Un tornillo no parece gran cosa, pero viajando a velocidades de siete kilómetros por segundo se convierte en un proyectil capaz de atravesar una nave o moverla fuera de su órbita. Un grupo de ingenieros suizos ha puesto en marcha un interesante plan para acabar con ese y otros objetos que forman la basura espacial.
Hace cinco años, ingenieros del laboratorio de ciencias espaciales de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza. pusieron en órbita un satélite CubeSat. Ahora, el centro quiere probar si es posible capturar el pequeño satélite para evitar que se convierta en un elemento más de lo que denominamos basura espacial.
La NASA tiene catalogados más de 500.000 objetos considerados basura espacial. Los hay de todo tipo, desde grandes fragmentos de satélites malogrados hasta pequeñas piezas de unos pocos centímetros o simples escamas de pintura. Capturar esas piezas en la inmensidad del espacio es complicado incluso estando en la misma órbita. Uno de los principales problemas es precisamente ver el objeto para poder acercarse a él a su misma velocidad. El CubeSat es especialmente indicado para la prueba porque su superficie tiene zonas brillantes y oscuras que lo hacen muy complicado de localizar en el espacio.
Los ingenieros de Lausana trabajan precisamente en crear unos algoritmos capaces de guiar de forma precisa a un sistema de cámaras hasta su encuentro con un objeto tan pequeño como el CubeSat, de solo 10 cm de lado. Las cámaras irán instaladas en un nuevo satélite llamado CleanSpace One que la EPFL se propone poner en órbita en 2018.
CleanSpace One lleva tres años en desarrollo. En ese tiempo, sus creadores han probado todo tipo de soluciones para capturar basura espacial, desde el uso de brazos robóticos a garfios sujetos a cables o incluso tentáculos mecánicos. Finalmente, la solución más efectiva es pescar los restos con una especie de cono de gran tamaño que se despliega del satélite, como si fuera una red de pesca para volver a replegarse cuando no sea necesario.
Una vez capturado, la idea es proyectar el objeto hacia abajo de manera que caiga desde su órbita y sea la fricción con la atmósfera la que se encargue de destruirlo. No es el primer experimento usando redes para capturar basura espacial, pero CleanSpace One será de los primeros intentos serios de probar una solución eficaz. Si es efectivo contra el CubeSat podría ser el comienzo de un auténtico esfuerzo por eliminar la basura en órbita más allá de solo catalogarla. [vía EPFL]
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