De
todas las tecnologías futuristas que han sido inmortalizadas en
Hollywood durante las últimas décadas, nada parece haber llamado más la
atención de los “geeks de la ciencia-ficción” (entre los que me encuentro) que la Hoverboard de Volver al Futuro. El concepto pareciera ser simple, sin embargo, ha sido imposible crear un modelo realmente funcional. Hasta ahora. La Hoverboard de Lexus es real, y la he montado.
Su aparición más famosa fue en la película Volver al Futuro II en el año 1989, y el concepto de un hoverboard
es realmente más simple de lo que parece. Para que funcione tienes que
contar con un tipo de tecnología que implica un tipo de forma de
anti-gravedad y que sea lo suficientemente rentable para incluirlo en
una tabla de skate. En la misma cantidad de tiempo que hemos
pasado de un Motorola DynaTAC 8000X al iPhone 6, parece que solo hemos
sido capaz de pasar de una tabla de skate impulsada por nuestras piernas a un modelo tosco de tabla eléctrica.
Eso sí, no han sido pocos los intentos de crear una hoverboard
real, los cuales han tenido diferentes resultados, unos más cercanos a
lograr ese preciado objetivo final que otros. Notablemente, la hoverboard de Hendo se encuentra en el límite de ser un concepto real y un engaño.
Todos los
informes sobre este modelo aseguran que la tabla Hendo parecía haber
sido construida en un sótano, era ruidosa y casi imposible de montar,
incluso si acaso lograba levitar un poco. La tabla Lexus que monté está
muy lejos de eso. Susurra de una manera suave, y su construcción es
sólida y con un acabado maravilloso. Si comparamos a la tabla Hendo con
un Ford modelo T, entonces la tabla Lexus es ... bueno, un Lexus.
La empresa
en realidad no está revolucionando ningún tipo de tecnología con su
tabla. Lo único que están haciendo es aplicando la tecnología correcta:
levitación electromágnetica superconductora. Si puedes enfriar lo
suficiente un superconductor puedes hacer que reaccione de una forma
predecible ante un campo magnético.
Hay vídeos
de personas haciendo esto con imanes muy pequeños, por lo que Lexus y su
equipo lo que hicieron fue escalar el concepto.
Entonces,
¿qué se siente montarla? Es algo increíblemente difícil y a la vez
increíblemente genial, debido a que mientras estás levitando la tabla
sobre la que estás parado está llena con imanes a una temperatura de
unos 300 grados bajo cero.
En primer
lugar, lo difícil. Como puedes ver en el vídeo anterior la tabla solo se
levanta hasta unos 7 u 8 centímetros de altura, sin nadie sobre ella.
Cuando el skater profesional (¿o hoverboarder?) Ross
McGouran se monta sobre ella, la tabla se mantiene sobre el aire unos 5
centímetros, pero cuando es mi turno, pesando unos 40 kilos más que el
Señor McGouran, apenas se mantiene unos 3 centímetros.
Eso sí, a
apenas 3 centímetros de altura la tabla todavía levita a la perfección,
sin embargo, al contar con dos imanes en cada uno de sus extremos,
balancearse sobre ella es casi como caminar sobre la cuerda floja, y
parece que no soy muy bueno en eso.
Si mi peso
se desplaza fuera del centro de la tabla, la altura de casi 3
centímetros no es suficiente para prevenir que los extremos de la tabla
toquen el suelo. En un dispositivo que se basa principalmente en no
tener ningún tipo de fricción, añadir siquiera la mínima cantidad de
fricción a la ecuación es un problema.
A medida que transcurría el día logré que Ross me diera algunos consejos. Básicamente me dijo que la mejor manera de montar la hoverboard
es el practicar mucho y simplemente tratar de arrancar bien y
aprovechar ese impulso para superar cualquier tipo de fricción que te
encuentres en tu camino, si la tabla llegase a rozar el suelo.
Desafortunadamente
este método no funcionó tan bien como deseábamos, por lo que mi mayor
recorrido solamente alcanzó unos centímetros. Pero hey, ¡al menos
funcionó! De verdad pude usar la hoverboard y desplazarme (pausadamente) por unos 9 metros.
En la vida
diaria no te detienes para darte cuenta de que todo lo que haces
requiere de un cierto nivel de fricción y reacción. Sobre esta tabla,
todo eso desaparece y por un instante muy breve, no sientes
absolutamente nada bajo tus pies mientras te desplazas.
Me gustaría
poder explicar lo que se siente montar esta tabla de una mejor forma
que eso, pero es que el sentimiento es tan único que no tengo nada más
con que compararlo. Lo único que se me ocurre que esté relativamente
cerca de la experiencia es el patinar sobre hielo, y aún así, estamos
comparando la seda más fija con papel de lija.
¿Esta por fin la hoverboard de Marty McFly que tantos fanáticos hemos estado desesperados durante años por ver y usar? Lamentablemente, no. La hoverboard de Lexus aún requiere que la llenes de nitrógeno cada 10 minutos mientras la estés usando, y solo funciona si tu parque para skate
más cercano cuenta con más de 100.000 dólares en imanes bajo su
superficie. Además, también es el vehículo más costoso que Lexus está
produciendo, por lo que es muy poco probable que lo veamos llegando a
los anaqueles de las tiendas.
Pero nada de eso importa.
Lo que sí
importa es que una compañía de automóviles ha estado en la búsqueda de
olvidarse de los límites que hemos impuesto a nuestros medios de
transporte personales, y está intentando crear un producto tecnológico
revolucionario. Al gastar una cantidad ridícula de dólares en una
campaña publicitaria también podrían haber logrado impulsar una
tecnología que algún día dejará obsoletos a los autos convencionales.
Como alguien alguna vez dijo: “¿Caminos? A donde vamos no necesitamos caminos”.
Este artículo apareció por primera vez en nuestra web hermana, Jalopnik. Luego de que Lexus realizara un evento de demostración de su hoverboard en la ciudad de Barcelona.
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