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Una
canción de moda, la música de un anuncio de televisión, o un himno
especialmente pegajoso. Me cuento entre esas personas a las que la
música se les queda pegada durante horas y horas en el cabeza. Un nuevo
estudio acaba de descubrir que la clave podría estar en la forma del
cerebro.
Resulta
que, aunque es un fenómeno muy común, las canciones que se pegan a
nuestra cabeza y no hay manera de quitar han recibido muy poca atención
por parte de la comunidad científica. Ahora un equipo de investigadores
de la Universidad Goldsmith en Londres cree que incluso podrían cumplir alguna función biológica.
La psicóloga Lauren Stewart
y su equipo han tenido la idea de estudiar la forma del cerebro en las
personas a las que la música se les queda particularmente pagada y las
que no sufren tanto este problema. Después de examinar los cerebros de
44 voluntarios han encontrado diferencias importantes en la corteza
cerebral. Las personas que sufren de estos gusanos auditivos o earworms,
como se les conoce en inglés, tienen un grosor mucho mayor en las zonas
de la corteza cerebral encargadas de la percepción musical y la
discriminación de estímulos.
Asímismo,
los voluntarios que expresan mayores molestias relacionadas con las
canciones que nos de pueden quitar de la cabeza tienen también más
materia gris en el lóbulo temporal. Finalmente, hay personas a las que
la música repetitiva les ayuda a concentrarse. Estos casos tienen el
hipocampo, que es una de las áreas relacionadas con la memoria, mucho
más grande.
Nada de
este estudio es concluyente a la hora de explicar por qué algunas
canciones se nos quedan pegadas a la cabeza y no hay manera de
quitarlas, y por qué a algunas personas afortunadas no les pasa. Sin
embargo, el estudio sienta las bases de futuras investigaciones y
descarta posibles causas únicamente psicológicas del fenómeno. Hay
cerebros más propensos que otros a sufrir esta molestia y sus
diferencias son a nivel biológico. [Consciousness and Cognition vía New Scientist]
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