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Los
mejillones, los percebes o las bellotas de mar tienen una increíble
capacidad de pegarse a las superficies, incluso bajo el agua. Esta
capacidad ha suscitado la curiosidad de los científicos durante años, y
esa curiosidad ya está dando su fruto: una nueva proteína adhesiva capaz
de suturar heridas en sesenta segundos.
La forma en
la que funciona este tipo de pegamento se conoce desde hace cerca de un
año, pero hasta ahora no se había logrado desarrollar una versión de
laboratorio con usos prácticos. Ese ha sido el descubrimiento de un
equipo de científicos de la Universidad Pohang de Ciencia y Tecnología de Corea del Sur (POSTECH).
El truco del adhesivo es que no solo se basa en las proteínas del mejillón. También incluye tirosina,
un aminoácido presente en las alas de algunos insectos. La mezcla de
ambas sustancias tiene un potente poder adhesivo que se activa mediante
la luz. Los investigadores ya han probado el adhesivo con éxito en
animales, y es capaz de cerrar heridas sangrantes en sesenta segundos,
tanto internas como externas.
El adhesivo
no solo ayuda a suturar heridas, sino que lo hace sin producir
inflamación como ocurre con los puntos de sutura o las grapas
quirúrgicas. Además, es completamente biocompatible y no tiene ninguna
toxicidad.
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