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Las mujeres sin depilar, ¿nueva fantasía masculina?


Parece que el vello púbico adquiere un nuevo auge. La prueba de ellos es que las estrellas reivindican alto y claro el pelo al natural, creciendo libremente en el pubis y en las axilas. Punteras del movimiento, las actrices más sexis, como Gwyneth Paltrow y Cameron Diaz, abogan por la versión “matorral de los 70" en su monte de Venus.

Seguidas de cerca por Madonna, que en una tórrida sesión fotográfica nos muestra sus axilas “peludas”. Aunque parezca raro, Lady Gaga llega tarde a la tendencia y exhibe su indisciplinado vello púbico en la portada de la revista Candy ¿Estarían las mujeres reivindicando el fuerte poder erótico de los pelos? Para el mayor placer de los hombres, ¡porque se trata de una fantasía!
Las mujeres sin depilar, ¿nueva fantasía masculina?

El pelo marca el retorno de un erotismo primario

“Más que una decisión estética, el retorno del pelo en las estrellas podría marcar claramente un retorno a un erotismo primario”, indica el Dr. Gérard Zwang, aficionado prudente de la vellosidad femenina. “Lo habíamos olvidado, pero los pelos son potentes estimulantes sexuales", añade nuestro experto. De hecho, existe un determinado número de teorías que impulsan a los precursores de uno y otro bando.

Como siempre, sean cuales sean las imágenes codificadas transmitidas en materia de sexualidad, un hombre se excita mucho más con una mujer que resalta los atributos de lo femenino, es decir, senos, nalgas, pelos y sudor. “Las melenas y mechones debajo de los brazos se asocian irremediablemente con el olor, potente afrodisíaco, por lo que actúan como signos de reconocimiento de la buena pareja para el apareamiento", continúa el Dr. Zwang.

La versión núbil no atractiva

Al contrario, la versión núbil, es decir, la depilación integral del sexo, remitiría a la imagen de la mujer niña, lejos de resultar atractiva a los hombres y a creer determinadas confidencias sobre el diván. “Parece que es la última tendencia, pero a mí me da la sensación que hago el amor con una niña pequeña”, confiesa Hugo, de 32 años. Una opinión que comparten los protagonistas de la película de Marc Esposito, El corazón de los hombres, portavoz en cierto modo de los hombres.

Durante una discusión desenfrenada y memorable en torno a los pelos, cada uno coincidió diciendo que prefieren las verdaderas mujeres “peludas” que las niñas pequeñas imberbes. A semejanza de estas ideas, la sexi Laetitia Casta, todo el pelo fuera, en la película de Pascal Thomas, El gran apartamento (2006), afirma que “hoy en día las mujeres nos vemos obligadas a parecer niñas y ¡esto no es normal!“

El pelo, objeto de fantasía y transgresión

Una imagen especialmente divertida en la actualidad, dado que la hipersexualización está claramente asociada a una estética lisa y núbil impuesta por el cine pornográfico. Una dictadura transmitida por los medios de comunicación femeninos, como lo denuncia Stéphane Rose, escritor y periodista, en un ensayo memorable titulado La defensa del pelo: contra la dictadura de la depilación íntima.

Contra toda previsión, la resistencia se organiza, llevando el pelo a los desnudos, verdadero emblema de una sexualidad madura y animal… Y como lo recuerda precisamente el Dr. Gérard Zwang, “se disfruta mucho más cuando uno se abandona a lo animal”. Símbolo absoluto del misterio femenino, las melenas y matorrales despiertan el deseo de hombres de todo tipo. ¡Quién lo iba a decir!

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