bastante antiestéticas.
“Resulta que me gustan los paneles solares. Cuantos más, mejor” me explicaba Cameron por teléfono la semana pasada, “pero soy consciente de que hay personas a las que no les gusta”.
El director
comenzó la búsqueda de un panel solar mejor, y su primer paso fue la
estética, sin embargo lo que acabó consiguiendo fue una ventaja técnica.
Debido a su peso, los paneles solares están diseñados para permanecer
fijos. Los paneles se instalan en un determinado punto donde puedan
aprovechar el máximo de luz solar. Sin embargo, a menudo esto significa
que el rendimiento de los paneles decrecerá a otras horas del día.
Además, está el problema de las personas cuyo tejado no está orientado
en la mejor dirección, o simplemente no tienen una superficie lo
bastante robusta como para instalar los paneles sobre su hogar (como las
tejas de arcilla que cubren tantas casas).
El diseño
que Cameron quería debía ser capaz de seguir los movimientos del sol a
lo largo del día para mejorar su productividad, y no necesitar de un
techo para instalarse. “La idea era unificar forma y función en una forma que sugiriese vida y que cualquiera pueda reconocer instantáneamente”, explica Cameron.
El director
eligió un girasol, que además de representar esas cualidades de sugerir
vida también tenía una inspiración biológica: los girasoles mueven sus
flores siguiendo la luz del sol.
Construyendo un panel solar mejor
El diseño
comenzó con un boceto que Cameron entregó a un experto en modelado 3D de
Avatar. Después un ingeniero estructural y un fabricante lo llevaron a
la práctica. La flor, de diez metros de altura, tienen agrupaciones de
paneles soldados y ensamblados por separado. La corona mide 8,6 metros
de diámetro, con una parte central rodeada de 14 “pétalos”.
Con ese
diseño, Cameron trabajó con la compañía de paneles solares Sonnen para
crear la tecnología de seguimiento, que usa datos astronómicos para
calcular la posición del sol y alinear los paneles de la mejor manera a
lo largo de todo el día.
Las primeras flores se instalaron el mes pasado en el campus de verano de la Escuela MUSE,
en Malibú, un centro sin ánimo de lucro enfocado en la enseñanza de
ciencias ambientales del que es co-fundadora la esposa de Cameron Suzy
Amis Cameron. El director de hecho presentó el proyecto como regalo de
cumpleaños en 2012.
Los
girasoles generan 260 kilovatios hora al día, que supone entre el 75 y
el 90% de la electricidad que necesita el centro. Cameron cree que una
vez se asiente del todo, podrá suministrar a la escuela toda la energía
que necesita. El director está estudiando las nuevas baterías de Tesla
como opciones de almacenamiento. El equipo del director ha creado
también un tablero de mando que permite a loe estudiantes monitorizar la
generación de energía en las clases. Ahora una de las materias que
imparten los profesores del centro es planificación de generación de
energía solar.
La mayor
parte de paneles solares de California consisten en grandes superficies
negras alineadas en las laderas, lo que ha disuadido a muchos vecinos de
instalarlas porque aseguran que arruinan las vistas. Las cinco flores
de la escuela MUSE casi parecen esculturas públicas que adornan el Cañón
Chaparral donde se ubican. Solo eso ya es un paso adelante en la
evolución de la generación de energía solar.
Pero la
estética no es el único beneficio del diseño de Cameron. Los paneles
están a gran altura y tienen una forma que funciona igual que una gran
sombrilla de playa. En otras palabras, proporcionan sombra a los
viandantes que pasan por debajo. Además de dar energía al vecindario,
son ideales para un parque o un patio trasero.
Una apuesta por el código abierto
En lugar de
lanzar su propia empresa solar y sacar estos paneles a producción,
Cameron ha querido que el diseño de estos paneles sea completamente Open Source.
Primero ha solicitado una patente de la idea para que a nadie más se le
ocurra hacerlo. Después se encargará de que los diseños y
especificaciones estén accesibles a todos. Cuando esté listo es probable
que informe de ello en su cuenta de Twitter.
De hecho,
no es la primera vez que Cameron regala sus ideas sobre generación de
energía solar. Antes ya diseñó un concepto de panel solar que se
despliega desde un camión y cedió el concepto al FEMA para su uso en
situaciones de emergencia.
Haciendo Hollywood más sostenible
La llamada
de Cameron para hacer el cine más sostenible parece un sueño imposible
hasta que oyes al cineasta explicar todas las maneras sencillas en las
que la tecnología puede ayudar a Hollywood a reducir su impacto
ecológico. Recientemente, Cameron ha defendido el uso de drones en lugar
de helicópteros para realizar tomas aéreas, y hasta ha organizado un concurso de realizadores aéreos con drones en Nueva Zelanda para promocionar la idea.
Con los últimos avances en cuadricópteros y cámaras ultraligeras en alta definición, el uso de drones debería ser obvio. “Puedes lograr filmaciones de la máxima calidad por una milésima parte de la energía”,
explica Cameron. El Director también está a favor de que la FAA
establezca una regulación muy estricta sobre el uso de drones. Cameron
es piloto de helicópteros y teme que el día en el que un dron
descontrolado choque con las aspas de un helicóptero y mate a sus
ocupantes llegue más pronto que tarde.
Quizá la
mayor contribución de Cameron a la hora de cambiar la generación de
energía ha sido la construcción de un nuevo estudio de sonido y rodajes
sobre Chroma en la playa californiana de Manhattan Beach. El edificio ha
sido reformado con materiales sostenibles, y se comunica mediante un
sistema de bicicletas compartidas. La pieza central es un techo solar
que hará que el consumo eléctrico del edificio sea cero.
“Ha costado bastante dinero, pero se paga a sí mismo”.
No le falta razón, en vez de emprender costosos e ineficientes rodajes
en otras localizaciones, el centro permite construir cualquier mundo
digital con la única energía del sol.
Aunque el
objetivo de Cameron es lograr que la industria del cine piense de una
manera más responsable, no hay razón para que sus ideas no puedan
transmitirse a una comunidad más amplia. En su día, Avatar fue la
película más taquillera de todos los tiempos, y el director goza de una
posición privilegiada a la que no llegan otros defensores de la energía
solar. Quizá sea solo una cuestión de tiempo el que veamos los girasoles
de Cameron extenderse más allá de las colinas de Hollywood.
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