Tras 20 años de
búsqueda, una de las aves más raras del mundo fue retratada y
posteriormente sometida a "eutanasia" para recabar más datos
científicos.
Un equipo de científicos liderado por
Chris Filardi logró retratar por primera vez a esta ave de la familia de
los Alcedinos, un especímen tan raro que encontrarse con él fue como “hallar un unicornio”.
El equipo buscó a este raro ejemplar en
los bosques de Guadalcanal, en las Islas Salomón ubicadas al este de
Nueva Zelanda, por espacio de 20 años.
La polémica comenzó luego de hacerse del conocimiento público que el ave retratada resultó muerta
para ser estudiada como un “especímen científico”, hecho que fue
criticado por algunos miembros de la comunidad de investigadores.
Estas aves, de las que se tienen escasos
datos, están en peligro de extinción. Se cree que apenas existen entre
250 y 1000 especímenes viviendo en cautiverio.
Filardi señaló que con la “muestra recolectada”
los investigadores tendrán acceso a una mayor cantidad de datos
moleculares, morfológicos y toxicológicos que no pueden ser obtenidos de
muestras de sangre o de simples fotografías.
Otros miembros de la comunidad
científica, no obstante, creen que el matar animales en nombre de la
educación sienta un precedente “horrible” para las futuras generaciones
de investigadores, por lo cual reprueban el sacrificio de este ejemplar.
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