Pronto,
esa milenaria tradición de que uno trabaje mientras cuatro miran podría
pasar a la historia, al menos en lo que se refiere al mundo de la
construcción. En Estados Unidos ya se están poniendo a prueba sistemas
basados en drones que monitorizan no solo el estado de la obra, sino las
tareas de cada trabajador.
Los
trabajadores que están levantando el nuevo estadio de los Sacramento
Kings, en California, ya saben lo que es eso de estar monitorizados por
drones. Cada día, varios de estos vehículos aéreos de una compañía
llamada ImageInFlight
patrullan la obra tomando imágenes y grabando vídeo. Un software se
encarga de analizar esos datos para revelar posibles retrasos o
variaciones respecto al plan de construcción.
El software es obra de Mani Golparvar-Fard, profesor en el departamento de ingeniería civil en la Universidad de Illinois.
Aunque el sistema aún no monitoriza de forma individual a cada
trabajador (tienen otra versión experimental que sí lo puede hacer),
esta vigilancia podría ser real en el futuro, y no parece una
perspectiva agradable desde el punto de vista de los derechos de los
trabajadores. Golparvar-Fard no es ajeno a estas preocupaciones:
El que haya trabajadores dedicados a supervisar las operaciones, ya sea en persona o mediante el uso de cámaras, no es nada nuevo en el mundo de la construcción. Es cierto que convertir esa supervisión en una tarea autónoma es algo que los trabajadores perciben de manera muy diferente, pero no se trata de cuestionar la eficacia del personal. Se trata de cuestionar los procesos y recursos que esas personas necesitan para ser más eficientes.
De la misma
forma se expresa Lincoln Ford, director regional de proyectos para la
constructora que está levantando el estadio en Sacramento. Según Ford,
la vigilancia con drones permite mejorar las tareas de coordinación
entre los equipos y ajustar procesos como la recepción de materiales
para que el ritmo de la obra sea óptimo. El principal sindicato de
trabajadores de Estados Unidos ha declinado comentar sobre la cuestión.
[vía MIT Technology Review]
0 Comentarios