La mayoría de las veces Samsung ha seguido su propio ritmo en lo que se refiere a smartwatches. Les
ha puesto cámaras, les ha puesto LTE y, ahora, le ha puesto unos bordes
que giran, además de su propio sistema operativo Tizen OS. Tizen le
permite a Samsung ser más creativo con el reloj, pero también tiene
muchos efectos negativos.
Vamos primero con lo que es bueno. Tanto en el diseño como en el hardware,
el S2 da un significativo salto hacia delante. El tipo de salto que
dice “de acuerdo, esto sí me lo pondría en la muñeca”. El Gear S del año
pasado era un reloj monstruoso y abultado. El de este año, por suerte, se aleja de esos términos.
Para
empezar, se parece a un reloj, a uno de verdad, tanto en tamaño como en
estilo. Para continuar, su pantalla Super AMOLED es una de las más
densas en cuestión de píxeles que hay en el mercado y se ve
increíblemente nítida. No pude sacar el reloj de la zona de pruebas y
evaluar cómo se ve bajo la luz directa del sol, pero al menos en
interiores la pantalla era fabulosa.
El reloj
viene en dos estilos: el Gear S Classic (a la derecha) y el Gears 2, a
secas (izquierda). En lo personal prefiero mucho más los acabados del
Classic, aunque la correa de cuero es bastante dura y complicado de
amoldarse a ella. Por suerte, se puede extraer con facilidad. El Gear S2
normal también tiene su propio sistema que permite sacar la correa con
facilidad, y aunque el elastómero del que está hecha es probablemente la
opción ideal para los más activos, también es la elección más limitada y
con un aspecto más pobre.
Samsung
también va a lanzar una versión 3G del reloj, pero ésa cuenta con unos
abultadísimos 13,4 milímetros. Los modelos que no llevan 3G cuentan con
11,4 milímetros, que ya es de entrada demasiado grueso para mis gustos
(como el Huawei Watch), así que la opción en 3G está claro que no entra dentro de mis expectativas.
Una vez
comienzas a usar el reloj, te encuentras con sistema operativo bastante
familiar. Es bastante obvio que Samsung se ha inspirado en el Apple
Watch con el diseño del sistema (burbujas, burbujas por todos lados) y
la corona circular rotatoria hace las veces de la corona digital de la
que hace gala el Apple Watch.
Pero el S2,
dicho eso, también tiene su propia ración de ideas originales. Una de
las más atractivas es precisamente ese marco giratorio que actúa como
forma principal de navegación a través del reloj, con el botón de “Back”
y el botón de “Home” en los laterales. Girando a un lado o a otro,
giramos a través de menús, aplicaciones, ajustes y widgets. Si giras en
sentido contrario a las agujas del reloj una vez estás en la pantalla
principal se dirige a una serie de widgets (el equivalente a los vistazos
del Apple Watch) relacionados con el tiempo, el ejercicio o lo que tú
quieras. Un giro en dirección a las agujas del reloj automáticamente te
lleva a tus notificaciones, cada aplicación cuenta con su propia
pantalla dedicada. Puedes personalizar estas aplicaciones y las caras
del reloj con la aplicación companion destinada a tal efecto.
El
marco giratorio también sirve a funciones dentro de otras apps. En la
aplicación de mapas, por ejemplo, sirve para hacer zoom in y zoom out.
El marco también tiene un sistema de respuesta que nos hace sentir un
ligero “Click” al girarlo. Es sorprendente lo bien que funciona para
ayudarte a aterrizar en el menú que estabas buscando.
Otra de las
características que destacan son las portadas diseñadas en colaboración
con compañías como ESPN, CNN o Twitter, que nos permiten acceder a
información de esas compañías sin tener que abrir ninguna aplicación. La
aplicación de ESPN, por ejemplo, hace un seguimiento de nuestros
equipos favoritos y sus estadísticas. También nos informa de en qué
momento de cada encuentro estamos en tiempo real.
Pero no
todo es un camino de rosas en el S2. El dispositivo viene con algunos
defectos que lo hacen un poco decepcionante. El más importante son las
aplicaciones. Android Wear cuenta con un soporte mucho más amplio del
que cuenta Tizen. Donde Android Wear presume de más de 4.000
aplicaciones, Samsung apenas tiene mil. La coreana se muestra segura de
que esta cifra mejorará, pero de momento está en tercer lugar en ese
sentido.
Samsung ha
logrado que el S2 funcione en todos los smartphones Android con
versiones 4.4 o superior. Eso es un indudable tanto a favor, pero la
realidad es que si te haces con un S2 vas a querer tener un smartphone
Samsung. Aparte de que las cosas funcionan de manera mucho más suave, el
chip NFC del S2 será compatible con Samsung Pay en noviembre, aunque no
tenga todas las funciones de su equivalente en smartphones. En un
smartphone que no sea Samsung, no se podrán usar los pagos en el S2.
Asimismo, la compañía avisa de que podría haber algo de retardo entre el
reloj y otros terminales Android. No es un fallo terrible, pero puede
ser algo que nos haga decidirnos por un reloj Android Wear.
El Gear S2 es la evidencia de que Samsung está comenzando a afinar en sus smartwatches, descubriendo para empezar que una de sus características más importantes es que de verdad
quieras ponértelo y usarlo. Tiene además según la compañía una duración
de 2 a 3 días, no es idóneo pero tampoco el peor contendiente entre
toda la oferta. La cuestión es que el S2 es también la opción más
limitada comparado contra el resto de smartwatches con Android a
menos que seas un fan acérrimo de Samsung. Si ese es el caso, desde
luego que merece la pena probar uno y ver cómo funciona, especialmente
si Android Wear no acaba de convencerte.
Su precio:
- Samsung Gear S2: 349 euros
- Samsung Gear S2 Classic: 399 euros
La aplicación companion.
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