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El devastador lanzacohetes soviético que destruye 30 hectáreas en segundos

Buratino, el devastador lanzacohetes soviético que destruye 30 hectáreas en segundos

Le llaman “Buratino”, el equivalente ruso de Pinocho, por aquello de la nariz alargada.

Fue un secreto militar durante toda la década de los 80. Es técnicamente un lanzallamas porque lleva bombas termobáricas. Lo hemos vuelto a ver en acción en un vídeo que ha aparecido en YouTube.

Del TOS-1 al TOS-1A

Buratino, el devastador lanzacohetes soviético que destruye 30 hectáreas en segundos
El TOS-1 Buratino surgió de la necesidad del ejército soviético de tener un lanzacohetes de medio y largo alcance, similar al MLRS de los americanos. En lugar de usar un vehículo de grandes dimensiones, los rusos decidieron montarlo sobre tanques T-72, para aprovechar un excedente de cascos.
¿Cuántos cohetes fueron capaces de montar sobre estos pequeños carros de combate? Treinta. Treinta cohetes de calibre 220 mm con ojivas termobáricas para producir un devastador efecto incendiario. Se disparan en 15 segundos. Eso sí, necesitan ir acompañados de otros vehículos que carguen los proyectiles.
En este vídeo que hemos cazado hoy a través de Popular Mechachics podemos ver un TOS-1A disparando. Es una variante mejorada del TOS-1 que empezó a fabricarse en 2001. En lugar de 30 tubos, tiene 24. Sin embargo, el rango efectivo de alcance ha aumentado de 3 a 6 kilómetros.

Los efectos devastadores de Buratino

Al alcanzar su objetivo, las bombas termobáricas dejan una nube de combustible y a continuación le prenden fuego. Esto produce una segunda explosión aún más destructiva que consume todo el oxígeno en esa zona. También se genera una enorme onda expansiva. En total consigue afectar a unas 30 hectáreas de terreno.
La temperatura y la presión que producen los cohetes tienen consecuencias especialmente devastadoras cuando se disparan contra soldados atrincherados en búnkers o cuevas (precisamente el propósito de TOS-1). Si las víctimas no mueren por la explosión, es probable que acaben muriendo asfixiados por el efecto vacío que se produce al consumirse todo el oxígeno.


La Unión Soviética utilizó el TOS-1 durante la invasión de Afganistán en 1988 (hasta entonces se había mantenido en secreto). También se usaron para destruir Grozny, la capital de Chechenia, durante la guerra de 1999. Y hace sólo unos meses, la armada de Iraq los utilizó para combatir al ISIS.
Buratino es una de las armas de tierra más destructivas que existen el sistema, pero tiene una armadura débil que puede ser destruida por un lanzagranadas o un misil antitanques. Si es alcanzado por un proyectil, el lanzacohetes puede doblarse y dispararse a sí mismo; por eso los tanques cambian de posición inmediatamente después de atacar.

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